Agradezco la oportunidad al equipo de Asuntos del Sur, a la plataforma Mujeres Activando Sisa y sobre todo al Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria quienes a través de la mentoría de Mariana Vahlis nos han acompañado en estas ocho semanas de formación del Programa de fortalecimiento de capacidades de mujeres en política.
En su desarrollo, contamos con facilitadores y un equipo de expertos genial, empezando con Susana Reina de Feminismo Inc quien nos dio estrategias para trabajar con el mentoring, quien es mi mentora y compañera de camino hoy dia. Sergio Zabaleta, especialista en resolución de conflictos quien también nos dotó de herramientas para la pacificación. Virginia García Beadoux, especialista en comunicaciones y en las dos últimas semanas con Asuntos del Sur a través de su plataforma educativa y nuestra tutora Georgia Rothe.
Las mujeres cuando decidimos participar en política debemos enfrentar muchos obstáculos, pero yo quisiera hablar de tres de ellos: el primero sería el obstáculo de partida, atreverse a tomar la decisión, desarrollar las habilidades para estar en lo público, nos encontramos en un escenario con poco conocimiento, para el cual estaremos muy preparadas académicamente, pero es desconocido.
El Segundo Obstáculo, es el de lo cultural, los estereotipos “con quien dejará los hijos, llego aquí porque es la mujer de…”, las familias cuestionan el prestigio por ser mujer política.
El tercer obstáculo, es el obstáculo de permanencia, donde nos encontramos ante acciones con las que no estamos identificadas y nos alejan de lo público y decidimos retornar al escenario privado. La violencia política, cuando una mujer toma una mala decisión es mucho más condenada, más señalada que un hombre. El costo personal de terminar divorciadas o con familias destruidas.
Pertenecemos a sociedades patriarcales con roles muy marcados de lo que deben hacer los hombres y lo que deben hacer las mujeres. Nosotras hemos avanzado aceleradamente para posicionarnos en el escenario laboral, pero sobre todo recargándonos de diversos roles (el trabajo, las labores de cuidado, los hijos, los padres, la comida, la limpieza, etc.)
Una sociedad que se precie de ser democrática debería hacer todo lo posible y necesario para que las mujeres no se sientan discriminadas por estar en el espacio público y también que los hombres se sientan cómodos en el espacio privado (el hogar, los hijos, etc.)
Las mujeres no somos una representación social, no somos una etnia, somos más del 50% de la población mundial.
Las que hemos ascendido al poder, vamos siendo mujeres maravillosas, pero sobre cargadas de roles de lo privado a lo público.
Es necesaria la intervención del Estado, pero del Estado como ese conjunto de instituciones que logran el desarrollo de la sociedad, implementando acciones afirmativas. De esta manera, el Estado admite que ha habido discriminaciones y muestra voluntad política de rectificarlas; estas acciones afirmativas más comunes son las leyes de cuotas que buscan avanzar hacia la paridad absoluta.
Las cuotas o paridad sí han generado cambios en los países que las han establecido. En países con representación media se han logrado acciones afirmativas con un piso del 30%, que lo han mal asumido como un techo y no como una cuota mínima.
Los partidos políticos están atravesando crisis de credibilidad, por lo que aplicar estrategias inclusivas a mujeres en cargos directivos y de decisión es una estrategia inteligente para sobreponerse.
Los partidos políticos son organizaciones de la sociedad que quieren hacerse del poder, que pueden influir en mitigar las discriminaciones a la mujer, pueden influir en sus estructuras de funcionamiento.
Los partidos políticos no sólo deben incorporar a mujeres en sus estructuras administrativas y de toma de decisiones, es necesario que generen propuestas y programas específicos que consideren las necesidades, expectativas e intereses de las mujeres para ser organizaciones realmente inclusivas.
Los partidos políticos son expresión social de las voluntades de la gente, con la que tienen cosas en común, con la cual imaginan un modelo de sociedad, si este modelo no incluye expectativas, necesidades o intereses de las mujeres sería un programa excluyente.
Los partidos políticos como generadores de opinión deben poner en agenda pública los temas de la mujer: 1. Incluir en la propuesta general del partido el tema. 2. Hacer que las y los candidatos mencionen o se refieran al tema. 3. Manifiesto en los estatutos de los partidos políticos. 4. Cuando ganemos las elecciones las y los electos tengan el compromiso de generar espacios de participación e inclusión de las mujeres.
Las mujeres debemos desarrollar una agenda común a través de nuestras organizaciones de militancia, dirigida a sensibilizar sobre la necesidad de alcanzar más espacios de decisión.
Las mujeres empezaremos a romper barreras o superar obstáculos a medida que nos eduquemos más; cuando una de nosotras se educa y sensibiliza, educa y sensibiliza a un hermano, un hijo, a otro hombre.
Esta formación que recibimos durante 8 semanas nos ha dotado de herramientas y habilidades para empezar a incidir como agentes de cambio en nuestras organizaciones políticas. Las mujeres tenemos la misión de incidir para transformar y eso lo lograremos en equipo.
Hay que garantizar que los partidos políticos sean espacios sororos para las mujeres, a que se mantengan activas dentro del mismo en época electoral o no.
Pero las desigualdades no se superan solas, hay que generar políticas para avanzar.
La noción de liderazgo ha evolucionado, del modelo jerárquico directivo al modelo consciente del liderazgo de servicio. El cerebro de la mujer funciona en red y construir redes es una tarea permanente, este tipo de formaciones suman al camino de la igualdad es un error creer que solas lo lograremos, necesitamos una agenda común donde los hombres igualmente se sensibilicen.
Para finalizar quiero compartir una reflexión de Soledad Gallego Díaz, donde enuncia:
“Para combatir el antisemitismo no hace falta ser judío, como para luchar contra el racismo no hace falta ser negro. Lamentablemente parece para que para combatir la discriminación de la mujer hace falta ser mujer.”