Una agenda feminista por y para las niñas en post covid19

Una agenda feminista por y para las niñas en post covid19
junio 24, 2020 Susana Reina
educación feminista

¡Malala se graduó en Oxford! Ella misma dio la noticia posteando en sus redes una foto muy graciosa, toda embadurnada de torta celebrando el acontecimiento con su familia. Obtuvo un grado en filosofía, política y economía en tan prestigiosa Universidad del Reino Unido. Es un fantástico logro, lógicamente esperable por sus capacidades intelectuales, pero asombroso por la historia que lo antecede.

A Malala Yousafzai la conocemos por ser la persona más joven en la historia en recibir el Premio Nobel de la Paz. Es una activista defensora del derecho a la educación de las niñas y mujeres, quien a sus 15 años fue víctima de un atentado talibán que casi le cuesta la vida, recibiendo disparos en su cara cuando se trasladaba a la escuela. Según reporta Human Right Watch, esos actos siguen ocurriendo al día de hoy: las niñas que van a clases en Afganistán reciben ataques con ácido.

Al recuperar su salud, Malala expresó: “Ahí supe que tenía dos opciones: vivir una vida callada o seguir luchando con la nueva vida que me habían dado. Lo tenía claro: continuaría con mi lucha hasta que todas las niñas pudieran ir a la escuela”. Con tal propósito surgió Malala Fund, una fundación que ayuda a muchas niñas a educarse en libertad. Por eso nos alegramos tanto de su graduación.

Desigual acceso a la educación

Según UNESCO hay 775 millones de adultos analfabetos en el mundo, del cual casi el 70 por ciento de ellos son mujeres. 130 millones de niñas no van a la escuela y esas cifras vergonzosas no han mejorado desde 1990.

Es sin duda una situación intolerable e injusta el negar a las niñas su derecho a la educación. Pero sobre todo, refleja la ignorancia o negligencia de líderes y organizaciones que no revierten estas tendencias ni toman acciones concretas para superar esta desigualdad, desconociendo que los déficits educativos y la pobreza están directamente relacionados.

Las niñas son más vulnerables que los niños al abandono escolar a nivel mundial por varios factores que incluyen, entre otros, acoso sexual, falta de condiciones que permitan cumplir con prácticas básicas de higiene menstrual como la ausencia de baños adecuados, matrimonio infantil y embarazo adolescente. Todo ello es consecuencia de poner a las mujeres y las niñas de últimas en la agenda de prioridades en las políticas públicas, pero además, por su condición de ser jerárquicamente inferiores en la escala patriarcal.

Las discriminan por nacer niñas

Dudar de la capacidad de las niñas ha sido parte de las creencias machistas más comunes. “Corre como una niña” … “pelea como una niña” … “llora como una niña” … expresiones que se profieren a otros a modo de insulto, para acusarles de débiles, pusilánimes, frágiles y medio tontos. Ser mujer como expresión de torpeza y vulnerabilidad extrema colocando el poder, la fuerza y la competencia del lado varonil.

No son expresiones inocentes. Buscan mantener el poder económico y político en manos de los hombres, bajo el supuesto de que las mujeres no pueden, no saben, no tienen lo que se necesita para liderar. Este estereotipado rol de género “mujeres a parir, hombres a trabajar”, se perpetúa de generación en generación, dejando a las niñas por fuera del sistema educativo (porque para qué va a estudiar si lo que va es a cuidar) y como resultado, alejadas de una vida productiva que les asegure igualdad plena de derechos.

Mientras más temprano se les dice, más instalada la creencia. Por eso cuesta tanto romper techos que saboteen cualquier ambición femenina. Convencerlas a ellas de que educarse y liderar es su Derecho y que se atrevan a dar el paso, es una tarea ardua que forma parte central de las estrategias de empoderamiento para la emancipación.

Por una agenda feminista para ellas

Covid-19 está trayendo nuevos retos a las y los líderes mundiales en torno a la revisión de paradigmas educativos, tecnológicos, científicos, sanitarios, económicos y de toda índole. Grandes tanques de pensamiento se están reuniendo en este momento en los países desarrollados para vislumbrar tendencias, hacer prospectiva y mirar más allá de la curva del virus para reorientar el desarrollo humano futuro.

A propósito de ello, vimos por YouTube la campaña de la serie “Women´s Europe: Voices in Times of Covid” lanzada el 19 de junio pasado. En ella, 20 mujeres y hombres de distintos ámbitos y organizaciones piden a las instituciones europeas que esta crisis, como las anteriores, no se cebe contra las mujeres y que por el contrario, se aproveche para sentar las bases de un nuevo continente en base a una agenda verdaderamente feminista.

Muy especialmente, Stefania Giannini, alta funcionaria de la UNESCO, alerta sobre el peligro en que se encuentran las niñas por el cierre masivo de las escuelas en 190 países durante la pandemia: “muchas niñas, que ya se han visto afectadas por la brecha digital y el ciberacoso, probablemente no regresen nunca a las escuelas”.

En esa misma alocución, la eurodiputada Frances Fitzgerald, pide invertir en educación para niñas y mujeres en los campos digitales, inteligencia artificial y en las ciencias STEM (Ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés), como una estrategia para desarrollar y aprovechar talentos al servicio de todos.

La pandemia puede ser la oportunidad idónea para poner los datos y cifras que dan cuenta de la brecha educativa en el centro de los esfuerzos por superar la crisis global, plantear la lucha contra la desigualdad con verdadera vocación inclusiva y conformar una agenda dirigida expresamente a eliminar de manera responsable las barreras discriminatorias de género contra el derecho a la educación, evitando con ello que más niñas inteligentes como Malala, se sigan quedando atrás.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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