Economista, Política, Defensora de los Derechos Humanos de las Mujeres y Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos de las Mujeres.
P: ¿Cómo se inició en el mundo del feminismo o de lucha por los derechos de las mujeres?
R: Antes de iniciarme con las luchas por la mujer, luché por la democracia. Yo soy de la generación del 58. Estudiaba primer año de economía, luchaba en la clandestinidad con mis compañeros de la Universidad Central, pero luego me cambiaron a la Universidad Católica. Fui de las pocas mujeres que tomamos la Universidad Católica el 21 de noviembre. Esto marcó en mi un compromiso por la lucha de los derechos civiles y políticos. Mi padre fue fundador del Partido Socialcristiano (COPEI) y fue la primera vez que milité. Conocí a mi marido en la lucha del año 58. Todavía había pocas mujeres en la política. Empecé a trabajar por mejorar la productividad y por formar pequeños y medianos empresarios. Conocí a Mercedes Pulido de Briceño y Maritza Izaguirre; empezamos a trabajar por mejorar la productividad de las unidades empresariales. Yo diría que fue mi primera etapa, aunque casi no estaba allí en la política, ni directamente en la defensa de los derechos de las mujeres, sino de los derechos de todos. Mercedes y Maritza tenían una empresa; me llamaron y empezamos a hacer una investigación de desarrollo social (del año 74 al 79).
Estuve 20 años fuera de la política, mi marido no quería que volviera y me dediqué a mi matrimonio. A él le gustaba ese mundo, pero no le gustaba para mí. Se presentó la oportunidad de participar para ser Secretaria de la Organización de Profesionales y Técnicos de COPEI, me arriesgué y gané. Gana Luis Herrera la Presidencia de la República y crean el Ministerio para la participación de la Mujer en el Desarrollo, nombrando a Mercedes Pulido como Ministra de Estado. A pesar de servirle a Mercedes gratuitamente, me pareció un gran reto ya que yo sabía todos los obstáculos que las mujeres teníamos para acceder al poder.
Empezó algo que era una aspiración legítima y que traían las mujeres de la Reforma parcial del Código Civil, para lograr la igualdad de derechos de las mujeres en el matrimonio. En el Congreso de la República no había mujeres y negociar eso no era nada fácil, porque estábamos negociando la igualdad de derechos, la disposición conjunta de bienes (las mujeres no tenían acceso a la disposición de bienes, solo el hombre), la fijación del domicilio conyugal y la igualdad de los hijos (derechos iguales para hijos fuera y dentro del matrimonio).
Por primera vez las mujeres salieron a la calle y exigieron la reforma parcial del Código Civil. Mercedes abrió las puertas de Miraflores a esa sociedad civil que ya existía y era la Federación Venezolana de Abogadas, al Instituto de Derecho Privado de la Universidad Central de Venezuela, a las Magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, a la Fiscalía General de la República y a aquellas mujeres de diversos partidos, incluso mujeres de izquierda.
Fueron 3 años de negociación donde nos reuníamos todas las semanas para convencer al presidente Luis Herrera de las bondades de la Reforma del Código Civil y también para que se ratificara por parte de Venezuela la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Fue logrado en el 82. Allí es donde me empiezo a involucrar de verdad con los derechos de la mujer. Matty (ama de casa), fue mi gran soporte para todo lo que hacía, ya que tenía 5 hijos y todos estaban chiquitos.
Mercedes me propone asumir la representación de Venezuela en la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM). La asumo en el año 80 en Santo Domingo. La CIM fue la primera Organización de Mujeres que se creó. Luego presidí la Comisión Interamericana de Mujeres en 1982 hasta el 84. Favorablemente recibimos mucho asesoramiento y presencia en el país para que se aprobara la Reforma del Código Civil.
P: ¿Considera usted que hubo un acontecimiento específico donde se marcó ese punto donde sintió que debía alzar su voz?
R: Claro. Cuando empezamos a discutir la Ley sobre la Violencia. Nos decían que esto era algo importado, que no era una realidad. Efectivamente nosotras alzamos la voz y estuvimos presente en todos las instancias nacionales e internacionales defendiendo la necesidad de que hubiera una ley sobre la violencia contra las mujeres. Eso fue determinante de toda mi carrera política parlamentaria. En eso ocupé mis años del 95 al 99. Nos hizo además estar conscientes de la necesidad que había cuando se presentó la Reforma de la Constitución, de que se incorporaran al artículo 21 los derechos humanos de las mujeres (derechos a la igualdad y a la no discriminación).
P: ¿Cuál considera usted que fue su mayor logro dentro de esta lucha por los derechos de las mujeres?
R: En el año 89, yo estaba de concejal. Me incorporaron en las listas, me tocó pelear muchísimo. No salí por Miranda, pero como yo había bregado el que fuéramos mujeres en las listas, me ofrecieron por Monagas. Fui Diputada por el Estado Monagas para el período 89-94. Acepté ya que Argelia Laya me dijo que a las mujeres no nos abren espacio y si no los aprovechamos, no nos quejemos después.
Allí se creó la Comisión Bicameral para los Derechos de la Mujer. Mercedes Pulido fue senadora en ese momento, Ixora Rojas vicepresidenta y yo fui miembro. En ese período logramos la Ley de Igualdad de Oportunidades de la Mujer; se discutió la posibilidad de lograr que cambiaran las relaciones de poder con la Ley del Trabajo y la Protección a la Mujer y la Maternidad.
Tuve también un logro personal muy importante. Se castigaba mucho a personas con vivienda debido a una reforma financiera en donde se modificaban las hipotecas y se les cambiaba las tasas fijas por tasas variables, lo que hacía inviable que la gente pudiese sostener el pago de su vivienda. Yo fui miembro, presidenta y vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Vecinales del Congreso. Logramos entonces aprobar la Ley del Deudor Hipotecario. Fue un gran logro, ya que eso permitió que más de 240.000 familias en Venezuela salvaran sus viviendas.
Mientras era Vicepresidenta de la Comisión Bicameral de los Derechos de la Mujer y Lilia Arvelo era la Presidenta, logramos abrir en el parlamento una comisión con la participación de todas las mujeres.
P: ¿Cómo visualiza usted nuestra sociedad en un futuro no muy lejano?
R: Yo más que creer como será, es el llamado que hago a las nuevas generaciones para que se comprometan a defender los derechos humanos y derechos de las mujeres. Estamos aún muy lejos de lograr lo que nosotros hemos aspirado desde el año 79, que es lograr la igualdad y la no discriminación de las mujeres.
Está consagrado en los objetivos de desarrollo sostenible en la Agenda 2030 donde se dice que para el año 30 deberíamos haber logrado el 50/50. No lo vamos a lograr si no lo asumimos las mujeres. Sobre todo, las nuevas generaciones, verlo como un gran desafío.
Las desigualdades existen, los derechos políticos y civiles todavía no son reconocidos, porque no nos dan igualdad de oportunidades, porque no nos dan acceso al poder. Esa es otra de mis grandes luchas y de las últimas que he dado.
P: ¿Qué considera usted que tendría que pasar para que exista un cambio en nuestra sociedad?
R: Nuestra labor ahora es dar a conocer lo que fueron nuestras buenas prácticas, rescatar valores fundamentales para las prácticas políticas de nuevas generaciones y lograr sororidad (ser amigas de una misma causa, con una misma misión y una misma visión).
P: Si pudiera dejar un mensaje para las nuevas generaciones, ¿cuál sería?
R: Frente a la emergencia humanitaria compleja, las mujeres y las familias somos las principales víctimas. Las mujeres tenemos que ser protagonistas. Tenemos que participar en esos procesos para realmente garantizarle el derecho de las mujeres a la incorporación a condiciones de vida que sean dignas para la mujer y la familia venezolana.
Oigamos de viva voz su testimonio:
Entrevista realizada por Valeria Aponte
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