La palabra desnuda

La palabra desnuda
enero 11, 2020 Veronica Rotondaro Mondolfi

Detrás de cada palabra hay un concepto, una idea y variantes interpretativas. Algunas palabras necesitan descomponerse, luego, reconstruirlas para entenderlas y usarlas apropiadamente.

Vamos a tomar la palabra lesbiana como ejemplo. Esa palabra que da pudor usarla para muchos, para otros puede ser un orgullo, para otros puede ser un instrumento de defensa, para nominar una orientación sexual, o para cualquier otra cosa.

 Pues, la palabra lesbiana nomina y otorga el gentilicio a las oriundas de la Isla de Lesbos, isla natal de Safo, famosa poetisa de aquella Grecia llena de luces. Safo tuvo una vida poética en todos los sentidos. Amó por igual a un hombre y a una mujer. La modernidad acuñó en la palabra lesbiana la orientación sexual de una mujer hacia otra, pero la palabra lesbiana no hace de todas las oriundas de la isla de Lesbos orientadas en ese sentido pero sí lesbianas porque allí nacieron. Paradójicamente Safo era bisexual y lesbiana por haber nacido allí. ¿A que ya le perdimos el miedo a la palabra? ¿A que sí?

 Lo mismo ocurre con la palabra feminismo. Produce repeluz en muchos, ánimo en otros, orgullo, miedo, rabia, en fin, cualquier cosa. Vamos a descomponerla.

 Y volvemos a la Grecia antigua. Pensemos en Aristóteles y Platón. La Polis y La República. Las primeras luces en la organización lógica de cualquier comunidad, ciudad y sociedad. Para ese orden, desde entonces, resultaba imperativo la igualdad de derechos. Pero la oscuridad cavernaria y clerical se impuso y pasaron muchos siglos para que entrara de nuevo la luz con el siglo de la Iluminación en Francia, Montesquieu y la división de los poderes dando un mazazo de razón pura al absolutismo monárquico, Diderot, Rousseau y Voltaire.

 Esas fuentes trajeron la Revolución Francesa, y entre tanta sangre, gritos, fuerza, traiciones, aciertos y desaciertos llegó de nuevo la luz con el invento más fascinante del mundo moderno, para mí esto significó la entrada a la modernidad y salida de las cavernas, ocurrió la primera redacción de los Derechos Humanos Universales. Y es eso: Derechos Humanos Universales, no Derechos del Hombre, Derechos de la Mujer, Derechos del niño, Derechos de los animales, antes y ante todos primero ocurrieron y primero están los Derechos Humanos, ad supra, ad eternis.

 Pero el planeta siguió convulso. Siglo XX. Primera y Segunda Guerra Mundial. Los hombres de países aliados de un bando u otro van a la guerra. Las mujeres trabajan en fábricas armamentistas, en granjas y en cualquier otro tipo de producción necesaria para sustentar y soportar los embates de esas guerras. Las mujeres trabajaban en condiciones tan duras como sus hombres en el campo de batalla, pero sin derecho a un salario digno, muchas veces sin derecho a él, sin derecho a votar, ni voz ni voto, sin derecho a la educación superior. ¡¡Sí!! Todo esto ocurrió en pleno siglo XX, ayer, imagínense desde Safo hasta allí.

 Pues aquellas mujeres un día abrieron sus ojos agotados, de hecho, vencieron el agotamiento y se levantaron en voz alta para votar por sí mismas a favor de sus Derechos Humanos Universales y Fundamentales, la igualdad, la igualdad de derechos, la igualdad de derechos que per sé son los Derechos Humanos Universales, declarados nada más ni nada menos por una mujer tan emblemática como Eleonor Roosevelt. Igualdad, Fraternidad y Libertad para hombres y mujeres en todo el mundo bajo el manto consensuado de las Naciones Unidas.

 Y allí, en esa esquina, está la palabra feminismo. Lo siento Freud, las mujeres queremos igualdad pero no es el pene perdido, no es una batalla de sexos, queremos igualdad que naturalmente nos corresponden por ser humanos y humanas. ¿Viste que increíble? No es histerismo, ya el sexo binario se descompone por sí mismo, la palabra feminismo es sencilla, solo hay que descomponerla y reconstruirla para que se entienda que las mujeres ya votan, estudian, deciden por sí mismas y sobre todo que vamos a luchar por todos y cada uno de los derechos de nuestras hermanas en todo el planeta que aún sus Derechos Humanos Universales no son respetados invitando a nuestros padres, hermanos, hijos, sobrinos, esposos y amigos a ser humanos en conjunto, en libertad, igualdad, sororidad y fraternidad.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

Comments (0)

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*