Las réplicas del performance del grupo feminista chileno “las tesis” llegaron a Venezuela y con ellas como era de esperar no tardaron en llover críticas negativas e insultos a través de las redes sociales, casi todos resultados de un terrible desconocimiento del tema.
El movimiento feminista no es algo sencillo de entender (tampoco debería ser tan sencillo de criticar) teniendo en cuenta su amplitud y su evolución histórica, mucho menos en un país tan polarizado como Venezuela y donde además todos los conceptos parecen estar… ¿Mezclados? ¿Confundidos? ¿Errados? la única expresión que me viene a la mente es: – todos los conceptos parecen estar “patas arriba”. Donde toda izquierda es igual a chavismo y toda derecha es igual a oposición (aun cuando la mayoría de partidos que conforman la MUD son de izquierda o centro izquierda), donde se confunde matriarcado con matricentrismo, libertad con libertinaje y religión con espiritualidad.
Lo cierto es que muchos opinaron, incluso escuché decir a cierto periodista que aunque no tenía nada en contra de las feministas, no era el momento, que en el país tenemos problemas mucho más urgentes que resolver.
Mientras leía y escuchaba todas estas opiniones, contrario a sentirme desanimada, no podía evitar pensar lo importante y necesario que es el feminismo para el mundo y lo mucho que Venezuela necesita de este movimiento, con todos sus activismos y corrientes de pensamiento. Si es verdad, tenemos muchísimos problemas que resolver, pero la defensa de los derechos de la mujer no puede dejarse para después o pasarse a un segundo plano ¿hasta cuándo es que tenemos que seguir posponiéndonos? Una lucha no tiene necesariamente que excluir a otra, mucho menos si esa lucha promueve cosas tan importantes como la educación, la igualdad y la eliminación de la violencia. Hoy más que nunca las feministas en Venezuela tenemos mucho trabajo por hacer.
Foto: nuestra compañera Melanie Agrinzones fotografiada por AFP para el espectador.com
