En 1949, el “Segundo Sexo” de Simone De Beauvoir era objeto de los más vehementes debates, al tiempo que era traducido a distintos idiomas para ser distribuido en el mundo.
En 1963, Gloria Steinem denunciaba las demandas sexuales que recibían las mujeres que trabajaban en el Club Playboy de Nueva York.
Entre 1985 y 1989, Mercedes Pulido se encontraba abogando por los Derechos de la mujer con un importante cargo en la ONU
En el 2003 Evangelina García Prince, insistía en la atención que se le brinda a las desigualdades de género, alertando que no es suficiente con aparecer en la agenda pública.
En el 2011, me encontraba yo intentado denunciar ante una autoridad la violencia contra la mujer yanomami pero para mi decepción y frustración, siendo ignorada con descaro. – No es un mucho lo que podamos hacer, es parte de su cultura – Me dijo me interlocutor sin tan siquiera mirarme.
- Mmm podríamos decir que la malaria, la alta mortalidad infantil, la no vacunación también son parte de su cultura; y allí estamos interviniendo, moviendo cielo y tierra para que algo cambie… ¿Cuál es la diferencia? – Insistía
- Somos un equipo de salud, no sociólogos ni antropólogos –
Y así dio por terminada la conversación.
No puedo explicar la mezcla de ira, impotencia y confusión que sentí en aquel entonces. No hubo una sola instancia que tomara realmente en serio mi reclamo; al contrario me llamaron metiche, come flor, entre otras. Sin embargo, la experiencia me sirvió para entender el valor que se le da a la mujer en las distintas sociedades.
Me preguntaba si era por tratarse de una mujer indígena, si había algo de discriminación en el desinterés o solo por el hecho de ser mujer, pero más allá de eso tenía otras interrogantes en mi cabeza: ¿Acaso existe algo de diferencia en mi cultura, cuando una mujer es agredida y el resto mira para los lados? ¿Cuándo se le acusa de habérselo buscado? ¿Cuándo se juzga por sus decisiones? Pues no, más allá de las diferencias culturales, son los mismos patrones de desidia que se repiten, que ubican a la mujer en un escalón inferior; como diría De Beauvoir la señalan como un otro. ¿Y qué estamos haciendo al respecto? ¿De verdad estamos haciendo algo para poner freno? ¿O también estamos mirando hacia otro lado?
No es casualidad que exista un día dedicado a lo no violencia, no es casualidad que a pesar de todos los esfuerzos de nuestras antecesoras, tengamos que seguir trabajando para hacer visible lo que pareciera, pero en definitiva, no es normal. Necesitamos urgente un cambio de paradigmas, educar desde cero para que tanto hombres y mujeres entiendan que es el respeto. Así mismo, se deben crear estrategias de prevención y acción; porque no siempre es suficiente levantar la voz; es necesario ofrecer recursos para poder luchar contra ese flagelo que nos aniquila día tras día.
Entonces, qué podemos hacer después del día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer? A continuación, recordaremos en síntesis algunas estrategias según la ONU para prevenir la violencia de género:
Como ya se mencionó es urgente la educación, pero la misma debe empezar desde la escuela. Allí se recomienda:
- Fomentar el análisis crítico y desconstrucción de los estereotipos de género
- Promover empatía entre los estudiantes
- Educar sobre la detección precoz de señales y signos de alarma
- Ofrecer herramientas para las denuncias asertivas y oportunas; así como educar a los receptores de las mismas.
- Revisar el material educativo con el que se imparte clases buscando y eliminando si es necesario, sesgos de género que pueda haber.
Por su parte, el trabajo en casa no es muy distinto, pero necesario reforzar. Entonces se recomienda:
- Los cuidadores deben revisar sus creencias y pautas de educación, procurando no repetir patrones antiguos u obsoletos.
- Educación basada en el respeto y la igualdad. No debe ser diferente entre hermanos y hermanas.
- Si existe una pareja, esta debe predicar con ejemplo demostrando entre otras cosas, la repartición de tarea de forma igualitaria.
- Se debe hablar del tema abiertamente en casa con claridad y ejemplos concretos, creando así el ambiente de confianza para expresar sus dudas y temores.
- Promover la resolución de conflictos de forma pacífica evitando a toda costa gritos, golpes, insultos y censurándolos cuando se hagan presentes.
De la misma manera, es importante involucrar a la sociedad en esta importante tarea. ¿Cómo? Hablando del tema a través de todas las plataformas posibles, evitando sexismos por medios de comunicación masiva, incentivando la realización de campañas de prevención, haciendo visibles las instancias de denuncias, promulgando leyes y medidas políticas efectivas; y sobre todo comprometiendo a toda una población para que no se hagan la vista gorda cuando de una denuncia se trate, independientemente de quien sea la agredida.