El violador soy yo

El violador soy yo
diciembre 21, 2019 Román Domínguez Antoranz

He visto como muchos reaccionan en las redes contra el himno de «las Tesis», un violador en tu camino. Quiero comentar con dos críticas uno de los argumentos que se están usando.

Me refiero a aquello de que no todos los varones somos violadores. Creo que el lenguaje, especialmente el lenguaje político, como es este el caso, está lleno de generalizaciones indeseables que no dejan de ser comprendidas y aceptables. Por ejemplo, usamos regularmente generalizaciones sobre las personas dedicadas a la política, destacando sus carencias morales («los políticos son mentirosos», «los políticos son corruptos») y está claro que esa generalización es, en sentido estricto, falsa. Algo similar pasa con los daños al medio ambiente, los provocamos los humanos y debemos aceptar la culpa colectiva más allá de que alguien evite los plásticos, recicle sus residuos y dedique sus días a proteger los mares y los bosques.

No es necesario que un hombre en particular se sienta afectado por la afirmación «el violador eres tú» si no se considera violador. Necesario si es que se sensibilice a partir del hecho que, para las niñas y mujeres, la simple presencia de un hombre, se constituye en fuente de miedo, de manera claramente diferenciada al temor que puede sentir un varón (que, sin duda, también puede ser agredido y violado, pero que crece en un contexto cultural que lo impulsa a la aventura, la expansión desde el cuerpo, la osadía y otras muchas formas de comportamiento diferencial con respecto a las chicas, creando un mundo en el que, finalmente, la agresión sexual que reciben las chicas, desde su infancia, es más la regla que la excepción).

Por otro lado, hace mucho tiempo que creo que, por razones biológicas reafirmadas culturalmente, los varones somos potenciales violadores. Hablo desde mi experiencia personal y mis conversaciones y la observación del comportamiento con los varones que he conocido. Durante muchos años de nuestra vida, la conducta sexual expansiva nos lleva a considerar casi cualquier cuerpo como trinchera, incluyendo en muchas ocasiones personas con las que no se requiere establecer una relación, ni escuchar un sí muy explícito, incluyendo también dosis diversas de violencia. Creo que de hecho, durante muchos años, mientras nos hacemos «gente» los varones entendemos el sexo como un ejercicio de penetración en cavidades, de agresión con el arma sexual activa, el pene erecto, los dedos, los dientes…sin considerar similar la potencial agresión de una mujer con su sexo y su cuerpo. Entre mis amigos, entre 12 y 18 años, creo que nos reiríamos ante la simple idea de ser abusados o violados por mujer de 18, o de 25, o de 30…Todos, hasta donde recuerdo, nos sentíamos propensos a esta experiencia como algo positivo. Tengo amigos que ensayaron con animales, en medio de su su revolución hormonal, no creo que resulte ni siquiera raro, especialmente en el espacio rural. Quizá también las chicas ensayaban cosas con animales, no puedo negarlo, pero he tenido relaciones de mucha confianza y me da la impresión que la cultura de las chicas dificultaba ese tipo de «exploración».

El violador soy yo, es cierto. Debería ser una campaña de hombres reconocerlo y ojalá, cantarlo en voz alta, no en señal de orgullo, claro, aunque algún loco habrá que así lo sienta.

Llevo años enseñando negociación y al enfrentar sillas que luego hago ocupar a un hombre y una mujer, la mujer recoge sus manos en su regazo y protege su sexo. No es casual, las mujeres no viven su sexualidad con la misma libertad ni la misma siniestralidad.

Asumámoslo todos y trabajemos para mejorarlo. Una sociedad mejor pasa, inevitablemente, por asumir y promover el feminismo.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

Comments (2)

  1. Michel 4 años ago

    Amigo creador del artículo, honestamente te pido que primero te ilustres antes de crear una opinion ,no te creas toda esa ideologia de generó fomentado por los monopolios que solo crean división en lugar de ir por quienes son responsables de todo esto, si ves la verdad te daras cuenta que el mismisimo patriarcado empresarial es quien esta financiación y promoviendo el feminismo, por favor despierta!!

    Si crees que el servicio militar obligatorio hacia los hombres es un derecho creo que no estas viendo las cosas como son mi buen.

    NO ES NINGUNA FRASE MACHISTA DECIR QUE LA VIOLENCIA NO TIENE GENERÓ,

    NO MAS IDEOLOGÍA DE GENERÓ PROMOVIDO POR EL FEMINISMO!!!!!

    • Susana Reina 4 años ago

      PUBLICO LA RESPUESTA DEL AUTOR

      Hola. Gracias por comentar el artículo.
      No aspiro a ver «la verdad». Soy relativista, no creo que exista «la verdad». Acepto discutir y razonar en torno a las ideas e iniciativas de todos. Gracias igual por acercarme «tu verdad».
      No creo que «el patriarcado empresarial» este financiando y promoviendo el feminismo, no al menos como financista y promotor principal. Me encanta la idea de que algunas corporaciones lo hagan, por la razón que sea, aún la de huir de la culpa. De hecho no creo que «el patriarcado empresarial» sea un agente social, es un concepto que engloba prácticas de múltiples actores de difícil diferenciación. En asuntos de responsabilidades y culpas prefiero individualizar, bajo aquel principio según el cual si todos somos culpables, nadie lo es.
      Para mi algo que se llama «obligatorio» es difícil compatibilizarlo con un derecho. Quizá si puede ser ambas cosas, obligación y derecho, como la educación o las vacunas. Sin duda no incorporo a esa lista el servicio militar. Aunque estoy muy lejos de ser militarista, tampoco creo que las sociedades humanas estén listas para vivir sin prioridades en torno a la defensa territorial. Es algo que lamento porque apoyaría superarlo, incluyendo su principal contexto de aplicación, la Nación. En cualquier caso, de haber servicio militar no solo sugiero que no sea solo de hombres, sugiero que cuanto antes se le apliquen cuotas, para que en todos los niveles, especialmente la oficialidad, haya igual cantidad de hombres y mujeres. Sugiero que los cargos de máximo nivel en cada fuerza, por norma, no puedan ser sustituidos por alguien del mismo género más de una vez consecutiva.
      La violencia no tiene género es una afirmación que puede ser razonable en cierto contexto. Igual que no tiene edad, color de piel o referencia geográfica. De ahí a pensar que no hay violencia con claros condicionantes de género, al igual que los hay con condicionantes de edad, color de piel o espacio geográfico, sería un error. El golpe, la violación de la privacidad, el asedio sexual, por considerar solo algunos ejemplos específicos y directos, son diferentes en el contexto de múltiples interacciones a las que, despojadas de sus elementos de género, no cabría calificarlas y entenderlas igual. Aunque la comparación con violencia racial sirve para el ejemplo y un linchamiento es diferente a otro si en el contexto de uno de los dos los que linchan consideran que lo que le hacen a su víctima deriva, aunque sea en parte, por su condición étnica-racial, no es necesario compararlo con la violencia de género, porque está claro que la violencia de género es mucho más sistemática y generalizada que la racial, llegando a afectar más claramente a todos los integrantes de todas las sociedades. Los humanos somos más machistas y patriarcales que racistas, siendo ambas cosas. Debemos seguir trabajándolo. Todos los días millones de niñas y adolescentes se incorporan a un contexto general de violencia con cargas adicionales de estrés y violación de sus derechos que son diferentes para los similares masculinos.
      El feminismo es una ideología, es cierto. También es una revolución cultural que nos permite sentir como «locura» el que la mayor parte de las mujeres del mundo no votaran hace poco más de un siglo o que hace cinco o seis décadas en los países más avanzados del mundo se considerara extraño que una mujer fuera a la universidad. Espero que dentro de 30 años (no cien) sea una locura que el 5% de las mujeres accedieran al Premio Nóbel o que el 80% de los países del Mundo no hayan tenido nunca una mujer Presidente o que el 70% de los hombres no consideren normal atender directamente los requerimientos de asistencia y cuidados en el hogar o al hacerlo no consideren que el motivo es «colaboración» con la mujer.
      Espero que en 30 años sea un poco loco que haya personas promoviendo valores patriarcales y machistas.
      Saludos.
      Román.

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