*** Del juicio del Coño Insumiso al performance de Un violador en tu camino, a Antonia Ávalos Torres le sobran motivos para protestar y mantenerse en la calle reivindicando la lucha feminista con sus compañeras y con una estética auténtica que ha marcado un precedente en la capital andaluza
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*** Es poetisa. Lo niega. Está enamorada de las palabras y del verbo amar que conjuga todos los días y en especial a través de ese trabajo de cuidados en el comedor El Pumarejo, un espacio que dignifica a la persona en Sevilla
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Racializada, mestiza de pie a cabeza. Sus cabellos rojos desafían tanto como su voluntad y fuerza. Más allá de sus rasgos, está la mujer que ama, que sueña, que siente y que lucha. Es feminista por vocación y convicción. Llegó a España y de sus maletas sacó voluntad, la misma para emancipar a otras que como ella, habían sufrido persecución y violencia de género.
De allí nació Mujeres Supervivientes, de allí surgió una olla que se convierte en comida y aliento para quien lo necesite, de allí emergió una lucha que ha molestado a los poderosos, pero que se niega abandonar las calles de Sevilla.
Antonia Ávalos Torres es mexicana y es mujer, es madre y compañera, es la voz que hoy relata cómo el feminismo protesta y se empodera a través de redes, de tejer y tejer cuidadosamente ese nexo llamado sororidad.
Unida a otras mujeres en la plaza El Pumarejo realizó el performance Un violador en tu camino. “Es un grito y un lamento. Es una denuncia colectiva que nos hacía falta para expresar este dolor y sufrimiento. En todos los idiomas es el mismo sentir, es un Estado que nos juzga por nacer y es una violencia sexual, física, emocional, psicológica, material, del Estado, de nuestras parejas, de los hombres que se juntan en manadas para violarnos. Y es también la expresión de un feminismo global, que no tiene vuelta atrás, es un movimiento muy potente en todo el mundo”, dice.
Y repite confiada, como el mayor credo personal: “Llegó el tiempo de las mujeres. Somos las únicas defensoras de la vida, de la naturaleza, de los ríos, de nuestros cuerpos, de nuestros hijos e hijas, de la gente que cuidamos. Somos la única esperanza y posibilidad de salvar el planeta y la vida, y entre esas vidas las nuestras”.
América del Sur viene atravesando por diferentes situaciones. En Ecuador, Bolivia, Chile, sus calles se han llenado de protestas y la respuesta ha sido abusos y atropellos, que cometen principalmente hacia los cuerpos de las mujeres. De allí ese canto e himno en contra de la represión desmedida.
Ante esa virulencia, un mensaje desde este lado del charco a todas las personas que siguen reclamando medidas más justas y democráticas: “A esas mujeres que viven en estos países mi reconocimiento y mi amor profundo, porque a ellas las golpean más, las asesinan peor, las reprime el Estado. En un país del primer mundo también hay represión y control, pero nunca se va a parecer a la brutalidad que hay en esos países. Que cuenten con nosotras, porque aquí también somos un altavoz de lo que está pasando allá. Algo podemos movilizar, al menos en que les dé vergüenza a los estados de la Unión Europea de la violación y violencia de los derechos humanos en Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, México. Pensamos que la lucha es global y que muchas medidas se deben tomar en Europa, en los países del primer mundo”, enfatiza Antonia.
Un, dos, tres por mí y por todas mis compañeras
Del sur viene un canto que como ha descrito Antonia, se convierte en himno y en proclama, recorre nuestro ser y los países donde mujeres valientes han sabido entonarlo.
Y desde el sur nacen iniciativas para apoyar a aquellas mujeres que han sufrido violencia de género. Desde el sur construyendo la igualdad, es el lema de Mujeres Supervivientes, un proyecto profesional en donde las palabras resiliencia y compartir, cobran un mayor valor y significado.
Nace en el año 2002 en México y desde el año 2008 en España, uniendo el compromiso, la experiencia y la vivencia de mujeres españolas y migrantes.
“La misión de Mujeres Supervivientes es escucharnos y apoyarnos, atender a las víctimas de la violencia de género y machista. Desde finales de 2012 han aumentado las mujeres agredidas, pero no denuncian. Lo primero que hacemos es generar esa empatía, que se sienta reconocida, creerle, no tratarla como a una niña, no culpabilizarla”, describe Antonia Ávalos Torres el proyecto que realiza de la mano y con el apoyo de otras mujeres.
“Pudiéramos tener una casa de transición, tenemos la experiencia, la formación, la metodología, el equipo humano para hacer ese trabajo”, agrega a modo de sueño y de seguir dando el respaldo a cientos de mujeres que sufren este tipo de violencia.
Psicólogas, trabajadoras sociales, abogados, forman parte del equipo que está abocado a orientar a las víctimas.
“Como proyecto tenemos los Seminarios de Empoderamiento de Mujeres Migrantes y Extranjeras. Lo que queremos hacer con este ciclo de formación es generar un pensamiento crítico y asumirnos como sujetos políticos capaces de generar un cambio. Este proyecto se está ejecutando este año con financiación de la Unión Europea”. Y aunque es un trabajo, reconocido incluso con un premio otorgado por la Unión Europea, lamentablemente quienes rigen la política andaluza y sevillana, han dejado de mirar y apoyar el proyecto.
“Nosotras tenemos esperanza y vamos a seguir trabajando, pero veo el panorama negro de parte de la administración hacia nuestro proyecto social. El odio se está reflejando en querernos destruir a partir de que no tengamos sostenibilidad económica, eso es de parte del poder y la administración pública”, manifiesta.
“Vamos a resistir, a sobrevivir y a seguir adelante, por supuesto. En eso tenemos esperanza, alegría e ilusión. Porque somos muchas y nos amamos, y vamos a seguir haciendo nuestra olla y dando talleres y acompañando a mujeres a denunciar, pero sí hay gente que nos quiere destruir. El machismo y la gente que está en el poder y en la administración. ¿Cómo si financian la caza, los toros y no financian la vida? Aquí estamos así, siempre con este miedo con la precariedad. Seguiré luchando. Un, dos, tres por mi y por todas mis compañeras”.
Una de las obras más hermosas y emblemáticas de Mujeres Supervivientes, se realiza en la Casa El Pumarejo. Cada lunes, miércoles y jueves se abren las puertas al comedor. “El comedor tiene siete años y medio, surge de un grupo de mujeres latinoamericanas, surge con un puñado de arroz, de lentejas y de esperanza. Nos juntamos en un espacio en Plaza Nueva, con hambre con mucha hambre, con nuestros hijos y con la esperanza de no verlos más llorar por no tener nada que comer”, recuerda Antonia sobre este proyecto que hoy en día le ofrece alternativa de comida a más de cien personas.
“Van musulmanes, ateos, paganos, guadalupanas, el amor, la ternura y el cuidado lo encuentran allí”.
La más insumisa
Sí Antonia es la más insumisa de todas. “No me voy a ir por las ramas”, dice mientras denuncia o reclama políticas más justas y necesarias, sobre todo para los programas sociales que emprenden desde Mujeres Supervivientes.
Y precisamente fue en el año 2014, cuando decidió salir por las calles de Sevilla y sacar en procesión un Coño Insumiso. Era una manifestación por la reivindicación de derechos políticos, laborales y también sexuales, de la lucha en contra de la ley del aborto, “que pretendía quitarnos ese derecho a las mujeres”.
Ante esto, una reacción. Una especie de inquisición en pleno Siglo XXI. Unos abogados cristianos que denunciaban delito contra el sentimiento religioso.
– Fueron cinco años y medio sentada en el banquillo, antes de ser enjuiciada. ¿Qué sintió Antonia Ávalos Torres en todo ese proceso?
R- He tenido mucha angustia y sufrimiento. Comprobar que las mujeres vivimos bajo un sistema de justicia patriarcal que nos juzga, que nos reprime. Fueron 5 años y medio en que de alguna forma nos han robado la paz, fue muy doloroso descubrir que existe este grupo de gente que puede desestabilizar tu vida de esta manera, como son los abogados cristianos. Me sentí muy vulnerable, muy frágil, que me podían echar de España porque en ese momento no tenía los papeles, que no volvería a ver a mi hija. En algunos lugares hemos tenido violencia verbal y amenazas de grupos de extrema derecha. Pensar, que se podrían vengar haciéndonos algo feo hacia mí y hacia mis compañeras, como una venganza, un escarmiento. Me dio miedo sobre todo en este último año, cuando ha habido un in crescendo de ese discurso fascista, racista y de odio hacia las mujeres, especialmente hacia las feministas. Tuve miedo de que quisieran vengarse y hacer algo como lo que han hecho con los menores no acompañados, es el mismo odio. Moralmente nos han ofendido.
– El juez en su discurso dijo que habían hecho “mamarrachadas”. ¿Qué opinas al respecto?
R- Es una manera de devaluar, no somos mujeres serias, ni comprometidas, ni somos sujetos políticos, hacemos mamarrachadas. Fijarse en detalles, como que yo no sabía bailar sevillanas y que era de mal gusto, sólo para descalificar. Pues no, somos mujeres serias y comprometidas, que podemos escribir un libro, criar un hijo, diseñar una nave o una carretera, cocinar unos espaguetis. Las mujeres sabemos hacer política desde que nos levantamos y hacemos rendir la olla para darle de comer a toda la gente que está en paro, llegar a fin de mes con las pensiones ahorrando, vendiendo cosas, con un trabajo fijo y otro a deshoras en trabajo temporal.
– ¿Van a seguir sacando el Coño Insumiso?
R- Sí podemos, lo hemos hecho y lo vamos a seguir haciendo. Creo que es una conquista del movimiento feminista. Logramos conquistar la calle con nuestra propia estética y reivindicaciones, para decir este cuerpo es mío. Denunciar los asesinatos, la violencia machista, la precariedad y tenemos derecho a elegir nuestra estética y nuestras ideas de lucha y reivindicación. Y no le vamos a pedir permiso ni a un juez, ni a nadie, ni a ninguna entidad religiosa, ni al padre, ni a la madre, ni al espíritu santo. Esto también será una venganza, una repercusión de la administración para las subvenciones que ya no están castigando. El Instituto Andaluz de la Mujer nos deriva a mujeres, atendemos a cantidad de mujeres, y nos ha dado 3 € para atender durante todo un año a mujeres víctimas de violencia de género. No se echa a andar el Pacto de Estado, estoy muy molesta con eso, con los políticos, con la Junta de Andalucía y con el Instituto Andaluz de la Mujer.
– Antonia podemos decir que nuestro coño es insumiso
R- Sí, sí, sí.
– ¿Cómo es un coño insumiso?
R- (Risas). Es aquel que le gusta la poesía erótica. Es aquel que disfruta de cocinar algo sabroso y rico, es el que sale a las calles con sus hermanas a gritar rebeldía y que paren los asesinatos y la violencia hacia las mujeres. Un coño insumiso piensa en las mujeres latinoamericanas, turcas, afganas, negras, marroquíes. Un coño insumiso tiene sueños de libertad y de paz. Y si amamos la libertad, un coño insumiso ama la libertad.
Sin colonizar el pensamiento
Las noticias en las cuales se relata la violencia de género y machista no son nada alentadoras. Mujeres descuartizadas, violadas, asesinadas. India, Perú, España. Sentencias que castigan y condenan a la mujer, antes que al hombre. Pareciera un guion de terror, pero para nuestra desgracia es la realidad a la cual estamos sometidas día a día.
– ¿Qué debemos hacer, exigir o pedir?
R- En principio, pediría que sea delito hacer apología del odio hacia las mujeres, no es posible que las mujeres tengamos miedo de salir a la calle, no es posible que haya políticos y políticas a quienes nosotros le estamos pagando un salario, quienes hacen apología de la violencia hacia los cuerpos y las vidas de las mujeres. Un trabajo y salario digno. Vivienda para las mujeres y libertad de tránsito en las ciudades y en los países. Yo como mujer inmigrante por el derecho de habitar este país como un sujeto político con dignidad y con respeto a los derechos humanos, porque hay vidas que importan más y otras que son despreciadas y son maltratadas, en este caso las mujeres inmigrantes, las empleadas del hogar. Todos los días hay una violencia y violación a los derechos humanos y la dignidad de las mujeres inmigrantes y empleadas del hogar.
– ¿Qué ha sido para Antonia el feminismo?
R- A mí me salvó la vida, pero es verdad que me duele ser mujer, de todo lo que nos enteramos cada día. También tenemos esa alegría y pasión, ese poder interior de las mujeres, y ahora pues ese rol histórico de cuidar la vida de preservarla y de hacer alianza, yo estoy de alguna forma agradecida. La conciencia de que eres un ser humano, de verdad las feministas ahora mismo nos podrán reprimir y hacer lo que quieran y matar, pero no vamos a negar que somos seres humanos y que merecemos todo, esa igualdad, esos derechos, ese amor, esa libertad, es el derecho a elegir sobre tu cuerpo. No podemos dar marcha atrás porque va creciendo va creciendo este movimiento.
– ¿En lo personal cómo te ves a futuro?
R- Bueno en lo personal ver a mis hijos crecer, tengo una hija que también es feminista y me gustaría ver que las chicas jóvenes tienen futuro. Me gustaría que no se destroce el planeta y yo a seguir luchando por eso hasta el último día de mi vida. Voy a seguir luchando por esa dignidad.
– ¿Eres poetisa?
R- Creo que con la poesía podemos hacer feminismo. La poesía es muy potente porque conmueve los corazones. No soy poeta, pero me gusta escribir. Considero que la palabra es super poderosa, porque la palabra es ese diálogo, es el plantear los sueños, la utopía que es distinto de querer colonizar el pensamiento, es decir esta es mi emoción y así veo las cosas, lo voy a compartir, así es mi sueño, la palabra mueve conciencia, transforma, crea.
– Algún deseo
R- Paz en Latinoamérica, que no sigan asesinando a las mujeres, a los jóvenes, a los indígenas, ni a la madre naturaleza.
Fotos: AC/Cortesía María Mujeres Supervivientes
Caricatura de ENEKO.