Ser una niña en Venezuela es muy difícil en estos momentos. La mayoría de los venezolanos apenas puede cubrir sus necesidades más básicas como alimentación, higiene, educación y salud. Imagine ser una niña o adolescente atrapada en estas dinámicas familiares. La crisis humanitaria está afectando más fuertemente a las mujeres y niñas, como lo establece el reporte Mujeres al Límite 2019, elaborado por un grupo de ONGs venezolanas.
Los derechos sexuales y reproductivos de las niñas y mujeres venezolanas también están en riesgo. La tasa de embarazos adolescentes ha aumentado debido a la escasez de métodos anticonceptivos, dejando a Venezuela con la tercera tasa más alta en Latinoamérica, solo comparable con los niveles de los países del África Subsahariana, como evidencia un reporte de la OMS/UNFPA del 2018.
Los niños y niñas también están dejando de asistir a la escuela de forma masiva. ONGs locales han calculado que la asistencia escolar ha caído en hasta un 30%, debido a la falta de alimentos, transporte y dinero para comprar los útiles escolares y uniformes. Sabemos cómo esto afecta especialmente a las niñas, tradicionalmente desaventajadas. Sin acceso a a educación, verían reducidas aún más sus oportunidades de triunfar en la vida, desarrollar totalmente su potencial y lograr sus sueños.
Con la esperanza de poder ayudar a enfrentar estos problemas, la Embajada Británica en Caracas está apoyando el proyecto She Plays Safe o Ella Juega Segura, como parte de la campaña mundial del Reino Unido #LeaveNoGirlBehind (#NoDejemosANingunaNiñaAtrás), que promueve 12 años de educación de calidad para las niñas.
A través de clínicas de fútbol y rugby, más de 160 jóvenes atletas venezolanas de comunidades populares de todo el país, están recibiendo talleres sobre herramientas de comunicación efectiva, autoestima y bienestar, prevención del embarazo adolescente, planificación profesional, igualdad de género, liderazgo y empoderamiento femenino. El objetivo ulterior del proyecto es dar a estas niñas y jóvenes un verdadero chance de lograr su proyecto de vida, a pesar de las duras condiciones en las que están creciendo, ayudarlas a explorar las oportunidades de trabajo y estudio para mujeres y niñas en el deporte que están a su disposición, y reducir el riesgo de que abandonen la escuela.
Un estudio de la Fundación Estadounidense de Mujeres en el Deporte indica que “la participación de mujeres adolescentes en actividades atléticas funciona como una fuente de desarrollo para muchas ellas, de forma que influencia de forma positiva sus comportamientos sexuales, reduciendo el riesgo de quedar embarazadas siendo aún niñas”.
Estamos orgullosos de trabajar con la ONG venezolana Deporte para el Desarrollo en esta iniciativa trascendental, con su equipo multidisciplinario compuesto por atletas, psicólogos, sociólogos y antropólogos, y socios claves como las organizaciones de mujeres FeminismoINC, EmpoderaRSE y AVESA, entre otras.
Esperamos que nuestras Embajadoras de She Plays Safe desarrollen un mayor sentido de pertenencia con sus clubes deportivos, y que a través de actividades para fomentar sus propios aprendizajes en el marco de este proyecto, se conviertan en modelos a seguir o referentes para futuras atletas femeninas venezolanas y el resto de la comunidad deportiva en el país, ayudando a combatir los tradicionales estereotipos de género.
Este año el tema del Día Internacional de la Niña, que se celebra cada 11 de octubre, es «GirlForce: Unscripted and unstoppable» (“Una generación de niñas, sin un guión prestablecido e imparables”). Nos gusta pensar que estas niñas serán justamente eso: imparables.
