Hace unos días subí una foto que me tomé en un taller al que asistí sobre feminismo (organizado por las amigas de FeminismoInc y la Red de Mujeres Aiven) en mi estado de Whatsapp. Generalmente las imágenes que subo a mis estados son controversiales, ya que suelo hacer fuertes críticas a la sociedad, a la religión, al machismo y al sistema en general. Sin embargo, no recuerdo que ninguna de estas imágenes causara tanto revuelo como mi sencilla foto al lado de dos pendones, uno con la consigna de FeminismoInc “Que ninguna se quede atrás “ y el otro de #reddemujeresaiven “Enfócate en el género empodérate y actúa”.
En seguida me comenzaron a llegar mensajes de mis contactos. “A mí tampoco me gustan los hombres”, “Bienvenida al matrimonio”, “tu esposo es un mártir”, “pobre de tu esposo, es un macho maltratado”, “¿Qué dijo tu esposo al respecto?”, “a los hombres también nos discriminan”, etc; algunos mensajes eran con tono de broma y otros con cierta irritación.
Tenía ganas de responder a cada uno de ellos con sarcasmo e ironía, pero terminé por colocar un post educativo en mis redes y en mi estado de Whatsapp con las definiciones de machismo y feminismo según la Real Academia Española y agregué la pregunta ¿encuentras las diferencias? Esta vez solo una persona de mis contactos respondió, no aceptaba la definición de la RAE y continuaba enfrascada en que el feminismo es machismo al revés. En su argumentación decía que obviamente había discriminación hacia la mujer y que sí existía un sistema patriarcal, pero que este sistema no podía ser sustituido por uno matriarcal, que sí debería existir un movimiento que buscara la igualdad, pero que debía de tener otro nombre, porque el término feminismo siempre iba a marcar una ruta no de igualdad sino de superioridad y aunque le intenté explicar de mil maneras el por qué del término, no hubo forma de que lo entendiera o cambiara de opinión.
Este corto debate en conjunto con las reacciones generadas por mi foto de asistencia a un evento feminista me hizo reflexionar sobre lo mucho que la palabra “feminismo” ha sido satanizada, a tal punto que genera temor y rechazo y también sobre la gran responsabilidad que tenemos nosotras las feministas de comenzar a transmitir información y educar a las personas sobre lo que busca y significa el verdadero feminismo.
Es importante que comencemos a compartir en nuestras redes frases, conceptos y datos importantes que ayuden a sacar el feminismo del saco de tabúes a donde lo ha asignado el patriarcado.
