Feminismo y un golpe de realidad y libertad

Feminismo y un golpe de realidad y libertad
junio 16, 2019 Veronica Arvelo

Muchas de nosotras somos feministas aun sin aceptarlo, la mayoría por temor y desconocimiento del verdadero concepto. En  mi caso,  quizás por esta tendencia  casi obsesiva de cuestionarlo todo, nunca me han gustado las etiquetas,  nunca he aceptado por verdad absoluta lo que me dicen o me enseñan, no creo en ninguna  religión,  no me identifico plenamente con la izquierda o con la derecha  y no encajo con la mayoría de convencionalismos sociales. Es por ello que antes de aceptar definirme como feminista tuve que leer muchísimo (continúo leyendo y aprendiendo) y hasta ahora puedo decir que la etiqueta de “feminista” es la única que llevo con orgullo a pesar de que todavía estoy en construcción.

Una vez que te aceptas y defines como feminista, comienza una especie de proceso muy extraño, a mí me gusta llamarlo “desconexión de la Matrix”, (quienes vieron la película entenderán) pues comienzas a darte cuenta de muchas cosas que antes para ti eran irrelevantes, porque han estado ahí todo el tiempo  y se han normalizado,  dejas de reírte de comentarios sexistas, dejas de disfrutar canciones o películas que antes habías amado, comienzas a cuestionar comportamientos ajenos y propios, evitas reuniones con determinadas personas porque sabes que ante cualquier comentario sexista te va a costar mucho quedarte callada y  te comienzan a molestar de sobremanera las críticas hacia otras mujeres por su apariencia, o por comportamientos no aceptados socialmente para una mujer.

Todo lo anterior es muy difícil, a veces parece hasta limitante, pero la recompensa es algo increíble, cuando comienzas a  cuestionar al sistema patriarcal  poco a poco dejas de querer encajar con ese estereotipo de mujer perfecta que ni siquiera es real, tu autoestima se fortalece, ya no te molestan esos rollitos atrevidos en la cintura, ni la arruguita que se te hace en la frente,  o  ese cabello rebelde que nunca se queda en el sitio donde lo pusiste. Te liberas de las presiones de lo que se espera de ti, por supuesto, hay cosas que todavía te generan temor pero al menos ahora las equivocaciones pasan a ser una opción, ya no juzgas a las otras mujeres, lo que hace que tengas amistades mucho más sinceras y aunque estas consciente de que aún nos queda mucho camino por recorrer antes de alcanzar la libertad plena, comienzas a sentirte mucho más libre.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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