Salve Gaitán

Salve Gaitán
febrero 20, 2019 Susana Reina

Con la prematura y reciente muerte de Fernando Gaitán, el conocido periodista y libretista colombiano, volvemos a recordar su exitosa telenovela “Soy Betty, La Fea”, obra que rompió esquemas y batió mediciones de rating a nivel mundial, ganó el Guinness 2010 como la novela más exitosa de la historia, fue emitida en más de 180 países, se dobló a 25 idiomas y tiene al menos unas 28 adaptaciones alrededor del mundo.

Para quien no la vio, Betty es una economista joven, brillante y poco atractiva, que vence muchas dificultades para conseguir empleo, aceptando trabajar como secretaria de la presidencia en una empresa llamada Ecomoda. Su jefe inmediato es el presidente Armando de quien logra convertirse en su mano derecha y ascender al cargo de asistente a la presidencia gracias a sus habilidades y desempeño como economista. Betty debe enfrentar constantemente los insultos e intrigas de todos los que allí trabajan, ya que al ser una empresa de moda y belleza, la rechazan por su aspecto físico.

Ecomoda sufre serias pérdidas financieras que la llevan al borde la quiebra. Para salvar la compañía, Armando decide crear una segunda empresa para evitar el embargo de Ecomoda por parte de sus verdaderos acreedores. La segunda empresa se funda con el nombre de «Inversiones Terramoda» encargando a Betty de su operación. Con asesoría de sus abogados, deciden que la única forma de salvar a Ecomoda es que Betty mantenga el embargo y sea nombrada como presidenta para que sea ella quien negocie con los bancos y demás acreedores de la empresa.

Betty asume el cargo y bajo su presidencia Ecomoda se recupera completamente en pocos meses quedando como presidenta ratificada. Poco tiempo después, Betty y Armando se casan. Esta historia transcurre durante un año y poco más de máxima audiencia, cargada de mucho sentido del humor y el suspenso típico de las telenovelas en horario prime time.

Toda esta trama, que parece más un estudio de casos de una escuela de economía que una novela de amor, vino a revelar la realidad del mundo empresarial y las finanzas como espacios que suelen ser dominados por hombres con muy escasa participación femenina en altos puestos de dirección. Y en esta novela, Betty, con todas las fuentes de discriminación presentes -mujer, sin experiencia, pobre y fea-, demuestra con su trabajo que tiene capacidades para triunfar y lo consigue. Ella no sufre una gran transformación física para alcanzar el éxito, sigue siendo ella misma, consciente de su “fealdad” y así lo asume con orgullo.

Pero lo que más valoro de su mensaje, es el hecho de que la protagonista destaca por sus competencias profesionales y sus méritos, más que por su belleza o sumisión al poder. El final feliz ocurre cuando ella se queda con la empresa y además, con el galán.  

Años después de su estreno en 1999, Betty sigue siendo fuente de inspiración para muchas mujeres, sobre todo aquellas que se desempeñan en entornos laborales tradicionalmente masculinos. Hay que tomar en cuenta que hace 20 años, la conciencia acerca de la libertad de elección y la defensa por los derechos de las mujeres no tenía el streaming del que hoy gozan.

No existía el #MeToo ni el #NiUnaMenos ni el #HeForShe ni estos recientes movimientos que vienen a denunciar y señalar abiertamente la discriminación y exclusión que las mujeres hemos sufrido por siglos. Y viene esta novela, aún con sus dejos machistas en la trama, a plantear que sí es posible avanzar y tener lo que quieres sin calzar todos los puntos que el poder exige para ser alguien en la vida. Justamente por esto pienso que es la razón por la cual se hizo tan famosa en toda Iberoamérica y tuvo tal impacto cultural.

Un hombre muy especial tenía que ser Fernando Gaitán para escribir un guion tan disruptivo para el momento, usando elementos culturales de tanto arraigo en la conservadora sociedad colombiana, al mismo tiempo que derrumbaba mitos, creencias, estereotipos y sesgos asociados al concepto de belleza, igualdad y éxito de las mujeres.

En una entrevista a la Revista Primicia en 1999, Gaitán cuenta: …” lo que busco es modernizar a la protagonista y quitarle el estigma de la mujer pobre que se redime a través del amor. Busco la mujer batalladora, que lucha profesionalmente, que sabe que el amor está allí pero no es el único objetivo”. Y a Juancho Parada de “El Tiempo” de Bogotá le confiesa: “Betty la fea está narrada desde el punto de vista de una mujer. Desde ahí me pongo en el lugar de un médium y presto mi cuerpo a una entidad femenina para que nos cuente una historia que quiere contar. El objetivo es que nunca describo a las mujeres en tercera persona, simplemente las veo y pienso cómo pensarían ellas, las llevo adentro. Cuando estoy escribiendo lo hago como si fuera una mujer, sintiendo como una. Creo que, a través de las confidencias, a fuerza de escucharlas, he logrado sentirlas y llevarlas adentro”.

Necesitamos más novelas así, que ayuden a muchas mujeres y hombres a cuestionar los ideales sociales del éxito de forma que no sufran por juicios patriarcales que  le impone a ellos virilidad y a ellas feminidad, condicionando restrictivamente el ser y el actuar en la vida.

Necesitamos más hombres como Gaitán.

Susana Reina.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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