Es un hecho comprobado que las mujeres pobres en todos los países, incluso en los más industrializados, sufren graves restricciones a sus derechos fundamentales, múltiples privaciones y pérdidas difíciles de superar. Si bien los hombres pobres también son víctimas de las consecuencias que conlleva vivir en medio de las más elementales carencias, las mujeres tienen menos recursos para enfrentarlas a causa de discriminaciones de género, haciéndolas más vulnerables a las crisis, guerras y a situaciones de pobreza extrema.
Son las últimas en alimentarse, tienen la obligación de realizar jornadas domésticas no remuneradas en razón de su sexo, no acceden fácilmente a servicios sanitarios, ni a créditos financieros que le permitan emprender sus propias empresas, ni a ofertas educativas que las saquen de la pobreza. Muchas terminan como botín de guerra, víctimas de trata, prostitución y otras formas de explotación sexual y marginadas de toda instancia formal para decidir sobre su propio futuro y el de sus hijos.
Desde 1995, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada por 189 Estados miembros, demandaba la urgencia de abordar la relación entre las mujeres y la pobreza, pero a la fecha los avances han sido muy lentos. El informe de ONU Mujeres de 2018 reveló que “las mujeres sufren más que los hombres la inseguridad alimentaria, ganan menos dinero que ellos, dedican más tiempo a los cuidados domésticos, son más vulnerables a la pobreza extrema y tienen menos posibilidades de acceder al mercado laboral”.
Justamente sobre este vital y estratégico tema, la cineasta Margarita Cadenas presenta el testimonio de cinco venezolanas, en torno a la salud, la escasez, la injusticia, la impunidad y el miedo, en su documental “Mujeres del Caos Venezuela”: Kim, la enfermera agobiada por la situación de penuria que atraviesa el hospital donde trabaja y que decide abandonar el país. María José, una administradora comunitaria que almacena pañales para cuando desaparezcan del mercado. Eva, la desempleada que se pasa el día haciendo colas. Luisa, la comisaria retirada cuyo nieto cumplió prisión acusado de financiar las “guarimbas”. Y Olga, una madre desesperada que reclama justicia por el asesinato de su hijo a manos de las fuerzas policiales del gobierno venezolano.
Son historias íntimas que muestran el heroísmo que significa vivir en este país, dejan claras las razones que han motivado el mayor éxodo de gente en América en toda su historia, y revelan la humillación hasta las lágrimas de tener que mendingar al Estado para poder comer u obtener una medicina para salvar la vida. Ayuda a comprender la compleja y absurda situación que enfrentamos los venezolanos que, sin la urgente presión y atención internacional, corre el riesgo de seguirse agravando.
Este documental, que por protección a las mujeres que participaron en el mismo no se piensa proyectar en Venezuela (por ahora), se realizó de manera clandestina utilizando cámaras y micrófonos pequeños para que no pudiesen ser detectados por gente del gobierno, ya que como sabemos, filmar abastos, colas y hospitales está prohibido.
Margarita es caraqueña de nacionalidad venezolana-francesa, egresada de la UCAB, vive en Francia hace 36 años. Su filmografía incluye “The Family: Dementia”, “Cenizas eternas” y “Macondo”, entre otros. Recientemente declaró a un medio: “Después de años de silencio e indiferencia por parte de la comunidad internacional hay un despertar y, sin duda alguna, hoy día el mundo está viendo realmente la extensión de la crisis que vive Venezuela”. Estamos seguras de que su documental, que ya cosecha numerosas e importantes premiaciones en Europa y América, ha contribuido muchísimo a lograr esta nueva mirada sobre nuestra situación país.
Nuestro agradecimiento a Margarita por hacer visible el sufrimiento de tantas venezolanas que por encima de todas estas atrocidades siguen luchando por sus hijos y sus adultos mayores. Por mostrarle al mundo, sobre todo a los europeos, la terrible realidad de un sistema que se vendió como feminista, socialista y humano, -con Mc Donalds incluido-. Y muy especialmente agradecidas con ella por haberlo hecho con profundo respeto desde la óptica de las mujeres, quienes han tenido que soportar la mayor carga física y emocional de todas las distorsiones económicas y sociales derivadas del modelo chavista.
Mujeres del caos venezolano se exhibirá por primera vez en Madrid, este jueves 21 de febrero en el Instituto Francés y tenemos el inmenso placer desde FeminismoInc de copatrocinar la única proyección que se realizará en esa ciudad con la presencia de Margarita. Estamos seguras de que pronto la podremos tener en nuestro propio país para abrazarla por tan honesto, salvador y valiente documental.
