Sea Varón!

Sea Varón!
enero 23, 2019 Susana Reina

Un papá enseña a su hijo a jugar fútbol en un parque. El niño de unos diez años le dice varias veces que no quiere jugar, dándole a la pelota sin fuerza.  Que se quiere ir a la casa, dice. El papá le responde que tiene que aprender a jugar porque metido en la casa se va a “mariquear” y acto seguido lanza la amenaza: “si no le das bien al próximo chute, te quito el celular por dos horas”. La cara del niño es de susto con frustración y rabia juntas. Me quedo pensando en lo difícil que debe ser hombre en una sociedad machista, porque el mandato de género masculino pasa más o menos por tener que demostrar a costa de lo que sea, que eres eso, un varón.

Sea varón, oigo que les dicen. Sea varón significa juegue pelota aunque no le guste, tenga sexo aunque no quiera, mantenga a su familia aunque no encuentre los medios, tráguese las lágrimas aunque se sienta deprimido, no permita que una mujer le pague la cena, quédese de pie y ceda su asiento, mantenga la autoridad disciplinando a su esposa si es necesario, salga a la calle a trabajar por más que quiera dedicarse al cuidado de su familia, compita y cáigase a golpes sin demostrar temor, elija la confrontación y la guerra como medio para dirimir conflictos, sea fuerte, conquistador, heterosexual, etc. Como dice mi mamá cada vez que alguno de ellos se queja de ciertos trabajos pesados: “el hombre nació pa que lo pique la plaga”.

Es cierto que el hombre goza de la mayoría de los privilegios diseñados para acceder al poder político y económico, o a lo que se llama masculinidad hegemónica, concepto propuesto de R.W.Connel, para describir la dinámica cultural en la que los hombres reclaman y sostienen su posición de liderazgo dominante en la jerarquía social. Pero al mismo tiempo tiene que amoldarse al ideal de masculinidad con toda su carga de estereotipos, tan o más agresivos y limitadores para su propio desarrollo, que los de las mujeres.

El hombre está condicionado a ocupar roles sociales que no siempre le permiten sentirse cómodo y suele por ello acumular dosis de estrés que les hace presa de los rigores de las mismas fuerzas que aparentemente consolidan sus privilegios sociales. No por casualidad la tasa de suicidos en hombres asciende al 80% según la Organización Mundial de la Salud. «El suicidio es un fenómeno masculino», asegura a BBC Mundo la psiquiatra Anne Maria Möller-Leimkühle y agrega “la principal causa suele ser la depresión en muchas ocasiones no diagnosticada en los hombres». Porque para colmo, la búsqueda de ayuda psicológica se interpreta como falta de masculinidad, y por ello viven sus enfermedades, duelos y tristezas sin decirle a nadie.

Esta situación se acentúa aún más en términos de liderazgo corporativo. En promedio, el estilo de mando masculino es más proclive a considerar la autonomía, la invulnerabilidad, el poder, cierta infalibilidad y la energía física y mental como componentes de un modelo que refuerza el estereotipo del conquistador y la leyenda del héroe, lo cual desemboca en violencia tóxica contra sí mismos, las mujeres y otros hombres también.

Es por ello que sería bueno activar mecanismos que faciliten, desde la más tierna infancia, la protección del varón sobre los mitos de poder físico y la proactividad sexual, que luego habrán de consolidarse en ejercicios distantes y agresivos de poder, para darle cabida a nuevas figuras de masculinización ajenas a estos estereotipos y más proclives a considerar las limitaciones de cualquier guerrero, incluyendo el acceso a una sexualidad de responsabilidad y proactividad compartidas.

Justamente, la construcción de esas nuevas masculinidades son parte de la agenda feminista. El feminismo como alternativa emancipadora, viene a cuestionar los cimientos sobre los cuales se ha construido la identidad masculina y por eso muchos hombres le temen al movimiento reaccionando a la defensiva. Cada vez que un hombre se sale del patrón esperado de lo que significa para el machismo ser un varón, otros hombres se lo reclaman de formas muy duras y aleccionadoras. No digamos de los que se declaran abiertamente feministas. Esos son considerados traidores. Si no, miren las reacciones que un reciente comercial de la conocida hojilla de afeitar Gillette produjo en no pocos tuiteros.

Pero la verdad es que el feminismo viene a liberarlos a ellos también de tanta opresión a su libertad y salud emocional y mental. Ojalá muchos hombres vieran en las feministas a las aliadas que le ayudarán a liberarse de la presión social extrema que no les permite vivir su vida de formas mas sanas, justas e igualitarias.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

Comment (1)

  1. Nicole 6 años ago

    Toda la razón. Yo sé que hoy en día el feminismo está haciendo su trabajo a pasos agigantados.
    Todo esto está cambiando. La deconstrucción es para todos.

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