Roma, solidaridad entre mujeres

Roma, solidaridad entre mujeres
enero 19, 2019 Juliana Henao

Mucho se ha escrito acerca de la película Roma de Alfonso Cuarón, de su estilo (neo)realista, donde la historia de una familia de clase media en México a principios de los sesenta  se muestra desde la cotidianidad y la vida real de los personajes. La crítica en general se ha divido entre glorificar la película  o realzar sus puntos débiles. Sin embargo, es evidente el enfoque de la situación que vive la mujer, Cleo quien sirve de empleada en la casa de Sofía, la dueña de la casa.

Ambas mujeres Cleo y Sofía  viven desde su propia soledad el desengaño de no ser correspondidas en el amor y la maternidad sin sus compañeros respectivos. Cleo embarazada, que al expresarle a su novio Fermín su estado actual la rechaza y luego la amenaza. El temor de hablar con  su madre por ser una madre soltera. Sofía, por su parte sufre el abandono de su esposo, el nuevo reto de llevar una casa por sí misma, de ser el sustento económico de su madre, sus cuatro hijos,  y los tres empleados que le sirven en casa. Además de ocultar a sus hijos la verdad acerca de un padre que no va a regresar.  Y la diferencia de clases tan marcadas de la época, que por más que Cleo y Sofía viven una realidad simultánea y ambas se necesitan no se reconoce la familiaridad que puede surgir entre ambas.

Independientemente, se puede observar la solidaridad que se da entre las mujeres de la película Adela, Cleo, Sofía y Teresa donde el juzgar no existe y cada quien desde su quehacer rutinario brinda apoyo. Adela ayuda a Cleo a encontrar a Fermín a través de Ramón su novio. Sofia más que desde su  rol  de jefe brinda los servicios médicos a Cleo y la escucha cuando ella le confiesa que deseo que su bebé no naciera y Adela, Cleo y Teresa ayudan a Sofía no solo con los quehaceres de la casa, el cuidado de los niños, pero con el amor y apoyo, como lo muestra Cleo al salvar los niños de ahogarse en el mar, a pesar de su miedo al agua.

Hay un respeto entre todas por su historia, por sus dolores, por sus frustraciones, por los miedos.  Y aún por el silencio de las emociones no expresadas verbalmente.  Y es ahí donde la solidaridad femenina cobra su mayor fuerza. Y como le diría Sofia a Cleo  “Las mujeres siempre estamos solas” y podríamos agregar en entornos o momentos marcadamente machistas donde la mujer precisa más que en cualquier otro de la solidaridad de otras mujeres.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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