Por Vanessa Federico
Para las nuevas generaciones compartir una vida en pareja dentro del matrimonio no es una opción.
La neosoltería es un nuevo estilo de vida que poco a poco ha ido ocupando más espacios. Los neosolteros reivindican la soltería como un nuevo modelo en el que vivir en pareja o casarse no es prioridad.
Comúnmente cuando hablamos de la soltería, nos referimos a un tiempo mientras encontramos a nuestra media naranja, viéndole las ventajas de estar solo y cómo sacar provecho de la libertad antes de comprometernos.
Desde hace más de cincuenta años, el estilo de vida de los solteros adquirió rasgos cada vez más concretos hasta llegar a una nueva definición: los neosolteros, los que viven solos por convicción y no como “quedados” o que “se les pasó el tren” como se juzgaba antes.
Ver la soltería como un estigma ya es cosa del pasado para algunas sociedades. De hecho, para este grupo de solteros buscar su otra mitad, casarse o compartir su vida en pareja, ni siquiera es prioridad.
Según Esther Pineda, en América Latina y más específicamente en Venezuela, persiste aún en la actualidad un significativo énfasis en lo que refiere la promoción e incitación a la vida en pareja; nuestra cultura se ha organizado en torno al dúo, ya sea bajo la institución del noviazgo, el matrimonio o el concubinato.
Es por esta razón que Pineda asegura que quienes se atreven a desafiar el mandato social y optan por la soltería, constantemente son interpelados, presionados, criticados y cuestionados; intentando además desde lo colectivo “hacer entrar en razón” a estos desviados de la norma, carentes de interés por el noviazgo, el matrimonio, la cohabitación y la vida en pareja.
Estas nuevas generaciones que deciden tener relaciones amorosas de este estilo, es una generación que se caracteriza por ser independientes, profesionales muy calificados, desenvueltos, competentes, seguros de sí mismos y con un alto nivel cultural.
Para muchos neosolteros, el amor no está prohibido ni es un impedimento en sus vidas; muchos tienen parejas estables y se aman, pero cada uno en su espacio. Si alguno de estos neosolteros decide vivir con su pareja será bajo la figura de “compañera”, pero pocas veces consideran como siguiente nivel al matrimonio.
Las personas que deciden ser neosolteros su característica principal es la de rechazar cualquier modelo de la vida tradicional en pareja. Esta conducta es dada (creo yo) por la preferencia a priorizar su crecimiento personal, su desenvolvimiento y disfrute individual, lograr el éxito profesional y tener una estabilidad económica.
Por otro lado, los neosolteros no quieren dejar a un lado las horas de sueño sin interrupciones, los viajes, las fiestas, entre otras actividades que gozan los solteros.
En conclusión, este estilo de vida no deja de un lado al amor, pero es una realidad que cada vez más los jóvenes o las nuevas parejas se atan menos a las responsabilidades tradicionales de la vida en pareja.