Por Vanessa Federico.
La búsqueda incansable por la equidad de género en Venezuela no puede enfocarse solamente en las mujeres. Todas las veces debemos aceptar las contribuciones que han hecho tanto los hombres como las mujeres. Si bien estamos sometidos a la desigualdad en distintos ámbitos, es preciso decir que no le afecta de la misma manera a las mujeres que a los hombres.
Para muchos, las mujeres representan el espacio de la vida privada, la de la crianza, la de esposa, la de madre, pero no hay mayor número de mujeres al frente de las empresas, en la política, en donde se hacen los negocios o donde se toman las decisiones importantes que si bien nos afecta a todos, no somos consultadas.
La sociedad venezolana sigue siendo, por lo general, en sus costumbres, tradiciones, sentir popular una sociedad esencialmente machista. Lo que pasa actualmente en Venezuela en temas de equidad de género, dentro y fuera de las empresas es que la sociedad responde a una serie de factores y prácticas machistas. Si bien Venezuela es uno de los países de América Latina con mayor índice de familias matriarcales, es decir, donde son las mujeres quienes ejercen el rol de liderazgo, de autoridad y de control, es en Venezuela donde las empresas públicas y privadas se vive una situación de machismo o desestimación del talento femenino, lo cual repercute en el desarrollo de un país.
Nermary Yibirin, especialista en liderazgo femenino, abogada y activista feminista, confirma los postulados hechos por muchísimas feministas venezolanas: las mujeres son un importante motor para el desarrollo social, económico y político del país. El papel que han desarrollado las mujeres venezolanas ha sido un papel vinculado con la vida privada en su mayoría, es decir, la mujer está relegada a los espacios del hogar, a la crianza, a atender a los esposos, a los hijos, al hogar, explica Yibirin.
Eso quiere decir que el papel de las mujeres en Venezuela es un papel de empuje, un papel no protagónico. No vemos a mujeres en espacios de poder, no vemos a mujeres gobernando o mandando, a pesar del vertiginoso papel que han tenido las mujeres en la política. “Recordemos que no hace menos de 100 años las mujeres en Venezuela no podían votar para elecciones presidenciales”
Por otro lado están las mujeres que si están ocupando puestos importantes dentro de las empresas y que su labor ha sido excepcional. Según Nermary, las mujeres que han llegado y que han ganado espacios importantes en el campo laboral son mujeres que se han preparado para ello; no están ahí por llenar un cupo, es decir, no llegan por llegar, no. Además destaca que las mujeres que han llegado a esos puestos les ha costado mucho esfuerzo y verdaderamente se han ganado la posición que ocupan, que no ocurre lo mismo con el sexo opuesto dentro de las organizaciones en la mayoría de los casos.
“Las personas con las que comparto dentro de la red de organizaciones feministas y de organizaciones que defienden los derechos de la mujer se ve una capacidad extraordinaria”. Esto quiere decir que la mujer venezolana si está preparada para ejercer puestos de liderazgos dentro de las empresas, en política y economía, porque tienen la capacidad y las que se han dedicado a ejercer, su capacidad es excelente.
Nermary Yibirin nos deja algo bien claro. Si de talento, dedicación y esfuerzo se trata, las mujeres llevan la batuta.