Friedan, Munro y Malala
Por Susana Reina
Los libros se apilan en mi mesa de noche. ¡Tanto para leer! No alcanza el tiempo. Me prometo no sumar ninguno más hasta que los termine todos. No lo cumplo. Leo un pedazo de uno, lo suelto. Tomo otro. Releo páginas anteriores. Tomo nota. Sigue la pila alta, nuevos libros sustituyen a los viejos. Comparto foto e inquietud por Instagram. Una seguidora me pide comentar tres de ellos, como al azar. Dice que no los había visto antes: Mística de la Feminidad, Demasiada Felicidad, Yo Soy Malala. Betty Friedan, Alice Munro, Malala Yousafsai, sus autoras, respectivamente.
Curiosa combinación de autoras y temas. La solicitud me ayudó a apurar la lectura del trío y a considerar que pensándolas a las tres juntas como en combo, podría aprender algo bonito para compartir. A ver… qué tienen ellas en común? Son feministas. Han sido galardonadas al más alto nivel (Nobel y Pulitzer). Inteligentes, progresistas, defensoras de derechos humanos, activistas de causas sociales. De origen humilde, se levantaron gracias al poder de sus ideas y generaron cambios irreversibles en toda una generación.
Betty Friedan (1921-2006) nacida en Estados Unidos, cursó estudios en el Smith College (Massachusetts). En 1963 publicó “La mística de la feminidad”, siendo ganadora del premio Pulitzer en 1964. Friedan fue cofundadora y presidenta en 1966 de NOW, (Organización Nacional de Mujeres) pionera en el movimiento de mujeres y que en el siglo XXI se mantiene como una de las organizaciones feministas más importantes de EEUU. En la década de 1970, planteó diversas luchas para la aprobación de las leyes sobre el aborto, el trabajo femenino y sobre los derechos de las mujeres en general. En 1981 publicó otro de sus libros clave para el feminismo: La segunda fase. Betty Friedan está considerada una figura central del feminismo liberal estadounidense.
«A lo largo de estos años, mucha gente me ha preguntado «¿cómo lo hiciste?». Nunca he podido contestar a esa pregunta. Porque nunca tuve la intención de empezar una revolución feminista. Nunca lo planeé. Simplemente, ocurrió»
Alice Munro (1931) escritora canadiense, llamada la “maestra del relato” porque su especialidad son los cuentos cortos. Dice de ella Elvira Lindo de El País: “la penuria de una niñez rural en la provincia de Ontario hace que su propio recorrido vital y el que cuenta en sus historias se hayan convertido, con el tiempo, en un espejo que agranda la vida de las personas humildes. Munro ha escrito en alguna ocasión que no necesita elaborar ni embellecer a sus personajes: “La vida de la gente es suficientemente interesante si tú consigues captarla tal cual es, monótona, sencilla, increíble, insondable. Sólo quien no tiene perspicacia para ahondar en el alma humana hace una distinción entre personajes fascinantes, con brillo social, y aquellos que parecen destinados a caer en el olvido” La escritura sin vanidad. Esa fue la escuela moral de la joven Alice. Defensora de los derechos e igualdad de la mujer, en sus libros vemos el predominio del protagonismo femenino, pero sin infravalorar el masculino, ni dejándolo de lado, poniéndolos a la par, y sabiendo combinar ambos para alcanzar la igualdad.
Malala Yousafzai (1997) es una joven valiente. Cuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakistán, Malala se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación. El martes 9 de octubre de 2012, estuvo a punto de pagar el gesto con su vida. Le dispararon en la cabeza a quemarropa mientras volvía a casa de la escuela en autobús, y pocos pensaron que fuera a sobrevivir. Sin embargo, la milagrosa recuperación de Malala la ha llevado en un extraordinario periplo desde un remoto valle en el norte de Pakistán hasta las Naciones Unidas en Nueva York. “Que las mujeres sean independientes y peleen por ellas. Es tiempo de pelear. Llamamos a los líderes mundiales a cambiar sus estrategias”. A los dieciocho años se ha convertido en un símbolo global de la protesta pacífica, y es la ganadora más joven de la historia del Premio Nobel de la Paz.
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Aquí va el pequeño resumen solicitado de cada libro:
Mística de la Feminidad
La mística de la feminidad es un libro donde se estudia a las mujeres norteamericanas, 15 años después de la segunda Guerra Mundial, cuando después de grandes luchas y logros conseguidos, vuelven a ocupar la vieja “profesión” de amas de casa.
Basándose en métodos cualitativos como la entrevista y la observación, Friedan comienza su investigación con su público objetivo, mujeres de fines de los años 50 y comienzos del 60, surge, lo que la autora denomina “el problema que no tiene nombre” Se genera en las mujeres insatisfacción y frustración al verse entre cuatro paredes, esclavizadas y restringidas. ¿Pero qué habría podido pasar con las mujeres para que vuelvan a cumplir los roles por los que tanto habían luchado? Esa fue la gran labor de la autora, descubrir el problema que afectaba estas mujeres norteamericanas.
Obtuvo información dialogando con las mujeres sobre temas cotidianos detectando sentimientos de vacío, inconformidades, insatisfacciones que las propias mujeres no podían definir. Al transponer todo el estudio que había hecho Friedan, da una respuesta a ello y dice que el problema tiene un nombre y se llama personalidad. Las mujeres habían perdido su personalidad y estaban sujetas a patriarcado.
Demasiada Felicidad
10 relatos duros, inesperados, profundos: Una joven madre recibe consuelo inesperado por la muerte de sus tres hijos, otra reacciona de forma insólita ante la humillación a la que la somete un hombre; otros cuentos describen la crueldad de los niños y los huecos de soledad que se crean en el día a día de la vida de pareja. Y el último cuento trata de Sophia Kovalevsky, una matemática rusa que vivió a finales del siglo XIX, en su largo peregrinaje en busca de una universidad que admitiera a mujeres como profesoras.
Según reeditor.com: “En cada párrafo de los diez relatos que componen Demasiada felicidad, Munro logra retratar las emociones e inquietudes de la naturaleza humana. Con aparente sencillez habla del profundo dolor del ser humano, de ese espacio oscuro lleno de sentimientos encontrados que siempre se oculta. Historias de unos personajes en las que, con cierta ironía, la autora pone de manifiesto la falsa certeza, tan afianzada, de estar en posesión del control. Matrimonios felices que se quiebran de repente; brutalidad y odio inevitable de una mujer que de pronto se enfrentan con la inconcebible necesidad de hallar la forma de perdonar al culpable de su sufrimiento; familias disgregadas; demostraciones de afecto que no llegan”
Yo Soy Malala
Escrito junto a Cristina Lamb, es el excepcional relato autobiográfico de una familia desterrada por el terrorismo global, de la lucha por la educación de las niñas, de un padre que, él mismo propietario de una escuela, apoyó a su hija y la alentó a escribir y a ir al colegio, y de unos padres valientes que quieren a su hija por encima de todo en una sociedad que privilegia a los hijos varones. «Yo soy Malala» nos hace creer en el poder de la voz de una persona para cambiar el mundo.
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Quizás el hilo conductor de estas tres estupendas escritoras es que parten de una realidad que en lo personal les es adversa, y lo hacen colectivo y político, para que muchas otras nos veamos ahí, para sentirnos acompañadas. Una realidad que es transformada por sus acciones y sus palabras generando transformación en quienes las leemos.
Las tres autoras representan el sentir y movimiento de todo el siglo XX, inicios, medio y fin; luchadoras, creyentes en el poder de las letras y la palabra, y la educación como fuente de superación en la vida. Creen en la convivencia pacífica, solidaria y constructiva entre los géneros, las razas, las etnias y las religiones. Las tres rompieron moldes en sus esferas de desempeño y hoy son fuente de inspiración para todas las mujeres libertarias.