Un disco rayado que no deja de sonar

Un disco rayado que no deja de sonar
marzo 20, 2025 Veronica Arvelo
feminismo

El otro día, alguien en redes sociales se quejaba de que las feministas siempre decimos lo mismo, que parecemos un disco rayado. Preguntaba si no nos cansábamos de repetir los mismos discursos una y otra vez, que nos faltaba creatividad. Aunque nunca me ha gustado hablar por todas las feministas, para mí la respuesta es clara: por supuesto que nos cansamos. Nos agotamos de señalar las mismas injusticias, de denunciar las mismas violencias, de exigir los mismos derechos. Pero ¿qué otra opción tenemos cuando el mundo sigue sin escucharnos?

Seguiremos repitiendo lo mismo mientras la violencia contra las mujeres siga siendo una realidad alarmante. A nivel mundial, se estima que 736 millones de mujeres —casi una de cada tres— han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual fuera de la pareja, o de ambas, al menos una vez en su vida. Estos datos no incluyen el acoso sexual. Además, de acuerdo con la ONU hasta el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por su pareja masculina.

Seguiremos uniendo nuestras voces hasta que nos veamos representadas en puestos de poder y de toma de decisiones; hasta que la desigualdad económica entre hombres y mujeres deje de ser tan evidente. A nivel mundial, las mujeres representan el 42% de la mano de obra, pero solo el 31,7% de los altos cargos. Aunque ocupan el 50% de los puestos de nivel inicial, su acceso a la alta dirección es limitado, con solo el 25% de los puestos directivos.

Repetiremos una y otra vez que las mujeres también enfrentan una carga desproporcionada en trabajos no remunerados lo que impacta negativamente en su empleo y bienestar. Dejaremos de repetirnos cuando los cuidados y las tareas domésticas no recaigan solo en nosotras, cuando el trabajo no remunerado deje de ser considerado «nuestro deber» y sea reconocido como lo que realmente es: una responsabilidad que debe compartirse.

Marcharemos, gritaremos y lucharemos hasta que nos escuchen, hasta que mujeres y niñas en todo el mundo puedan vivir en libertad y decidir sobre sus propias vidas sin miedo a un sistema que nos quiere sumisas.

Así que, si están cansados del discurso feminista, tal vez deberían preguntarse por qué sigue siendo necesario. En lugar de quejarse de escucharnos, cuestionen al patriarcado, cuestionen el sistema que perpetúa estas desigualdades. Porque mientras los movimientos conservadores sigan tratando devolvernos a la edad media, nosotras gritaremos más fuerte.

Si parecemos un disco rayado, es porque el mundo sigue sin cambiar la canción.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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