Cada uno puede aportar mucho desde su espacio de vida personal, familiar, comunitario, laboral. Son las pequeñas acciones las que cuentan, las que llevan a los grandes cambios. Todos, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, de este país o de otro, pueden activarse para sembrar consciencia sobre una sociedad donde no exista discriminación por género.
En un taller realizado el pasado 29 de julio con emprendedores de ASI SE EMPRENDE, organización que nuestra amiga Eloísa Valles lleva con mucho éxito, pedimos a los participantes que identificaran los problemas que como mujeres compartían entre sí para lograr sobrevivir en el medio organizacional, bien fuera como empleadas, estudiantes o emprendedoras y empresarias. Estos fueron los mencionados:
- Nuestras propias creencias limitadoras, baja autovaloración, descalificación por los propios logros, nos exigimos demasiado
- Presiòn social para que la mujer se mantenga en la casa
- Diferencias salariales evidentes a favor de los hombres
- Ocupar cargos mal remunerados o donde nos podemos quemar
- Falta de tiempo para hacer muchas cosas, estrès que se acumula
- Hijos y embarazos
- Competencia laboral para la cual no estamos anímicamente preparadas
- Dificultad para manejar relaciones de poder, cuando por ejemplo eres la jefa de un hombre
- No sabemos negociar nuestros salarios
- Miedos varios
- Sensación de que no somos tan buenas como nos creemos
- Presión social por la belleza física como variable importante para figurar y ser tomadas en cuenta
- No sabemos pedir ayuda. Nos creemos autosuficientes.
Toda esta lista resultó muy similar al trabajo realizado por las participantes del Taller en Maracaibo el pasado 21 de julio y cuyas conclusiones puedes consultar aquí.
Luego de poner esto sobre la mesa y ofrecerles evidencias sobre los mitos asociados a la mujer en el medio laboral, así como los principios de la conciliación familia-trabajo, les pedimos entonces que pensaran en acciones que podían diseñar en pro del movimiento feminista. Estas fueron las que propusieron:
- Aceptar que somos feministas. Dar el primer paso para marcar la diferencia
- Ofrecer apoyo en nuestras familias a otras mujeres que necesiten tiempo para estudiar o atender su carrera profesional
- Pedir ayuda para que la carga laboral y familiar sea mejor distribuida
- Apoyar a otras mujeres para que logren aprovechar sus oportunidades
- Ser multiplicadores de los principios del feminismo. Llevar el mensaje a otras mujeres y hombres.
- Deconstruir lenguajes y comportamientos misóginos, sexistas y opresivos en el dìa a dìa. Visibilizarlos y no permitirlos.
- No caer en estereotipos de género comunes, azul y rosa, juguetes sexistas, roles por sexo…
- Creer más en nosotras y en nuestras capacidades
- Animar a otras mujeres con nuestro entusiasmo. Es posible una sociedad más justa e igualitaria.
- Llevar estos talleres a población de mujeres desfavorecidas social y económicamente
- Ser solidarias con otras mujeres. Practicar principios de sororidad
- Hablar con nuestros empleadores y departamentos de Recursos Humanos. Que se den cuenta de los sesgos y prácticas discriminatorias de género
- Asociar feminismo a independencia, autonomía, liderazgo y participación en todos los ámbitos de vida.
A veces se nos va la vida pensando que el control de lo que nos pasa está en manos de otros. Al poner el foco en lo que podemos con nuestros propios recursos manejar, crece la sensación de autonomía y nos empoderamos para lograr lo que nos proponemos. Todas estas ideas son factibles de desarrollar con un conocimiento básico de lo que como mujeres tenemos derecho y abriendo los ojos para no aceptar reglas que no son mas que inventos del machismo. Requiere determinación y coraje, pero eso lo tenemos de sobra las mujeres.
Actívate y observa lo que pasa a tu alrededor.