MUJER: POR QUÉ TRABAJAS? II PARTE

Seguimos con esta serie de entrevistas a mujeres trabajadoras que iniciamos el año pasado. Mira en  Mujer:por qué trabajas?  los primeros testimonios que conseguimos y las reflexiones que hacíamos. Con Gladys, Patricia, Yuya,
Adriana, Dennys y Andreína,  observamos que  la idea de ser entrevistadas es una sorpresa enorme. Es una reacción natural femenina plantearse un ¿yooo!? Por qué yo??”. Refleja la humildad con la que muchas mujeres piensan que nunca es suficiente lo que se hace, que nunca seremos modelos inspiradores para nadie, que lo que hago es simple… cuando es todo lo contrario.

Pero una vez convencidas es difícil hacerlas callar jajaja. Se sueltan a decir casi que poéticamente lo que llevan muy adentro, con el placer de ser escuchadas. Quizá descubriéndose a sí mismas en ese instante, en ese raro momento en que alguien las pone a hablar de sí mismas. Entre 12 mujeres ya entrevistadas, ninguna dice ue trabaja para ganar dinero. No aparece ni en 20 minutos de conversación esa razón. El trabajo emerge como una fuerza liberadora, para crear, para realizarse, para demostrar de lo que son capaces, para compartir y relacionarse con otros. Sus mensajes a las nuevas generaciones son hermosos, dichos con la madurez de quien ya ha superado etapas y sin mezquindades. ¡Gracias por sus testimonios! Estamos seguras de que inspirarán a muchas.

Estas son sus voces:

“Trabajo porque me gusta, me gusta ser una mujer activa, soy muy luchadora. Mis padres siempre me enseñaron a trabajar para tener mi sustento, para mi hogar y mis hijos. Mi primer trabajo fue limpiando con mi mamá, tenía 12 años. Cuando ella se enfermaba iba yo. A los 15 me fui a Caracas. Y desde siempre he trabajado. Comencé como operaria y luego pasé a supervisora de limpiadoras. Tengo 10 años en Gulther Clean y me siento muy orgullosa de trabajar aquí porque me han enseñado muchas cosas. Soy viuda con un hijo de 23 años. Mi esposo duró 11 años enfermo y yo luché, trabajé con el ánimo que me enseñó mi madre. Cuando entré aquí llegué con muchas necesidades pero me ayudaron, no quiero ni recordar porque me duele mucho. A mí me gusta limpiar, aunque a mucha gente no. Yo soy supervisora pero no sirvo para ver lo que los demás hacen, yo superviso limpiando. Demuestro lo que sé. Soy detallista. Quiero mantener mi trabajo en la Venezuela que siempre tuvimos, en libertad, sin tener que hacer colas para comprar y poder hablar y decir lo que uno piensa”

“Para mí el trabajo es una forma de vida. Desde jovencita me gustaba la idea de trabajar. Me gustaban mucho las matemáticas por eso me hice técnico. Me encanta la ferretería, arreglar las cosas que tengo en casa. Aplico mis conocimientos dentro y fuera de casa. Soy una mujer muy dispuesta a intervenir en todas las reparaciones a pesar de que tengo marido y es electromecánico. Mi padre tiene mi mismo perfil y eso lo aprendí en casa, lo acompañaba a hacer instalaciones. Él ha sido mi máximo apoyo, era quien me tranquilizaba cuando me pasaban cosas que no entendía en el trabajo: jefes tiranos, compañeros acosadores… eso te va fortaleciendo y te enseña a ver las cosas de forma diferente. Yo no iba a quedarme en casa. Yo tengo un espacio para mi hijo pero también para mí. Tengo claro que necesito trabajar no solo por cuestiones económicas sino por mi necesidad interior. El mercado de trabajo en España te dificulta mucho porque son muy sexistas. Cuando ven a una mujer en labores técnicas te ponen trabas, temen que vas a tener hijos o que vas a poner tu casa como prioridad. Siempre he trabajado con hombres por mi profesión y me siento cómoda con ellos, son menos competitivos e igual de chismosos. A las más chicas les recomiendo que nunca dejen de formarse. Cuando salí embarazada, con el niño en lactancia continué estudiando y tomando en cursos. Que hagan lo que les guste, sea lo que sea. Cuando trabajas a disgusto eso te mata, si es el caso es mejor dar marcha atrás. Yo trabajo en lo que sea, mientras me guste. Porque todo es experiencia y aprendizaje que sé que me va a ser útil en algún momento de la vida”

“Me gusta trabajar porque el cuerpo y la mente se activan. Todo en exceso es malo porque si tienes mucho mucho mucho trabajo te mata, pero si no tienes ninguno también. Hay que tener un término medio para todo lo que hagamos. Me gusta ayudar a reparar ordenadores, pero también enseñar a los mayores que les cuesta la informática. Me encanta enseñarles. Tengo mucha paciencia, lo he hecho con muy buenos resultados, les explico lo que deben hacer y lo que no. Me gusta el tema, leo, me informo, tomo cursos. Tengo proyectos en mente para este año, me planifico por horas para dedicar tiempo a la casa, a mis estudios, al trabajo y para mí. Quiero perfeccionar lo que sé, que siempre pienso que es poco, pero según mis mentores no es tan poco (se ríe). Recomiendo a otras mujeres que incursionen en lo que de verdad les nazca, que hagan lo que le gusta de verdad, de adentro. Es triste hacer una carrera para darte cuenta de que no era lo que querías hacer. El sabio mientras más sabe, más se da cuenta de que no sabe. Busca siempre aprender”

“Trabajo porque la mujer debe desarrollarse a nivel intelectual, porque en una casa no me sentiría plena. Uno siempre debe tener visión de futuro, no quiero llegar a edad avanzada con la frustración de que no hice lo que quería. Siento que estoy haciendo lo que me gusta, antes trabajé en bancos, me gustan los números, controlar, planificar. He sabido balancear mi vida en el hogar con el trabajo, involucré a mi marido en las tareas domésticas, él tiene un horario más flexible que el mío y me apoya bastante… ahhh y lo más importante, yo trabajo porque amor ser independiente”.

“Esto no es un trabajo, este es mi anhelo. Me encanta la artesanía, tratar con personas diferentes, que tienen otros pensamientos y que al conversar con ellas me han ayudado sin saberlo. Hay días que he venido a mi trabajo achicopalada y me han incentivado, me hacen sentir que estoy aquí y con esto he podido darle estudio a mis hijos. He levantado a mi familia, siempre con fe en Dios, y en cada persona que pasa por mi puesto que llevan un poquito de Dios en cada uno de ellos. Las veces que he tenido que quedarme en mi casa es por enfermedad, pero cuando no estoy aquí siento como que… Dios mío no fui a trabajar!! Este sitio es mi vida, tengo aquí 30 años, empecé a los 17 como ayudante en una tienda aquí y luego me procuré mi propio negocio. A las muchachas jóvenes les digo que se quieran a sí mismas, que se ponga una meta en su vida, que busquen incentivos, que cambien el mal humor por el bueno y que sepan que lo que quieras cosechar de la vida tienes que empezar a sembrarlo ahorita, no después”

“El trabajo para mi es hacer cosas, por eso lo veo como vida, a veces puede ser duro, divertido, difícil, creativo, distinto, rutinario…. por trabajar soy, me reafirma, me valoran, me reconocen, me conozco.  He tenido suerte de trabajar en el modo que me gusta, he trabajado a mi suerte. Ser emprendedora es complejo, pero es la única manera que siento ser capaz de conciliar mi vida con mi familia. Con mi trabajo he tenido satisfacciones y desilusiones, pero no paro, sigo buscando alternativas, investigando en el mercado,  preparando propuestas, creando alguna imagen, un objeto… para llegar a la gente, está en mí el querer seguir apostando por esta forma de trabajar. Muchas veces pienso que el camino de ser empleada en alguna compañía es más sencillo, menos incertidumbre, más rutinario… pero ese pensamiento me dura poco o cuando estoy ahogada por algún problema porque dentro de mi está esa forma de trabajar a mi manera”