Como quiera que la liberación femenina prometida en los 60 aún no llega, porque trabajamos y votamos, y nos divorciamos y abortamos y todo eso, pero seguimos con la responsabilidad total de casa e hijos más trabajo remunerado… tenemos entonces que contar con una suerte de infraestructura de apoyo que nos permita mantenernos en nuestros trabajos sin abandonarlo, justo en el momento soñado cuando la carrera nos sonríe.
Esa plataforma de ayuda o back up, la tenemos que construir nosotras mismas, no sale sola. Consiste en una red de auto ayuda práctica y real que esté allí para cuando más la necesitemos. Hay que diseñarla, negociarla, nutrirla y mantenerla, con mucha inteligencia e interés.
Pero antes de leer estas sugerencias radicales, asegúrate que tu objetivo fundamental es hacer carrera gerencial y que estás dispuesta a casi todo para lograrlo, hasta que seas una Directora o una Socia o Fundadora de tu propia empresa. Si no lo tienes claro llena este test y luego vuelve aquí: test para saber si me quedo en casa o trabajo en la calle.
Aquí están algunas ideas de comprobada efectividad por parte de quien esto escribe para aquellas que, repito, quieren trabajar en la calle contra viento y marea:
- Busca a una mujer que sea la madre de tus hijos. O sea, no una cuidadora o señora de servicio doméstico cualquiera. Una mujer que sienta que los parió por ti y los quiere más que tú misma. Esto es vital porque tiene que producirse el milagro de que tus hijos quieran estar mucho tiempo con ella. Que la lloren y extrañen más que a ti. Si esto no es soportable para tu propio ego, entonces no vas a poder viajar, o quedarte hasta tarde en un brindis, o tener que trabajar un fin de semana. De esta forma, ellos sufren menos, tú liberas tiempo para tu trabajo y la señora está feliz con esos hijos que le mandó Dios. Ganar-Ganar-Ganar.
- Busca a otra mujer que sea la jefa del hogar. La que compra, decide qué se come, mantiene esa casa hiper limpia, lava la ropa, plancha como tintorería china, y va unos cuantos días a la semana a poner orden y te libera a ti para poner la cabeza en otra cosa. ¿Existe más felicidad que esa? Si la del punto 1 y la del punto 2 son la misma, eso es magia; no te ilusiones con eso porque es demasiado trabajo para una sola. Busca dos. Sí las hay, lo que pasa es que tienes que mantenerlas felices cuando las encuentres y no ponerte a pelear por detalles. Págales bien, asume algunas de sus necesidades familiares para que no te dejen y consiéntelas mucho. Soltar-Soltar-Soltar.
- Ten todos tus papeles al día. Identificación, documentos de propiedades, pagos, cuentas por cobrar, balances, declaraciones, pasaporte, visas… Usa días de vacaciones o abogados amigos que gestionen todos estos papeles para que cuando los necesites estén allí listos y ordenados. Cero estrés por ese lado. Tener un abogado a mano es una bendición. Hazte amiga de algunos cuantos. No tienes idea de lo que puede facilitarte la vida.
- Habla con una hermana, o una amiga, o una prima. Comprométela para que si te sale un viaje ella se encargue de tu casa. Y sepa desde ya donde está todo y como se hace todo para que no tengas que estar dando indicaciones a última hora toda estresada.
- Si tu marido es de los buenos negocia con él tiempo para compartir con los niños, ir al pediatra, a las reuniones del colegio, quedarse en casa cuando alguno de los niños enferma, transporte escolar, cuidado compartido de tus padres o los de él, compras varias y atención a la casa. La responsabilidad es de los dos. No es que él te ayude, es que también es su tarea. Los dos trabajan afuera, los dos trabajan adentro.
- Si tu marido es de los malos déjalo. Tarde o temprano te va a pesar como un lastre para tus planes profesionales.
- Procura tener una mano derecha en tu trabajo. Un clon tuyo. Puede ser una secretaria, o tu segundo en la cadena de mando en quien puedas delegar cosas menores y que se encargue de todo cuando no puedas estar temporalmente. Que te mantenga al día con todos los movimientos de la oficina para que no pierdas información valiosa que te permita tomar decisiones aun cuando no estés por todo eso.
- Date un masaje, camina, haz alguna actividad física que te permita botar estrés, visita al ginecólogo el día de tu cumpleaños para que no se te olvide que es anual el chequeo, reclama los exámenes tutoriales médicos en tu empresa, come en un comedor con asesoría nutricional… Así proteges tu sistema inmunológico y no te estás enfermando a cada rato. Vete de vacaciones con tus niños, una vez por año, que sean las mejores del mundo, para que limpies alma y corazón, y vuelvas con ánimo renovado a seguir alcanzando metas.
Asimismo, ofrécete tú para ser el back up de otras compañeras y practicar aquello de la solidaridad femenina o sororidad. Mujeres apoyando a mujeres. Aprovechemos esa bendita cualidad femenina de cuidar de otros, para procurar apoyo propio y ponerlo al servicio de nuestros intereses.
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