Eso le digo a las mujeres que trabajan conmigo y a las que tengo cerca: pide feedback. Averigua cómo estás impactando. Sondea cómo eres percibida. Explora qué esperan de ti. Busca saber. No te quedes a ciegas.
¿Por qué no lo hacen más a menudo?
Por miedo.
Yo les digo:
…es preferible saber la verdad dura y fea, a tiempo y no cuando es muy tarde para corregir. Es como verse al espejo.
Algunas veces nos vemos feas, pero otras preciosas. Y siempre, hay algo que arreglar para vernos mejor.
Es necesario saberlo porque esa misma gente que nos da feedback es la que usualmente influye para que nos otorguen un ascenso, un aumento, una recomendación. Pero también, un despido o un enfriamento en la banca.
Por eso importa saber si les importamos. Porque estemos claros, que alguien nos dé un feedback es como que nos den un regalo.
Uno solo le dice a otro como lo ve, si le importa. Mientras más crudo es ese feedback, más le importas.
Yo admiro a los jefes descarnados. Es de quienes más se aprende. Todos mis jefes, hombres, por cierto, me llevaron al límite de mis posibilidades y gracias a ellos pude avanzar. Me dieron feedbacks de oro, que escuché y consideré, para hacer lo necesario. Algunos no son muy abiertos ni tienen la práctica de ofrecer retroalimentación. Vienen de la generación “no news, good news”. Si tienes jefes así, te toca a ti pedirlo.
Lo bueno de esto, es que ya con solo pedir feedback, das la señal de que quieres mejorar. Adoro a la gente que se me acerca y me pregunta ¿cómo lo hice? Pienso que esa es la gente que va lejos. Porque no tienen miedo de saber cómo
se ven. Sobre todo a la gente que re pregunta sobre lo que le entregas. Ahondan. Quieren más. Se esfuerzan por tenerlo claro. Y discuten para tener nuevo enfoque de lo que esperan de ti.
se ven. Sobre todo a la gente que re pregunta sobre lo que le entregas. Ahondan. Quieren más. Se esfuerzan por tenerlo claro. Y discuten para tener nuevo enfoque de lo que esperan de ti.
Lo más bonito de este proceso es que ambos, el que da y el que recibe, se transforman. Es un calibramiento mutuo.
Un chequeo de posiciones. Este es un mundo de percepciones. Y aunque los hechos hablan, las percepciones mandan. Ajustarnos a ellas, o hacer lo que es propio hacer para cumplir lo que se espera de uno, es una competencia
importante de nuestro desarrollo gerencial. Por eso, pide y da Feedback.
importante de nuestro desarrollo gerencial. Por eso, pide y da Feedback.
Siempre.
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