
Por: María Alejandra Mancebo
Querida Isabela,
Hoy celebro tu primer año de vida, un momento que llena de alegría mi corazón, aunque por ahora solo te conozca principalmente a través de fotos y videos, por motivos que conversaremos después. Desde el primer instante en que vi tu pequeño rostro, supe que habías cambiado mi vida para siempre. Aunque la distancia nos separe, me has otorgado el regalo más precioso: el título de abuela.
Ser abuela es una experiencia que jamás imaginé que sería tan profunda y hermosa. Aunque aún no he podido aun sostenerte en mis brazos como desearía, siento un amor y una conexión contigo que trascienden la distancia. Cada vez que veo uno de tus videos o una foto tuya, me llena de felicidad y orgullo. En cada sonrisa que compartes a través de una pantalla, encuentro la chispa de la vida que me anima y me llena de esperanza.
Siempre me han dicho que ser abuela significa más que cuidar y consentir. Yes así pero también es una responsabilidad maravillosa: tengo la oportunidad de transmitirte experiencias, enseñanzas y valores que considero fundamentales. La historia está repleta de mujeres fuertes y valientes que han luchado por sus derechos, y deseo que aprendas sobre ellas y que sientas admiración por su valentía. Espero que, al crecer, sientas que hay un tejido invisible que nos une a todas las mujeres de nuestra familia, un legado que trasciende generaciones.
El feminismo, mi querida Isabela, es una herramienta poderosa que ha ayudado a las mujeres a ganar derechos y a luchar por la igualdad. A lo largo de la historia, muchas mujeres han alzado sus voces para desafiar las injusticias y luchar por los derechos que hoy disfrutamos. Quiero que entiendas que el feminismo no es solo una lucha por las mujeres, sino por la dignidad humana en su totalidad.
Te animo a que aprendas sobre figuras influyentes en la historia del feminismo, como Rosa Parks, Frida Kahlo, y Malala Yousafzai. Ellas marcaron la diferencia en sus comunidades y en el mundo. Su rebeldía y determinación nos recuerdan que nunca debemos quedarnos calladas ante la injusticia. Como tu abuela, mi deseo es que, al crecer, desarrolles una pasión por la justicia y la igualdad, y te conviertas en una defensora de los derechos de todos.
Al educarte, también ampliamos nuestras conversaciones. Espero que siempre sientas la libertad de cuestionar, de aprender y de expresar tus opiniones. La educación es un poderoso camino hacia la libertad y la empatía, y quiero que tengas acceso a todas las oportunidades para crecer sabia y valiente.
Una de las lecciones más importantes que quiero que lleves contigo es que siempre seas valiente en la defensa de tus ideales. A lo largo de mi vida, he aprendido que la verdadera valentía se encuentra en ser fiel a uno mismo. En un mundo que a veces puede resultar confuso, tu voz es un faro que puede iluminar el camino a otros.
Me gustaría que aprendieras a no tener miedo de expresar tus convicciones, incluso cuando puedan ser impopulares. La vida te presentará desafíos, pero cada desafío será una oportunidad para crecer y aprender. No dejes que las dudas o las opiniones ajenas te frenen; tu voz y tus ideales son valiosos y merecen ser escuchados.
Las mujeres que nos han precedido, desde las sufragistas a las activistas contemporáneas, nos han enseñado que la lucha por lo que es justo y verdadero es un viaje que vale la pena emprender. Quiero que encuentres inspiración en sus historias, y que sientas el poder de tu propia voz. La valentía no siempre se manifiesta en grandes gestos; a veces, se trata de pequeños actos diarios de autenticidad y amor por uno mismo.
Querida Isabela, al mirar hacia el futuro, imagino un mundo lleno de posibilidades para ti. Espero que siempre te sientas empoderada para seguir tus sueños y que nunca olvides que, incluso en los momentos difíciles, tienes en mí una aliada incondicional. Estoy aquí para apoyarte y guiarte en tu camino
Finalmente, quiero recordarte que tendrás mis brazos abiertos y mi corazón, no solo como abuela, sino como una mujer que ha navegado por las mareas de la vida. Te animo a que construyas un legado de amor, fortaleza y valentía, inspirándote en aquellas que nos han precedido.
Espero que, al crecer, te rodees de personas que te estimulen y te apoyen en tus aspiraciones. Nunca subestimes el poder de las conexiones humanas, la bondad y el amor. Estoy emocionada de seguir acompañándote en este viaje, y aunque hoy estés dando tus primeros pasos en la vida, ya eres un rayo de luz que ilumina el mundo.
Con todo mi amor.
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María Alejandra es abogada con estudios de 4 y quinto nivel. FEMINISTA y consultora visionaria.
Cofundadora de Cata Jurídica con Tacones y codirectora de la Revista Venezolana de igualdad de Género.
Mi mejor título ser Mamá y Abuela