La mortalidad materna (MM) es el indicador que muestra más disparidades entre todos los países que cualquier otro indicador de la salud pública. La razón de mortalidad materna en los países de ingresos bajos en 2020 fue de 430 por 100 000 nacidos vivos, frente a 12 por 100 000 nacidos vivos en los países de ingresos altos.
Es casi un slogan decir que las muertes maternas (MM) son una tragedia social prevenible. ¿Por qué son prevenibles? Porque el 90% del total de muertes maternas en América latina ocurren por causas obstétricas directas ¿Qué significa causas obstétricas directas? aquellas causas asociadas a complicaciones del embarazo, del parto, y del puerperio, que se producen por intervenciones, omisiones, tratamientos incorrectos o por eventos por estos ocasionados. ¿Qué significa eso? Que respetando el proceso natural del embarazo/parto, sin acelerarlo con medicación, se previnieran sensiblemente las muertes maternas.
Una redundancia necesaria, las causas directas de mortalidad materna son medidas por ocurrencias orgánicas de las gestantes, entre las primeras causas directas de MM en América latina, tomaremos como ejemplo dos de las de mayor incidencia, la sepsis obstétrica y el aborto. Si escudriñamos más allá del dato develaremos que, la sepsis obstétrica (infección potencialmente mortal) ocurre, en la mayoría de los casos, no por el estado de salud de la embarazada, sino por el empleo de procedimientos invasivos, tanto diagnósticos como terapéuticos, durante el periodo gestacional, parto o puerperio, ¿Por qué se usan dichos procedimientos? Porque como la obstetricia no le da al proceso parir/nacer su tiempo natural, por lo contrario, lo acelera, consecuentemente cualquier eventualidad la tienen que resolver con procedimientos agresivos, que redunda en alta MM, evitable con una praxis obstétrica vigilante y no invasiva.
El aborto además de estar entre las primeras causas directas de muertes maternas, lo agrava que impacta fundamentalmente a un grupo sensible de la población como lo son las mujeres jóvenes. Leído así es inadmisible, pero escudriñando el dato, evidenciamos que más inadmisible es que, de esos abortos un significativo porcentaje son provocados, los cuales no son reportados con su nombre y apellido “aborto inducido” por temor a las consecuencias legales. Constituyendo un grave problema la falta de información sobre la cantidad de abortos provocados que se producen en los países que tienen legislaciones prohibitivas.
Hoy por hoy se ha demostrado que las muertes maternas por aborto son muertes evitables si los abortos se realizan en condiciones de seguridad. La legalidad puede dar seguridad porque habría mejor información, disponibilidad y accesibilidad a métodos seguros para la interrupción del embarazo.
Los datos epidemiológicos oficiales (%) muestran la cara que mide la casuística de la realidad, siendo estos datos los utilizados para el diseño de las políticas públicas de salud. La cara que desagrega cualitativamente esa casuística, la cual deja desnuda la razón estructural socio epidemiológica, es obviada por no estar in statu quo de la epidemiologia dominante. A lo que atañe a este artículo, ha sido el rastreo cualitativo de las voces de las gestantes, quienes han dejado evidencia de dramáticos eventos vinculados con la rutina obstétrica, los cuales, sin dudas, inciden en la mortalidad materna.