Marlene Cisneros: “Las mujeres hemos tenido un despertar de consciencia y ahora nos vemos como generadoras de riqueza económica”

Marlene Cisneros: “Las mujeres hemos tenido un despertar de consciencia y ahora nos vemos como generadoras de riqueza económica”
agosto 13, 2024 Alejandra Watts
Marlene Cisneros

Vivimos en una era donde las oportunidades para crear y generar impacto positivo en nuestros entornos no están limitadas a las profesiones u oficios que podamos llegar a tener. Esto se acentúa si pasamos por un proceso migratorio donde toca explorar, reinventarse y dar saltos de fe para seguir adelante.

Un ejemplo de ello es Marlene Cisneros quien desde el periodismo tradicional en Venezuela saltó hasta convertirse en una figura importante en el ámbito de la consultoría y la mentoría en Panamá. Su carrera se ha enfocado en la enseñanza y el desarrollo de competencias en comunicación especializándose en el emprendimiento femenino y en proyectos emblemáticos como Ciudad del Saber y La Red de Mentores.

“A la consultoría llegué a través de mi pasión por la docencia. Como consultores tenemos que enseñar a nuestros clientes a hacer las cosas, tener la capacidad de transmitir lo que sabemos. Podría decir que mi trabajo como consultora comenzó en las aulas cuando era profesora en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Santa María en Venezuela, hace más de 20 años”, recuerda.

Proyectos con propósito

“Panamá es un país lleno de oportunidades, y llegar a formar parte de equipos que hacen vida en la Fundación Ciudad del Saber (FCDS) es un verdadero privilegio. Recuerdo que cuando llegué a Panamá en el 2008, mi papá, que ya tenía un año viviendo aquí junto a mi mamá, me llevó a los espacios de Ciudad del Saber y me contagió su emoción; comencé a investigar de qué se trataba y efectivamente, sabía que allí quería hacer algo, no estaba segura de qué exactamente, pero allí quería estar y pertenecer”, detalla.

Como una forma de manifestación que se juntó con mucho esfuerzo, pensamiento estratégico y networking, Cisneros comenzó como mentora voluntaria en Canal de Empresarias, una iniciativa que potencia el emprendimiento femenino en el país. Luego, ese voluntariado se estructuró mejor y junto a una compañera mentora, Mairelys Celedón, creó una metodología de trabajo estandarizada llamada “Máster Mentor» avalada por la Quality Leadership University y la Ciudad del Saber. El siguiente paso fue formalizar a La Red de Mentores como una fundación.

“Trabajar como fundadora de La Red de Mentores y estar en la junta directiva, que por cierto está conformada sólo por mujeres, ha sido una experiencia fascinante. Estamos enfocadas en dar el mejor y más profesional acompañamiento a mujeres que están en el camino de emprender, desde cada una de las profesiones y oficios de quienes conforman la red. Hoy tenemos más de 300 mentores registrados y estamos próximos a lanzar una nueva edición de la Certificación Master Mentor 2024-2025”.

Experiencia migrante

Cisneros forma parte desde 2008, de los casi 58 mil venezolanos que actualmente residen en Panamá, según datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, y si bien señala que cuando llegó las cosas eran diferentes, las expectativas y miedos propios de la migración siempre son iguales.

“Mi intención era estar unos meses aquí para organizarme y replantear adónde me iría definitivamente. Salí de Venezuela tras la intervención de la empresa donde trabajaba y siendo periodista, era complejo seguir ejerciendo allá. Fue retador acostumbrarme a un nuevo ritmo de vida menos frenético. Recuerdo que para entonces, veía a Panamá como un país bastante más conservador que Venezuela en el tema de género. Eso cambió rápido con los años gracias a la influencia de muchas mujeres ejecutivas que llegaron, pero también a las mujeres panameñas que vieron oportunidades importantes para hacer valer sus derechos en escenarios no tradicionales”, indica. Admite además que el mayor reto fue entenderse y aceptarse como migrante.

“De ser una profesional y docente con trayectoria y reconocimiento, aquí había que empezar desde cero, hacer uso creativo de los conocimientos profesionales que tenía y de las habilidades que da la experiencia. Algo vital para lograr integrarme fue reconocerme extranjera y aceptar que la visitante era yo y quien debía adaptarse a una nueva realidad era yo. Creo que como migrante fue el primer aprendizaje que tuve, arrancar con el contador en cero, saber explicárselo al ego y los apegos. En ese entonces, el reto no era ser mujer, el reto era ser extranjera”.

 Liderazgo femenino

Al preguntarle sobre las diferencias que suele ver en su rol de consultora de comunicaciones entre mujeres y hombres que buscan alcanzar posiciones de liderazgo comenta que son muy evidentes, en especial a la hora de buscar oportunidades laborales.

“Basta conversar con colegas varones que han ocupado o están ocupando altas posiciones y cómo logran escalar más rápidamente a esos espacios, con mayores beneficios, para darnos cuenta que aún falta mucho camino por recorrer. De lo que estoy segura es que las mujeres sí tenemos el gen del atrevimiento y en las nuevas generaciones es más evidente. Nos falta más sororidad verdadera, servir de trampolín y celebrar sinceramente los éxitos de otras. Si tantas mujeres en el pasado y con menos recursos se han atrevido y han alcanzado grandes cambios, nosotras podemos multiplicar nuestros efectos y nuestros impactos con los recursos que tenemos disponibles hoy en día”, enfatiza.

En opinión de la especialista en marketing, comunicación institucional y empresarial, uno de los elementos clave en el auge de los emprendimientos femeninos ha sido “un despertar de conciencia”.

Las estadísticas han demostrado que las mujeres líderes de negocios suelen ser mucho más efectivas, organizadas y rentables que sus pares masculinos. Esto es un elemento que estimula a las mujeres a “atreverse”  y asumir riesgos en negocios, que hace muy pocos años parecía impensable. Las mujeres no somos conformistas, y reconocemos las amplias capacidades que tenemos, no sólo como procreadoras, sino como generadoras de riqueza económica, independencia financiera y liderazgo”.

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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