Mi nombre es Carmen Carreño. Como la mayoría de las mujeres de Latinoamérica, provengo de una familia patriarcal, con mujeres al frente de la administración doméstica.Hace algunos años atrás, recibí una invitación a una iglesia cristiana: harían algo especial por el día de la mujer.Entre las actividades, más resaltantes tenían peluquería, lectura, reforzar autoestima y el valor de la mujer en la sociedad.Yo dije, ¿Qué puedo aportar para este día?Y tomé una maleta, la llené con ropa, accesorios y zapatos de mi closet.Llegado el momento, le sugerí a cada una que se probaran dichas prendas. Al principio no había receptividad, todas muy encerradas en ellas mismas, casi ni hablaban.Las observaba mientras entre dientes decían :– A mi esposo no le gusta que me maquille.– No creo que ese vestido me quede, porque estoy muy gorda o delgada.– Nunca había asistido a algo como esto.– Yo no tengo tiempo para hacer estás cosas.– No puedo gastar en ropas.– Mi cabello no es fácil de manejar.– Estoy segura, que ese vestido a mi no me queda bien.– Yo no tengo edad para usar eso.– Mi religión o mi profesión no me lo permite.Yo solo trataba de convencerlas que se probaran los vestidos y que no necesitaban preocuparse de que fuesen costosos. Solo ver cómo les quedaba cada pieza que se ponían.Paso a paso, sus rostros cambiaban, cada una caminaban con tanta seguridad, batían su cabello, sus rostros mostraban tanto brillo.Fueron las seis horas más agradables que pasé.En conclusión, solo puedo decir, el mayor crítico que puede existir, somos nosotras mismas.Mi aporte: mostrarle a cualquier comunidad de mujeres, sin importar el status social, que con los recursos que tengan y un bajo presupuesto pueden lucir y sentirse empoderadas. Solo es cuestión de actitud.Seguiré desde rinconcito apoyando a las mujeres de este mundo.
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Carmen Carreño.
53 años de edad, orgullosamente margariteña.
Mi madre de Margarita y mi padre de Carúpano, soy la hermana mayor de 4 hermanos .
Me casé con un gran hombre, el cual se destacó por su sentido del humor.
Le dimos vida, a un joven inteligente, amable, respetuoso, con una habilidad para el comercio y las finanzas.
Toda mi vida ha transcurrido en esta hermosa isla, hice carrera en el área de finanzas. En dichas instituciones pasé 30 años de servicios, llenos de experiencias, por todo lo que implicaba ser empleado bancario en esa época, luego fui seleccionada por una de esas instituciones, para ser agente multiplicador en la implantación de la plataforma que manteníamos en Venezuela en otro país. Luego de esta vivencia en un rubro tan importante, observé que la calidad de servicio es la carta de presentación en cualquier área.
Entonces me formé como instructora de atención al cliente, logré dar charlas en algunas empresas en el centro del país. De mí, les puedes decir: hija, hermana, madre, amiga. Con una fortaleza destacada en la responsabilidad, compromiso, puntualidad y siempre orientada a resultados.
Si me fijo un objetivo, no descanso hasta lograrlo. Y de manera chistosa, les puedo decir que tengo una risa muy ruidosa. Estoy dispuesta a dar un granito de arena, para la atención a clientes y que la mujer se sienta bien en cada área donde se desarrolle.
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