Todo ensayo comienza por un error y el intento del escritor por comprender las implicaciones. Alcances y naturaleza filosófica de sus obsesiones. Tal vez por eso, es uno de los géneros literarios más discretos y complicados, debido a una engañosa apariencia de sencillez de lo equívoco convertido en posibilidad. Un espejo fidedigno que trata de analizar temas complejos bajo una mirada amena, que implica una profunda y cuidadosa — y la mayoría de las veces — invisible síntesis. Además, como toda reflexión de índole privada, pone al autor en la curiosa situación de meditar la dimensión de distintos tópicos a partir de una perspectiva personalísima que debe sustentar con base en su experiencia, opinión o solo su intuición. La autoexploración — con todas las connotaciones y percepciones que supone — forma parte de algo mucho más amplio, duro y elaborado que el ensayo modula en una construcción literaria de indudable valor. Y de allí, su especial dureza.
A esa dificultad, el ensayo contemporáneo añade la exigencia de abarcar las dimensiones de ese cuestionamiento desde un conocimiento concreto, lo que dota al género de una curiosa importancia literaria al ser algo más que un recorrido reflexivo con un único objetivo. Su cualidad como hipótesis y también, el aire experimental que le permite abarcar mucho más que cualquier otro texto que busca la divulgación y la confrontación de ideas. Pero en la actualidad, el ensayo también es una mirada consistente sobre la las implicaciones de la incertidumbre intelectual, un espacio en blanco que la mayoría de las veces, supone una dificultad dificil de superar para cualquier escritor.
Entre ambas percepciones del género, se encuentra la colección de textos que forman parte del libro Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion de la escritora Jia Tolentino, que no sólo responde a la idea de un meditado punto de vista de la figura de la mujer, la presión estética o el feminismo, sino también, la inquietud de la autora acerca de la forma en que los comprende como un hecho trascendental. Una búsqueda de respuestas que gracias al considerable talento de la escritora para el análisis, crea un consistente recorrido sobre temas dispares que confluyen una una única inquietud intelectual.
Tolentino — antigua editora y colabora de Hairpin y Jezebel — recorre con flexible facilidad, buen gusto y talento sus obsesiones favoritas, lo que le permite dotar a sus textos de un peculiar punto de vista. La aproximación no es del todo original — ¿qué lo es, en nuestra época? — pero sí, lo suficientemente ingeniosa como para recorrer algunos caminos desconocidos en sus acercamientos. Y esa es quizás la mayor fortaleza de Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion.
Como autora dedicada a temas feministas, Tolentino debió lidiar por años con encendidos debates en redes sociales sobre tópicos álgidos y algo de esa experiencia para el debate y el argumento, es notorio en la forma que abarca y condiciona los textos incluidos en su libro. Para la escritora, la posibilidad de la reflexión es también, la necesidad de ordenar las piezas de todas sus inquietudes hasta crear un mapa de ruta hacia una forma de esperanza. Sus textos — sombríos, elegantes, brillantes — también son una búsqueda consciente de significado. En cada uno de ellos, parece preguntarse sobre la identidad — la propia pero también la de otros — , el bien y el mal ambiguo de nuestra época, la figura de la mujer aplastada y subyugada por deberes históricos todavía muy reales.
Pero Tolentino quiere además, recorrer con cuidado la probabilidad que todas esas visiones se entrecrucen con lo trascendental. De modo que la mujer que describe no es sólo una idealización de lo femenino — o una descripción inherente a su conocimiento del tema — sino todas las mujeres unidas bajo una consistente concepción de la individualidad. Una labor ímproba de habilidad que Tolentino lleva a cabo con gracia, una prosa sencilla pero sobre todo, una indudable fortaleza espiritual.
Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion es mucho más que un intento de crear continuidad u homogeneizar las creencias y opiniones de su autora. Hay un elemento afilado, duro en la forma particularmente directa en que Tolentino pondera sobre ideas que suelen resultar incómodas. La forma en que el mundo contemporáneo asume su identidad, se transforma en una herramienta consistente para explicar — o intentar hacerlo — sus carencias. O mejor dicho, sus grandes derrotas históricas. Para Tolentino, la economía, la noción cultural sobre la mujer, la caída en desgracia de las corporaciones y al final, la lamentable mezcla entre miseria y avance tecnológico de lo contemporáneo, tiene un valor central y medular sobre la manera en que la generación que creció a expensas de internet se mira al espejo de sus dolores. “¿Quienes somos, en medio de las debacles de una economía sometía al arbitrio de unos pocos? Nuestra prosperidad no está en nuestras manos, tampoco la posibilidad de evitar la derrota. ¿Cómo podemos inferir la ruda realidad que coexiste con la vida cotidiana? Hombres y mujeres mueren de hambre y es una realidad en el país más poderoso del mundo, mientras intentamos ahorrar 20$ en Amazon” escribe Tolentino. La imagen se extiende no sólo a las penurias financieras, sino las intelectuales y morales. Al final, la cultura moderna es una yuxtaposición de sufrimientos y pequeñas alegrías fragmentadas. Con el mismo valor y carentes de verdadero significado. Y la escritora no sólo lo deja claro, sino que ahonda en ese concepto movedizo y abstracto de las grandes regiones modernas de la imaginación.
Tolentino es una escritora experta en temas complicados, de difusión mínima y que muchas veces, debe enfrentarse al ataque sistemático como una estructura inevitable. En Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion pone su considerable talento para el debate, al servicio de un meditado trayecto por encontrar en los tópicos que aborda, una sistemática conexión entre sus puntos álgidos y los menos conocidos. De modo que va desde los peligros de la web hasta el feminismo pop con una extraña mezcla de habilidad y sensibilidad a la que añade un cinismo casi humorístico. Se cuestiona, mira con cuidado la posibilidad de encontrar un eslabón débil entre la sucesión de ideas, se burla de sí misma. En conjunto, los textos siguen ese ritmo en ocasiones disruptivo pero efectivo y también, cierta tensión interna que le brindan una cuidada cohesión temática.
Por supuesto, los ensayos más extensos y potentes examinan los temas preferidos de la escritora y es notorio, el mayor esfuerzo de investigación, disección de los tópicos y sobre todo, confianza en los que le resultan terreno conocido. Para Tolentino, la búsqueda de una razón consciente de las ideas, es mucho más que una extensa selección de reflexiones más o menos coherentes. Así que se emplea a fondo para mezclar su pasional versión del bien y del mal, la fe (o su pérdida), el sentimiento religioso y el miedo al futuro, a la vez que extiende su recorrido intelectual por algo más que su experiencia como una parte de una Iglesia Evangélica, lugar en la que la escritora se educó hasta los dieciséis años.
A pesar de lo que pudiera pensarse, la ambición de cada ensayo no se basa en las suculentas vivencias personales de Tolentino (aunque sí hay muchas descripciones jugosas y profundas sobre su vida en la alienación dogmática y la influencia que tuvo más adelante) sino cómo esa experiencia sostiene su opinión. La potencia de la religión como parte de su forma de comprenderse está allí y también el vacío de su pérdida, pero a la vez, la necesidad de hacerse preguntas muy concretas sobre cómo se analiza la religión en nuestra época, un tema controvertido que engloba el feminismo, la cultura de masas y el desarraigo de la gran soledad contemporánea. La autora encuentra el eslabón que une todos los tópicos y después los subvierte con enorme elegancia, hasta crear una colección en la que describe el mundo desde un punto de vista desprovisto de amabilidad o disimulo.
Porque Tolentino es directa hasta la crueldad y eso es quizás, lo que brinda una extraña profundidad bien planteada a cada ensayo. Desde la cultura de la violación al miedo colectivo al terrorismo, la autora desmenuza los estratos de la violencia y encuentra una percepción plural sobre su posibilidad. “La Universidad de Charlottesville se vende a sí misma como una especie de Edén meloso, una ciudad académica en la que conviven un provinciano punto de vista y también ideales intelectuales liberales ” escribe, al describir el escenario de una violación múltiple que jamás obtuvo justicia y en la que la Universidad protegió a los agresores: “Es aquí, en este campus verde repleto de buena voluntad en la que seis hombres agreden a una mujer. La golpean, la someten a un tipo de violencia que la reduce al miedo. La moral provinciana oculta la naturaleza del abuso y la liberal, lo justifica”.
Con ese único párrafo, Tolentino no sólo percibe el horror de un crimen sexual inclasificable sino la forma en que nuestra cultura la normaliza, la hace parte de algo más amplio y pertinaz, difícil de definir por las buenas. “¿La violación existe sólo porque alguien pueda señalarla como un crimen? ¿Qué ocurre con todas las víctimas que no tienen voz, ni rostro, que tampoco encajan en la persistente necesidad de explicar cómo afecta un hecho violento, como cambia para siempre a la sociedad a la manera de pequeñas gotas corrosivas?” Tolentino escribe con la urgencia de debate, el ardor pasional del activista pero al final, ambas cosas permiten enriquecer el punzante y en ocasiones incómodo, diálogo interno de Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion.
La escritora va además, mucho más allá de la simple censura al hecho violento y las consecuencias que implica. En otro texto, se pregunta por qué la violencia contra la mujer le lleva tanto esfuerzo traspasar la noción medular de la incredulidad colectiva. Una y otra vez, ella enfatiza “que sólo se es víctima cuando se encaja en un estereotipo sobre el miedo” y a la vez, engloba su conocimiento del tema con preguntas profundas que evaden explicación simple. “La violencia contra las mujeres está fundamentalmente relacionada con otros sistemas de violencia” escribe y de allí, crea una relación directa con su versión de la religión, el capitalismo tardío y los terrores perdidos sobre la fe y la validación de la esperanza cultural en la tecnología y la prosperidad financiera.
Por supuesto, Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion es un libro de ambiciosos esfuerzos, que Tolentino no logra satisfacer del todo. En ocasiones algunos de los ensayos tienen un aire a mera provocación y otros, son en exceso simples en comparación. Pero a pesar de los altibajos, el argumento explícito se combina con las metáforas con facilidad, para entretejerse con fuerza y con elaborada firmeza, hacia algo más siniestro y sensitivo. Al final Trick Mirror: Reflections on Self-Delusion es un experimento inquietante y profundo que mira con crueldad el espíritu contestatario de nuestra época, los vaivenes de la cultura, la presión consciente en la figura de la mujer y el hombre.
Un recorrido doloroso, ameno, duro pero sobre todo franco, por los matices de esta época rota por todo tipo de sufrimientos ocultos y que Tolentino desmenuza con impaciente habilidad.
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Foto: https://wamu.org/