Siempre me pareció una injusticia tremenda que siendo las mujeres quienes hacen el mayor trabajo en gestar, parir y criar a sus hijos, estos lleven como primer apellido el apellido de los hombres, el apellido que suele ser tomado en cuenta para todo y que se termina convirtiendo en otra forma más de invisibilizar a las mujeres.
Durante algún tiempo me cuestioné fuertemente mi costumbre de usar solo el apellido de mi papá, sumado al ruido que me hacia que mi mamá en vez de usar su propio apellido casi siempre use el apellido de mi papá, “de” Arvelo, como si se tratase de una casa, un televisor o una cosa que pertenece a alguien más.
Decidí hablar con mi mamá y preguntarle si alguna vez había pensado en que la tradición de usar el apellido del esposo era horrorosa y también el cómo se sentía acerca de que sus hijos usáramos mucho más el apellido de nuestro papá, no sin antes soltar algunas opiniones y juicios que hasta el momento creía de lo más coherentes e inteligentes.
Mi mamá, sin considerarse ella misma feminista y sin pretensiones de sabérselas todas, me dio una de las respuestas mas inteligentes, feministas e inesperadas de todas, además de darle una lección a mi ego de esas que solo algunas mamás saben dar.
-Hija, pero ¿Qué otro apellido voy a usar? si las mujeres no tenemos apellido, si no uso el apellido de tu papá, me tocaría usar el de mi papá y si no uso el de mi papá tendría que usar el de mi abuelo y de los tres apellidos, prefiero mil veces usar el de tu papá que es el mejor hombre que he conocido y que ustedes usen el apellido de su papá me hace sentir orgullosa de haberlo elegido a él para formar una familia.
“Las mujeres no tenemos apellido” . Antes de que mi mamá me lo dijera nunca me había detenido a pensar en ello, estaba tan concentrada en juzgar a las mujeres que todavía deciden usar el apellido de sus esposos cuando ya legalmente no es obligatorio (al menos en Venezuela) y en lo injusto de que los hijos lleven primero el apellido del hombre, que no me había dado cuenta de la parte más obvia del problema.
A primera vista, el tema del apellido puede parecer bastante trivial, pero en realidad, tiene un impacto significativo en la percepción de la identidad de las mujeres y nuestro lugar en la sociedad. Todos los apellidos son de origen paterno y se transmiten de generación en generación, lo que implica que el legado de una persona se asocia íntegramente con la línea masculina de su familia. Es evidente cómo esta tradición ancestral perpetúa una estructura profundamente arraigada de desigualdad de género.
¿Cómo se supone que rescatemos nuestra identidad cuando el patriarcado se ha encargado de una forma tan meticulosa de borrar nuestros orígenes?
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Comment (1)
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Mi registro de nacimiento solo lleva 01 nombre y un 01 apellido … el de mi madre.
Pero la presion social era tanta que 4 años mas tarde de yo haber nacido, mi madre decidio casarse legalmente, y le pidio a su esposo (el cual no era mi Padre biologico) que me «reconociera» como su hija para llevar otro apellido que no fuera el de ella, porque «toda la familia y la sociedad» le decia que eso no era «lo correcto». Le decian cosas como por ejemplo: Como se suponia que iba yo a crecer teniendo 1 solo apellido 🙃, LOL….como si de eso dependiera mi salud fisica y mental.
Eran otros tiempos y habian muchos miedos y temas de los que no se hablaba por el famoso «que diran».
De igual manera el apellido que lleva mi madre es el de mi abuelo materno…osea que seguimos en lo mismo, esta complicado cambiar esa estructura 🙃
