María Lucía Alemán pasó veinte años fuera de su natal Panamá y al regresar quiso impulsar y verter todo lo que había aprendido en el sector cultural de su país. Desde julio de 2020 es la directora ejecutiva del Museo de Arte Contemporáneo (MAC Panamá) cuya gestión se ha caracterizado por acercar el museo a la ciudadanía y promover exposiciones visibilizando a las mujeres. Admite que su pasión no siempre estuvo clara, pero que el arte contemporáneo le interesó mucho porque “es un lugar donde convergen muchísimas disciplinas y formas de hacer y ver el mundo”.
Sobre su tercer aniversario como directora del MAC destaca lo importante y natural que ha sido contar con un equipo paritario y las dificultades que afrontó el sector cultural durante la emergencia por la COVID19.
“Las industrias creativas y culturales son espacios muy inclusivos, abiertos, dispuestos y muy participativos. Estas diversidades son precisamente las que lo enriquecen”, comenta.
Recuerda que durante el confinamiento los museos no aparecían en el cronograma de apertura. “Fue desilusionante saber que no estábamos considerados en ningún sector económico, así que todos los colaboradores estuvieron trabajando a medio tiempo o teletrabajando. El enfoque fue entender cómo podía servir el museo a la comunidad panameña en un momento así. A partir de eso se definieron dos grandes áreas: aportar al sistema educativo y abrir más espacios para la comunidad artística o las industrias creativas porque se estaban cerrando muchos”.
“El público está muy agradecido con que el MAC siga muy conectado con temas relevantes para el país. La última exposición que hemos tenido referente a la visibilización de las mujeres es «Vaciar la categoría«, en donde justamente se plantea, desde el punto de vista curatorial, cómo quitar y borrar toda esa frontera en las categorías para que las mujeres puedan verse de manera distinta y la sociedad también pueda entender que todos esos roles que las mujeres han jugado, han sido impuestos o autoimpuestos y cómo muchas mujeres se sienten al respecto. No solamente desde las exposiciones impulsamos la igualdad, también a través del programa educativo hacemos el trabajo de visibilización para que más personas puedan aprender y desaprender sobre las preconcepciones en torno a las mujeres”, señala.
Ampliar los horizontes
María Lucía asegura que su experiencia como migrante tuvo desafíos y aciertos pues, como suele ocurrir, la incertidumbre y la distancia afectan el día a día. Sin embargo, las culturas y personas que llegó a conocer le aportaron grandes cosas a su vida.
“Ser migrante le dio una perspectiva más amplia y diversa a mi vida. Me encantó y uno de los mayores aprendizajes culturales de los sitios donde viví fue visitar todos los espacios que pude. Saber que todo eso estaba pasando ahí afuera y saber que aquí también estaban pasando cosas cuando regresé pero que también se podía hacer mucho más me daba mucha energía y ganas de contribuir.”
Así nació la iniciativa «Un día en el museo” que consistía en micro charlas de arte contemporáneo para adultos y talleres teóricos – prácticos para todas las edades en la Galería Allegro, Fundarte, en el MAC donde entró como voluntaria a hacer otros proyectos.
Lo que viene
El mundo, según la OMS, ya superó la pandemia, sin embargo son muchos los sectores que aún están en recuperación, entre ellos el cultural, pues los mayores retos que enfrentan estos espacios según la artista son referentes a la sostenibilidad económica, estructura y retención del talento humano.
“Es un reto encontrar la forma de llegar a empresas privadas, instituciones y a personas , para que entiendan y valoren los aportes que hace la cultura de forma integral al desarrollo social y humano de un país y la ciudadanía. Sin sostenibilidad económica no hay proyectos culturales.”