Continuamos presentando resúmenes de investigaciones realizadas en la Universidad Rafael Urdaneta desde la cátedra de Psicología de la mujer y género, que me enorgullece dirigir. Esta vez un ensayo presentado por la estudiante Paola Gil en julio 2021.
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Desde muy pequeños los niños y niñas aprender a ver el mundo dividido por genero/sexo, de acuerdo a esto se establece que hay conductas, rasgos y cualidades que son atribuibles al sexo masculino y otras al sexo femenino, dando lugar a la segregación. A medida que las personas se van desenvolviendo en un contexto sociocultural se encuentran con una serie de roles tradicionales de género que se han mantenido a lo largo del tiempo por la sociedad, especialmente por la familia, y cuyos roles determinan y condicionan la elección de carrera, ya que a las niñas se les enseña a ser doctoras, maestras y amas de casa, mientras que a los niños se le enseña a ser científicos, constructores e ingenieros.
Según Saínz et al. (2004), en el rol masculino se valoran más cualidades como la competitividad, la fuerza y la destreza física, mientras que en rol femenino se estiman más cualidades como el cuidado de los demás y a la demostración de las emociones. Es importante destacar, citando a Ramírez (2016) que las carreras mayormente escogidas por las mujeres, por lo general, son peor remuneradas y de status inferiores que las más escogidas por los hombres, esto como consecuencia de los roles impuestos por la sociedad, donde el hombre tiene el papel de proveedor y mayor responsabilidad económica.
Saínz et al. (2004), señala que las mujeres vinculadas a carreras típicamente femeninas mencionan la necesidad de ayudar a otros como su principal motivo para la elección de la carrera, perpetuando así el estereotipo que vincula a las mujeres con estas profesiones, el cual señala que parte de la identidad de la mujer es la vocación de servicio a los otros, mientras que las mujeres que estudian carreras típicamente masculinas hacen referencia al salario, las futuras salidas laborales y la proyección profesional como sus motivos de elección de la carrera. Sin embargo, inferir que las mujeres se inclinan por una carrera u otra debido al género es un argumento que resulta débil y sexista, y que en realidad esta decisión se debe más a las creencias que han sido impuestas sobre lo que la mujer puede o no puede ser, y sobre la discriminación a la que se enfrentan las mujeres que deciden romper con ese estereotipo.
De acuerdo con Flores (2016), la ingeniería es vista tradicionalmente como una carrera para hombres donde la mujer no tiene espacio, por eso en la mayoría de las universidades actualmente el número de hombres está muy por encima al de las mujeres. Dentro de la ingeniería se observan una serie de valores, reglas y creencias masculinas que han sido incorporadas y que se siguen repitiendo, tanto en la interacción social como en la enseñanza, es por esto que a las mujeres les cuesta tanto ser aceptadas en este ambiente, independientemente de su desempeño o su intelecto, sino más bien relacionado con algo cultural (Preciado et al., 2015).
Además, las mujeres cuentan con menos apoyo al momento de escoger esta carrera. De acuerdo a Del Río (2009), el 35% de las mujeres que estudian ingeniería notaron actitudes negativas por parte de sus padres una vez que decidieron estudiar su carrera, mientras que en los varones esto solo se observó en un 13% de los casos. Gutiérrez y Duarte (2011, como se citó en Preciado et al., 2015) mencionan haber sido cuestionadas por su elección por ingeniería incluso desde antes de ingresar a la carrera, recibiendo preguntas y comentarios como “¿No está muy difícil?”, “¿Por qué ingeniería si tienes cara de contadora?”, “Tú no estás fea, ¿qué haces estudiando eso?”, “¿Y vas a tener trabajo saliendo?” por parte de familiares y amigos. En el mismo orden de ideas, Preciado et al. (2015) hace referencia a una estudiante, quien señala que las mujeres que estudian estas carreras masculinizadas, tienen que negociar su identidad femenina, para cumplir con las expectativas tradicionales de género y mostrar su capacidad intelectual ante los estereotipos de género.
Así como también señalan recibir comentarios “¿Puedes? No te vayas a romper una uña”, “No te preocupes, si tú ni vas a terminar o vas a salir embarazada” o “A las mujeres qué les van a interesar las máquinas y herramientas” por parte de sus profesores y compañeros. Esto demuestra como las mujeres son vistas como incapaces de estudiar algo que se considera difícil, relacionan su aspecto físico con la carrera, ya que se cree que la mujer que estudia ingeniería debe ser masculina o ser poco atractiva, y que son percibidas por sus iguales como débiles, mencionando además la marcada discriminación laboral en esta área.
Muchas de las discriminaciones vienen por parte de los profesores en el aula de clases, quienes entre mayor edad tienen más se apegan al papel tradicional de la mujer en la sociedad y no les gusta que las mujeres estudien carreras que ellos consideran de hombres, por lo que hacen comentarios discriminatorios, mientras que los profesores más jóvenes tienen una actitud positiva y alientan la participación de las mujeres (García, 2002).
La invisibilidad y la relegación de la mujer dentro de la ingeniera se pueden explicar bajo el concepto de sexismo. El sexismo, de acuerdo con Garaigordobil y Donaldo (2011), es la actitud discriminatoria hacia las personas por el hecho de pertenecer a un determinado sexo biológico, el que hace que las personas asuman ciertas características y conductas. De igual manera, INMUJERES (s. f.), describe el sexismo como prácticas discriminatorias que se manifiestan a través de conductas y pensamientos, basados en las creencias sobre un sexo o género. El sexismo se manifiesta a través de hostilidad, exclusión, invisibilidad, agresividad y violencia, y se ejecuta no solo de una persona a otra sino de manera institucional y social, además es trasmitida a través del lenguaje y el discurso de la sociedad.
La discriminación de género o sexismo tiene lugar cuando las personas no cumplen con los papeles que les son asignados por la sociedad, cuando se salen de los estereotipos prescritos. Es por esto que aquellas mujeres que no cumplen con las características de dedicarse a la familia, ser cálidas y comprensivas, y se salen del hogar, son más vulnerables a ser discriminadas. En el caso de esta investigación, como se mencionó anteriormente, las mujeres que deciden estudiar ingeniería rompen con muchos estereotipos, por lo que son un objetivo claro para ser discriminadas de las múltiples formas que han sido ya descritas.
El sexismo tiene demasiadas maneras de presentarse, sobre todo en un ambiente tan masculinizado como lo es la ingeniería, lugar donde por cada mujer hay tres hombres. Los comentarios sexistas y micromachismos en el aula tienen lugar desde que la alumna inicia con sus estudios hasta que emprende la profesión, y las hace cuestionarse su valía y las decisiones profesionales, e incluso personales, que toman. La educación debe ser un lugar donde exista un respeto mutuo entre los profesores y el alumnado, a través de la cual la mujer pueda adquirir conocimientos para desarrollarse en la profesión que ha escogido, y no un espacio que permita la agresión, la invisibilización y la marginación de la mujer.
MÉTODO
Se diseñó una investigación cuantitativa no experimental y transversal, de tipo descriptivo. Aquella investigación no experimental descriptiva, según Polit y Hungler (2000) es la que se limita a observar y describir un fenómeno de manera natural, sin intervenir en él.
Para la selección de la muestra se utilizó un muestreo no probabilístico intencional. Esta incluyó mujeres estudiantes o ya graduadas de la carrera de ingeniería en la ciudad de Maracaibo. La muestra quedó conformada por 15 participantes que cumplían con el requisito de ser mayores de 18 años, de género femenino y estudiar actualmente o haber estudiado algún tipo de ingeniería en la ciudad de Maracaibo.
En la recolección de datos se utilizó una escala Likert diseñada por la investigadora. El instrumento tiene por nombre “Escala de Sexismo en Estudiantes”. Cuenta con 38 reactivos o ítems redactados en forma de afirmaciones y con 4 opciones de respuesta que incluyen: muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo y muy en desacuerdo. Los ítems de la prueba se dividen en dos grupos: 19 miden cuestiones relacionadas a los estereotipos de género y el sexismo que enfrentan las estudiantes de ingeniería, y los otros 19 determinan si estas perciben que existe una igualdad de género e igualdad de oportunidades con respecto a sus compañeros hombres. Estos ítems fueron especialmente diseñados para intentar cumplir con los objetivos de la investigación. Este instrumento fue aplicado a las 15 participantes de manera online a través de la plataforma Google Forms.
RESULTADOS
El 73,4% de las mujeres se encuentra en desacuerdo con que su género haya representado una limitante para el curso de su carrera, mientras que el 26,6% de la muestra está totalmente de acuerdo y percibe que el ser mujer supuso un obstáculo durante sus estudios, resultando entonces que, la mayoría de las mujeres no consideran su género como limitante en sus estudios.
El 60% de las encuestadas señalan que están de acuerdo con que son tratadas como iguales por parte de sus compañeros hombres, mientras que el 39,9% se encuentra en desacuerdo, es decir, si perciben un trato diferencial por sus compañeros. Por lo que entonces aun cuando la mayoría no percibe un trato diferencial de sus pares hombres, gran parte de la población si hace referencia a la existencia de este.
Al preguntarle a las encuestadas si habían recibido críticas en el momento que anunciaron que querían estudiar ingeniería, el 73,3% se encuentra en desacuerdo, es decir, no indicaron recibir críticas, mientras que el 26,6% estuvo de acuerdo, resultando que entonces la mayoría de las mujeres encuestadas no se enfrentaron a un juicio por su elección de carrera. En el mismo orden de ideas se le preguntó a las mujeres si estas habían sido alentadas para estudiar ingeniería, a lo que un 73,3% estuvo de acuerdo y un 26,7% estuvo en desacuerdo, por lo que favorablemente, la mayoría de las mujeres que deciden estudiar ingeniería son alentadas y apoyadas a hacerlo.
Al identificar si a las estudiantes de ingeniería las hacían sentir inferiores con respecto a sus compañeros masculinos. Las respuestas reflejaron que el 60% se encontraba de acuerdo con esta afirmación, mientras que otro porcentaje del 40% de las mujeres encuestadas estuvo en total desacuerdo, por lo que entonces la mayoría de las mujeres encuestadas reflejaron que las hacían sentir, en mayor o menor grado, inferior a sus pares hombres.
Se puede apreciar que el 66,7% de las mujeres afirman haber recibido comentarios sexistas ya sea por parte de un profesor o del alumnado masculino, y el 33,3% lo niega. De acuerdo con estos resultados, la mayoría de las mujeres que estudian ingeniería reciben en algún punto de la carrera algún comentario sexista. En su gran mayoría, las mujeres perciben igual respeto por parte de sus profesores, con respecto al alumnado masculino ya que los resultados arrojaron que el 80% perciben esto y están de acuerdo, mientras que el 20% restante de las mujeres encuestadas se mostraron en desacuerdo.
El 46,6% de las mujeres refleja desacuerdo con haber sido señalada como débil o incapaz, mientras que otro porcentaje de 53,3% respondió estar de acuerdo, Por esto, la mayoría de las mujeres refleja haber sido señaladas como débiles o incapaces. Con respecto a alguna vez si les habían dicho a las mujeres encuestadas que la ingeniería era muy difícil para ellas, el 53,3% estuvo en desacuerdo, sin embargo el 46,7% estuvo de acuerdo.
Se le preguntó a las encuestadas si sentían que constantemente debían probar que estaban al mismo nivel que sus compañeros hombres con respecto a su capacidad intelectual. El 53,3% respondió que estaba de acuerdo y 46,7% respondió en desacuerdo. De acuerdo con estos resultados, una mayoría, aunque con poca ventaja, ciertamente siente que debe probar una y otra vez su inteligencia frente a los hombres.
El 80% respondió en desacuerdo con tener que dejar a un lado su feminidad para encajar en el salón de clases, sin embargo el 20% respondió de acuerdo con esto. Además, se observó que, el 60% de las mujeres encuestadas estuvieron de acuerdo señalando que les dijeron alguna vez que eran muy bonitas para estar estudiando ingeniería, mientras que el 40% estuvo en desacuerdo, por tanto, a la mayoría de las mujeres se las estereotipó de acuerdo a su físico y su elección de carrera. Un gran porcentaje de 93,3% de la población indico estar en desacuerdo con que se debían comportar de manera masculina para ser consideradas competentes y solo un 6,7% indicó estar de acuerdo.
Con respecto a si los profesores muestran rechazo hacia las alumnas mujeres, el 86,6% de las mujeres encuestadas respondieron en desacuerdo y el 33,3% mientras que solo el 13,3% respondió estar de acuerdo, por lo que entonces por consenso mayoritario, las mujeres estudiantes de ingeniería no perciben rechazo por parte de sus profesores. El 73,4% de las mujeres encuestadas estuvieron de acuerdo con el hecho de que se fomenta la participación de mujeres dentro de la ingeniería y otro 26,7% estuvo en desacuerdo. Por lo que, la mayoría de mujeres coinciden con que si se fomenta su participación dentro de la ingeniería.
El 60% de las encuestadas se mostró de acuerdo en el hecho de considerar que sus compañeros hombres tenían mejores oportunidades. De igual manera, otro 40% de la población se mostró en desacuerdo. De acuerdo con estos resultados, la mayoría de mujeres está de acuerdo con que los hombres que estudian ingeniería gozan de mejores oportunidades que las mujeres. También el 73,3% de las mujeres encuestadas se mostraron en desacuerdo con percibir que debían esforzarse más que sus compañeros hombres, mientras que el otro 26,7% restante, se mostró de acuerdo con sentir que, ciertamente, como mujer se debe esforzar más que sus compañeros hombres.
El 73,3% de las encuestadas indicó estar de acuerdo con que han subestimado sus conocimientos, mientras que el 26,7% indicó estar en desacuerdo. Entonces, la gran mayoría de las mujeres han sido subestimadas con respecto a sus conocimientos en relación a su carrera, la ingeniería. Además, un 66,6% de las mujeres estuvieron de acuerdo con que los profesores y el alumnado masculino eran condescendientes con ellas, mientras que un 33,4% estuvo en desacuerdo y solo el 6,7%. Estos resultados señalan que la mayoría de las mujeres que estudian ingeniería perciben un trato condescendiente por parte de sus profesores y compañeros hombres.
Al evaluar si las mujeres habían recibido comentarios sobre la ingeniería siendo carrera de hombres, las mujeres encuestadas respondieron: un 86,7% estuvo de acuerdo y el 13,3% restante respondió en desacuerdo. Los resultados reflejan que, en su mayoría, a las mujeres se les dice que la ingeniería es un espacio de y para los hombres. Por otra parte, el 60% se mostró de acuerdo con que les habían dicho que no encontrarían trabajo como ingenieras por ser mujeres y otro 40% se mostró en desacuerdo. Los resultados señalan que la mayoría de mujeres son desalentadas con el hecho del poco espacio para ellas en el área laboral.
Al preguntarle a las encuestadas si habían sido alentadas a dejar sus estudios por su género, el 86,6% de ellas respondieron que estaban en desacuerdo, mientras que otro porcentaje igual de 13,3% respondieron que estaban de acuerdo. De acuerdo con estos resultados, la gran mayoría de mujeres no han sido alentadas a dejar sus estudios por ser mujer. Sin embargo, también se les preguntó si les habían sugerido cambiarse a una carrera típicamente femenina, a lo que ellas respondieron: un 53,3% estuvo de acuerdo mientras que otro 46,7% estuvo en desacuerdo.
DISCUSIÓN
La mayoría de las mujeres no consideran que su género represente un obstáculo para el curso de su carrera y se niegan el hecho de que esta carrera sea más difícil para mujeres que para hombres, sin embargo la investigación arrojó múltiples hallazgos que ponen esto en duda.
Si bien en la introducción se menciona que los profesores muestran rechazo a las alumnas mujeres, en la práctica se observó que las mujeres no perciben este rechazo por parte de los profesores. En relación a esto, la teoría también señala que las mujeres sienten que deben esforzarse y ganarse el respeto de los profesores y de sus compañeros hombres, sin embargo, en la investigación se demuestra que la mayoría de las mujeres niega que esto ocurra, y más bien señalan que los profesores respetan por igual a los alumnos de ambos sexos, y que ninguno se ve favorecido con respecto a las calificaciones, además también la mayoría refiere que no existe un trato diferencial por parte de sus compañeros hombres, aunque en relación a esto hay una importante cantidad de mujeres que afirman la existencia de un trato diferencial de sus pares masculinos
Aun cuando se fomenta la participación de la mujer dentro de la ingeniería y estas son incluidas en el aula de clase, al igual que su participación es tomada en cuenta y respetada, las mujeres siguen siendo un blanco para comentarios que resultan sexistas y siguen siendo vistas como débiles e incapaces para las labores del area. Además se evidencia un trato condescendiente y paternalista por parte de los compañeros y profesores masculinos, corroborando así la existencia de un sexismo que se esconde bajo la amabilidad.
Muchos factores confluyen en el hecho de que las mujeres que estudian ingeniería se sientan inferiores a sus compañeros, como lo puede ser el que sean subestimadas, insinuando que no tienen la capacidad intelectual y las habilidades necesarias para cursar dicha carrera por el hecho de ser mujeres, y que sus conocimientos sean puestos en duda una y otra vez
De igual manera, anteriormente en la investigación se habló de que muchas mujeres no eran apoyadas por sus familiares y amigos, que estas se enfrentaban a un duro juicio desde el momento que anunciaban su deseo de estudiar ingeniería, sin embargo, la mayoría de las mujeres afirma no haber enfrentado ningún juicio por su elección de carrera sino más bien ser apoyadas y alentadas a cursar esta. Este hallazgo resulta esperanzador, ya que puede implicar un cambio en la idea de la sociedad de que la ingeniería es una carrera para hombres y que no estamos destinadas únicamente al servicio.
También se habló de como las mujeres se movían entre su feminidad y su vocación, y como tenían que negociar el hecho de ser femeninas para ser consideradas competentes, sin embargo la investigación arrojó que las mujeres niegan el hecho de tener que negociar su identidad como mujeres para encajar en el salón de clases, ni para ser respetadas ni para ser consideradas aptas para sus tareas como estudiantes.
Es importante mencionar, que la investigación confirmó la existencia del estereotipo que relaciona el aspecto físico de la mujer con su carrera, donde si es bonita porque estudia una carrera como ingeniería. La mayoría de las mujeres afirmaron que si reciben comentarios que cuestionan su elección de carrera en base a su belleza, donde si son bonitas para que estudian una carrera tan difícil como la ingeniería. Hubo un menor porcentaje que afirmó el hecho de sentirse el competencia con otras mujeres, esto puede deberse a que la ingeniería siendo un espacio típicamente masculino, las mujeres deben pelear entre ellas por los pocos espacios que les ceden.
Por último, en relación a las oportunidades, las mujeres refieren en su gran mayoría que sus compañeros hombres tienen mejores oportunidades y que ellas deben esforzarse más, evidenciando así una desigualdad y una inequidad de oportunidades con respecto al género dentro de la carrera de ingeniería
La ingeniería, hoy en día, sigue siendo un espacio dominado por los hombres, en el que si la mujer decide entrar se encuentra con muchos obstáculos en su camino para ser profesional. Como sociedad debemos educar mejor a las nuevas generaciones, educarlas en base a la igualdad de género, para que ninguna mujer siga sintiéndose relegada y minimizada por lo no cumplir con las exceptivas injustas que le pone la sociedad. Resulta esperanzador ver diferencias entre investigaciones que fueron realizadas años atrás y esta actual, ya que refleja entonces el avance que han dado las mujeres dentro de este espacio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Preciado, F., Kral, K., & Álvarez, M. (2015). «Navegando entre dos mares»: Mujeres en el contexto de la cultura de ingeniería. Revista Iberoamericana de Educación, 68, 39–58. https://rieoei.org/historico/documentos/rie68a02.pdf
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