¿Se han fijado en estos nombres de mujeres?
Dolores
Amparo
Consuelo
Socorro
Auxiliadora
Remedios
Milagros
Soledad
Dulce
Alma
Paz
Luz
Iluminada
Angustias
Pura
Casta
Amor
Piedad
Clemencia
Prudencia
Adoración
Inocencia
Resaltan la cualidad de ser “buenas mujeres”, que vinieron al mundo a cuidar, atender, servir. En nuestra cultura, el sufrimiento de la mujer es venerado, loable, admirable. Tengo una amiga que se llama Maybá. Por una canción que dice «Maybaaaa, tu destino es sufrir bajo el yugo servil, del sol«… y la mamá se la cantaba desde chiquita.
“Qué bueno que les nació una niña… ahora tienen quien les cuide cuando sean viejitos” – oímos decir con frecuencia. El cuidado como destino de vida por ser mujer.
Abundan mujeres con nombres de flores, reproduciendo quizás el estereotipo de lo femenino asociado a la condición de perfumar, armonizar, adornar.
No consigo sin embargo, nombres de hombres que vayan en la misma dirección o significado asociado al ejercicio social masculino. Saber si existe por ejemplo algún:
Soporte
Proveedor
Apoyo
Auxilio
Procreador
O si es tema de reforzar estereotipos:
Potente
Fuerte
Valeroso
Hermoso
Violento
He escuchado:
Salvador
Valentín
Narciso (no tanto por la flor como por el mito)
Inocente
Próspero
Amable
Amado
Amador
Benigno
Justo
En todos noto una tendencia más inclinada a resaltar valores auto afirmativos que en el caso de las mujeres.
OMEN NOMEN, es una expresión latina que traducida literalmente, significa «el nombre es un presagio», «un nombre es un destino», «un destino en el nombre», «en el nombre y de hecho”.
Al elegir el nombre que le pondremos a nuestros hijos, ponderamos muchos factores, desde la herencia y los recuerdos hasta los gustos y preferencias personales, pero conscientes de que ese será un apelativo que les acompañará durante toda la vida. En ese proceso influyen los sesgos cognitivos que reflejan estereotipos asociados al género dependiendo si se nace hombre o mujer.
Dentro de la llamada hipótesis del “determinismo nominativo”, nuestros nombres y apellidos pueden terminar orientándonos la vida hacia áreas de desempeño que gravitan en ellos. Los conceptos involucrados en el nombre imponen o condicionan fuertemente el tipo de razonamiento, concepción e ideas sobre el mundo.
Siendo la nuestra una sociedad abiertamente patriarcal, que divide de manera sexista los deberes y privilegios entre hombres y mujeres, el nombre de la persona viene a reforzar una orientación o inclinación hacia la conducta que se espera demuestre de acuerdo con su género.
No hay nada inocente en el lenguaje. Al nombrar a una persona esperamos cierto comportamiento que llene las expectativas según sea lo que su nombre connote, y si ello no coincide, la presión social ejerce su influencia. Por ejemplo, se ha encontrado que niños varones con nombres tradicionalmente femeninos experimentan problemas de integración en la escuela y niñas con nombres masculinos tienen más éxito laboral No por casualidad, la historia está llena de ejemplos de escritoras o pintoras que tuvieron que firmar como hombres para ser valoradas y tomadas en cuenta.
Otra interesante investigación da cuenta de que, en ámbitos como la política y la ciencia, “la probabilidad de referirse a un profesional por su apellido es el doble si se trata de un hombre que de una mujer” Este sesgo sexista contribuye a asociar lo masculino con el prestigio y la fama.
Un buen ejercicio para identificar narrativas personales es averiguar por qué te pusieron el nombre con el que te presentas y qué significado le das tú, conectándolo con los resultados que has alcanzado en la vida y las elecciones o decisiones que has tomado o dejado de tomar. Puede ser útil para darse cuenta si la forma como te llamas ha condicionado tus haceres como mujer u hombre más de lo que pensabas, sobre todo si se parece a alguno de los mencionados arriba.
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Lía, la modernizadora.
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No, no hay que sufrir como “Escenas de un matrimonio”. Mila y Jonathan necesitaban un psiquiatra.
Comment (1)
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Pues tienes razón en parte, entre Alma o Piedad o Angustias, y entre Procopio, Eutropio o Anacleto prefiero los primeros.
Indistintamente, Cruz, Amor, Socorro para ellos o ellas.
Y sí, hay niños que los traumatiza la sociedad por el nombre. ¡A ver si aprendemos y crecemos!
Por mi parte, aguanté burlas y diminutivos ridículos, pero sobreviví y estoy orgullosa de mi nombre.