El otro día tuve una discusión con un “especialista” en política y derechos humanos, quien me decía, que si bien la lucha feminista era importante, en un país como Venezuela donde los problemas son tantos, el feminismo no es algo prioritario.
Su argumento era algo así: “Si quieren un país donde los derechos de las mujeres sean respetados, primero deben enfocar su lucha en salir de este gobierno que no respeta los derechos humanos y luego cuando se logre el cambio ya pueden volver a enfocarse en su lucha feminista, que sin duda muchos apoyaremos”
Quizás este argumento podría convencer a muchas personas pero a mí lejos de convencerme, me indignó, a tal punto que necesite un par de minutos para contestar educadamente y no decir alguna barbaridad.
Si, los derechos humanos son prioritarios, pero ¡sorpresa! Nosotras también somos humanas y no me cabe en la cabeza que a esta alturas de la historia las mujeres continuemos siendo consideradas ciudadanas de segunda.
Es verdad que Venezuela está pasando por uno de los peores momentos de su historia, enfrentamos una crisis humanitaria compleja donde los derechos humanos están siendo vulnerados a diario y necesitamos un cambio, pero la idea es que nosotras seamos parte de ese cambio y no tener que esperar a que llegue para comenzar a ser tomadas en cuenta.
Posponer nuestra lucha para apoyar una “causa mayor” es un error muy grave, ya la historia nos lo ha demostrado infinidad de veces, desde la Revolución Francesa y los Movimientos Independentistas, hasta las arduas luchas contra el racismo y gobiernos totalitarios de todas partes del mundo, donde miles de mujeres se organizaron, pelearon y lo sacrificaron todo, para luego de alcanzar los objetivos, ser traicionadas y dejadas a un lado.
¿Qué nos hace pensar que esta vez en Venezuela va a ser diferente?
Un país con un índice de femicidio alarmante, donde la violencia es normalizada y las creencias religiosas están por encima de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Un país donde las mujeres no son tomadas en cuenta dentro de sus partidos políticos, a pesar de ser precisamente ellas las primeras que salen a defenderlos con uñas y dientes cuando son atacados por el actual gobierno.
Donde se organizan múltiples foros, seminarios y actividades sin la participación de mujeres; quienes muchas veces son incluidas solo después de las campañas y fuertes presiones que hacen los grupos feministas por las redes.
En Venezuela no sólo necesitamos un cambio de gobierno, necesitamos cambios estructurales en la sociedad y las feministas estamos luchando por ellos. Pedirnos que pospongamos nuestra lucha mientras se solucionan “problemas más urgentes” es una burla con demasiada misoginia de fondo.
El cambio viene, eso es seguro pero #NoSinMujeres