Por: María Alejandra Mancebo
«La violencia es un fenómeno complejo que resulta
de una interacción de factores individuales, relacionales,
comunitarios y sociales.»
Tomada del enfoque ecológico de la violencia propuesto por Michael P. Johnson
En esta nueva era de globalización, la tecnología y la Inteligencia artificial, propias de la Transmodernidad, las noticias por los diversos medios se han convertido en la verdad que muchas creemos sin cuestionar. Ello pudiera ser producto de la comodidad o el reflejo de los ciudadanos que conviven en una sociedad, o ambas. Con esta aseveración quiero iniciar esta narrativa para expresar la preocupación que estamos viviendo ante la continua violación de los derechos de las mujeres que, pese a las luchas y conquistas obtenidas, nos enfrentamos ante un fenómeno nada nuevo pero que cada día toma fuerza y poco o nada se ha hecho para detenerlo.
La violencia de género debe ser vista y abordada con otra mirada, a fin de que sea capaz no solo de dar respuesta a las víctimas sino erradicarla, pues la historia ha demostrado que pese a tener normas de distintos países con sus instrumentos internacionales, no han impedido que cese. Incluso en la actualidad, siendo un fenómeno social complejo, se debe estudiar desde el todo y dejar a un lado parcelas, que bien han demostrado que la violencia no se acaba con curitas. Sí mis queridas lectoras, la violencia es multifactorial de allí la necesidad de volver a verla.
Es necesario vislumbrar la existencia de un marco jurídico nacional e internacional, tales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y el Convenio de Estambul entre otros y la Ley Orgánica sobre el derecho a la mujer a una vida libre de violencia, pero estas por si solas no bastan y poco o nada sirven si los encargados de aplicarlas dejan a lado unos simples lentes de colores y al lente morado le ponemos varios cristales, que nos permitan entender las causas para no solo solucionar un caso individual sino erradicar todo el problema en su conjunto.
De acuerdo a lo descrito en esta lucha no se puede tener miedo a las palabras, existe y sigue existiendo, un dominio de control y desigualdades de género naturalizadas en nuestro hacer y en la sociedad. Nos guste aceptarlo o no, la realidad es que solo unos sectores de las mujeres gozan de algunos derechos, otras creen que sobrevivir es el derecho, mientras tal afirmación sea lacerante, se debe decir que las mujeres gozan algunas de privilegios, pues los derechos hasta no sean para todas… es un privilegio las que lo ostentamos.
Esto invita de manera urgente a repensar el tema de violencia, en atrevernos a ir más allá de una norma o de repetir perspectiva de género sin saberlo aplicar; es el momento que todas nos preguntemos ¿Cómo en el siglo 21 existen padres que cosifican a sus hijos para dañar a una mujer? ¿Hasta cuándo las mujeres seremos las malas si trabajamos y a nuestros hijos los atienden nuestros esposos? ¿Basta de disculparme por ser mujer y de que me agredas sexualmente por vestir como quiero?
Y ante esta realidad, la visión multifocal desde la Interseccionalidad es la vía ya que las mujeres no somos una condición monolítica, somos nuestras creencias, historia, cultura, también raza, clase social, orientación sexual y discapacidad, lo cual no solo intersecta sino que normaliza la violencia.
Es fundamental recapitular sobre el término de género. Para ello recordamos como lo señala Zúñiga (2013): “…se ha trasformado esta categoría conceptual en el verdadero rótulo que se utiliza para nombrar a la tradición de pensamiento de la cual proviene, es decir, el feminismo” (p 193). Tal aseveración permite que el género se conciba de una manera más amplia siendo perentorio aprender a ver y apreciar desde diversas miradas con un fin la mujer y la verdad.
Destaco el enfoque de la Interseccionalidad que tiene que ver con la supresión e impide el desarrollo de las mujeres producto del racismo y la xenofobia entre otras fobias. Creemos que es momento de dejar de lado las gafas de género y ponernos los lentes multifocales, que nos permitirá una mirada amplia y acorde a cada mujer a cada situación, pero sobre todo lograr justicia de genero para que dicho hecho no ocurra más.
Mucho costó ponernos los lentes morados, pero sin importar lo difícil es necesario: lentes multifocales, nosotras, nuestros derechos. La violación de estos no se trata de una sola, sino de todas.
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María Alejandra Mancebo: Feminista y cofundadora de Cata Jurídica con Tacones. Consultora en el área penal de Empresas Trasnacionales. Asesora externa de la Universidad Yacambú. Docente Universitaria. Ex funcionaria Pública por más de 25 años. Miembro de Capitulo Venezuela del Colegio Internacional de Estudios Jurídicos de Excelencia Ejecutiva / CIDEJ. ORCID:https://orcid.org/0000-0002-0208-0134. Instagram:@maria_alejandra_mancebo_ @catajuridicacontacones Linkedin: @Maria Alejandra Mancebo.