Hace unos días vi un reel en Instagram donde la actriz Emma Thompson compartía un discurso poderoso sobre la dificultad que enfrentamos las mujeres para aceptar nuestros cuerpos tal como son. En su mensaje, propuso un ejercicio: pararse desnudas frente al espejo, sin movernos, sin tratar de disimular imperfecciones, y mirar nuestras formas con amor y aceptación durante unos minutos.
Aceptarnos con nuestras imperfecciones es un desafío constante, especialmente cuando estamos bombardeadas por imágenes de cuerpos irreales que se nos presentan como el modelo a seguir. Desde pequeñas, se nos inculca que nuestra belleza física define nuestro valor. La presión por ser delgadas, tener una piel perfecta, un cabello brillante y curvas pronunciadas, además de mantenernos eternamente jóvenes, nos lleva a un ciclo de insatisfacción.
Esta obsesión por cumplir con estándares de belleza inalcanzables nos sumerge en un ciclo de consumo constante, sometiéndonos a dietas extremas, rutinas de ejercicio agotadoras y en ocasiones, procedimientos quirúrgicos riesgosos, siempre en busca de una satisfacción que parece eludirnos. Nos convertimos en esclavas de una imagen que nos aleja de nuestra esencia y nos impide enfocarnos en lo verdaderamente importante: nuestra salud y nuestro desarrollo personal, intelectual y emocional.
La tiranía de la belleza ha limitado tanto nuestras vidas que incluso nos ha robado el derecho a envejecer con dignidad. La industria de la belleza nos vende la idea de que podemos empoderarnos y alcanzar el éxito si cumplimos con sus estándares. Se nos promete que, al adquirir sus productos y seguir sus consejos, seremos más bellas, atractivas y felices.
Promesas hechas de humo, porque el verdadero empoderamiento no se encuentra en un frasco de crema o en un bisturí. La verdad es que no hay nada que nos dé más poder que el amor hacia nosotras mismas, porque aceptar nuestro cuerpo tal como es, es un acto de rebeldía.
Es urgente que comencemos a construir una nueva narrativa en torno a la belleza. Una belleza real alejada de los estereotipos hegemónicos con los que nos han bombardeado históricamente, donde se celebre la diversidad, la autenticidad y la salud física y mental, fomentando una cultura de aceptación y respeto hacia todos los cuerpos, sin importar su forma, tamaño o color.
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Foto: Emma Thompson en https://albertogranados.wordpress.com/