Por: Ana Inés Rodríguez Giles*
Los podcast feministas amplifican voces, desafían normas y crean conexiones.
A través del audio, permiten reflexionar, visibilizar problemas ignorados y construir comunidades que buscan el cambio.
Feminismo en la era digital
Durante la última década, la visibilidad ganada por las luchas feministas no solo se refleja en la presencia en marchas masivas, sino también en la discusión de temas de género en espacios antes considerados ajenos. La movilización actual se caracteriza por una mayor agrupación en torno a reivindicaciones específicas, lo que ha llevado a que estas demandas se hagan más visibles y masivas.
Las redes sociales han sido un pilar clave en esta evolución. Las plataformas digitales y las redes sociales han permitido que mujeres y grupos feministas compartan información, denuncien injusticias, organicen movimientos y, sobre todo, generen comunidad. Estos espacios virtuales han ampliado el alcance del feminismo, conectando a personas de distintas realidades que, de otro modo, no habrían tenido voz. En este contexto, los podcast han surgido como una herramienta de comunicación poderosa, al crear espacios donde se discuten y visibilizan problemáticas que los medios tradicionales suelen ignorar.
El podcasting como herramienta de cambio, acceso y democratización de la información
A diferencia de los medios tradicionales, los podcast brindan espacio a voces que históricamente han sido marginadas. Este formato de audio permite conversaciones extensas, profundas y reflexivas. Esto, además, combina con la naturaleza íntima del podcast —con los cascos, nadie se entera de lo que una está escuchando.
Los podcast feministas permiten conectar a personas en torno a experiencias compartidas, pero también desafían narrativas dominantes al ofrecer perspectivas alternativas. Además, el acceso es una de sus fortalezas clave: el contenido gratuito y accesible reduce barreras de entrada y democratiza el acceso a información de calidad, que juega un papel fundamental en la creación de espacios de diálogo y aprendizaje.
Los podcast feministas amplifican voces que muchas veces permanecían en los márgenes, trayendo a la luz historias y realidades que de otro modo habrían sido silenciadas. A través de entrevistas, relatos personales y debates, estos podcast generan diálogos profundos sobre el género, la desigualdad y la justicia social.
Algunos programas han tenido un alcance especial, pensemos en Concha podcast (Argentina), que llena teatros por temporadas o productoras comerciales que enfocan allí su contenido, como Podimo, o el gran suceso de Call Her Daddy. Estos, como muchos otros casos, demuestran la gran necesidad y todo el espacio que hay para discursos de este tipo. Escuchar podcast feministas permite a los oyentes cuestionar su entorno, descubrir que hay muchas otras personas con experiencias compartidas con la suya y encontrar apoyo en historias que reflejan sus propias vivencias.
Estos espacios son, en esencia, un testimonio del poder del audio para generar conexiones reales y duraderas.
Creando identidad y solidaridad
Los podcast feministas no solo informan; también crean un espacio para la identificación y la comunidad. Las historias personales compartidas, muchas veces contadas con una cercanía y honestidad que pocos otros formatos logran, permiten que las oyentes encuentren puntos de conexión con otras mujeres.
La posibilidad de escuchar voces que desafían al status quo y relatan experiencias vividas contribuye a un sentido de identidad colectiva y de pertenencia. La escucha activa fomenta la solidaridad, la empatía y el compromiso. La invitación está abierta: explorar los podcast feministas es una oportunidad para descubrir nuevas perspectivas, aprender de otras realidades y, sobre todo, contribuir al cambio social desde la reflexión y el diálogo.
Mi perspectiva
Mi relación con el podcasting es tanto profesional como profundamente personal. Como mujer migrante he experimentado de primera mano enormes barreras y desafíos que enfrentan aquellos que no encajan en los márgenes de lo establecido.
Mi historia comienza en La Plata, Argentina, una ciudad universitaria donde me doctoré con una tesis enfocada en el estudio de la marginalidad, especialmente en contextos migrantes, abordando casos históricos españoles que reflejaban situaciones de exclusión social. Pero un giro inesperado me llevó a Ámsterdam. Como mujer migrante, sin dominio del idioma, el desafío fue inmenso. Entonces empecé a escuchar podcast, mucho: para aprender (algo) el idioma, para mantenerme informada, para entretenerme, para aprender cosas nuevas. Posteriormente, migré a Barcelona, donde trabajo en el ámbito de la publicación web, especialmente en un directorio de podcast.
Elijo este trabajo todos los días porque entiendo el podcasting como un gran espacio para compartir ideas y para amplificar voces que, históricamente, han sido silenciadas. Contar historias a través del formato de audio permite construir conexiones y generar empatía, llevando contenido accesible y diverso a audiencias que buscan algo más que información: buscan conexión, reflexión y comunidad.
*Ana Inés Rodríguez Giles