Revictimización: el bucle infinito para las víctimas de violencia machista.

Revictimización: el bucle infinito para las víctimas de violencia machista.
septiembre 16, 2024 Feminismo INC

Por Lucía Ros Díaz*

Resumen

La revictimización en términos de violencia de género ocurre cuando el sistema y la sociedad agravan el daño sufrido por la víctima. Dicha revictimización puede manifestarse en diversas variantes: institucional, social, psicológica, económica…La formación y la sensibilización son clave para proteger a las víctimas y evitar que se perpetúe el ciclo de violencia.

Palabras clave: violencia de género, revictimización, institucional, víctima, formación.

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La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Este tipo de violencia se basa y se ejerce por la diferencia subjetiva entre los sexos. En pocas palabras, las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico.

La violencia de género es aquella que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de afectividad (parejas o ex-parejas). El objetivo del agresor es producir daño y conseguir el control sobre la mujer, por lo que se produce de manera continuada en el tiempo y sistemática en la forma, como parte de una misma estrategia.(Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, s.f.).

Se conoce como revictimización al agravamiento del daño sufrido por una víctima de violencia a causa del trato que recibe después del incidente original. En términos de violencia de género, comúnmente se asocia el término de revictimización a la victimización secundaria, como la respuesta que el sistema da a la mujer ante su situación, tratándose así de un tipo de violencia de claro carácter institucional.

En nuestro caso pretendemos no solo ahondar en las problemáticas de dicha violencia institucional, sino explicar que existen, fuera de los marcos jurídicos, otro tipo de revictimizaciones, que hemos decidido categorizar con ciertos adjetivos para su mejor comprensión[1]; tales como la repetición del agravio que sufre la mujer, en la misma o de distinta forma, a la que denominaremos como revictimización básica; la victimización secundaria, institucional; la terciaria o social; la psicológica; la económica…Es importante esclarecer que raramente estos tipos de revictimización se manifiestan de forma aislada, y que, frecuentemente, unas formas se superponen, van acompañadas de, o conducen a otras.

Antes de proceder a explicar cada una de estas variantes, es pertinente aclarar que no solo es víctima aquella mujer que denuncia y/o que se ve reconocida como tal por los órganos judiciales, sino que es víctima de violencia machista toda mujer que ve dañada su integridad física y/o psicológica por un hombre. Por ello, una mujer que no denuncia puede del mismo modo verse inmersa en la revictimización fuera del campo institucional, de ahí la importancia que damos en este artículo a los diversos tipos existentes.

En primer lugar, podríamos hablar de la revictimización como una forma repetida de la victimización primaria. Esta se produce cuando el daño sufrido por la mujer se ve repetido o agravado, al darse nuevas agresiones, vivir episodios de acoso por parte del agresor…Volviendo la mujer a adquirir el denominativo de víctima.

En segundo lugar, nos detenemos en la victimización secundaria, a la que se asocia comúnmente, como ya hemos dicho, el término de revictimización, definida como el conjunto de políticas y prácticas institucionales que generan un sufrimiento adicional para la perjudicada.

En este sentido, no solo hablamos de los largos procesos judiciales que se inician en el momento de la interposición de la denuncia y terminan, en el mejor de los casos, con la obtención de una sentencia condenatoria para el agresor. Dichos procesos generan en la víctima sentimientos duales: por un lado, un constante revivir del trauma, pues la mujer, normalmente como acusación particular, tiene que re-narrar un relato que se ve cuestionado; y, por otro lado, una constante exasperación generada por la lentitud de este proceso. Esto provoca en muchas mujeres un fuerte rechazo a la decisión de denunciar, en tanto que esta denuncia parece inservible. En el caso de haberlo hecho, se generan dudas sobre la decisión de continuar o no con el proceso. En muchos de los casos, la víctima, más que justicia, —que es indudablemente algo que debe perseguirse siendo, pero que debe ser el sistema el encargado de garantizarla —; busca como mujer maltratada acabar con su sufrimiento y poder continuar con su vida.

Cuando hablamos de esta violencia institucional, hablamos así mismo de la carente profesionalidad a la que, en ocasiones, se ven expuestas las víctimas por parte del personal de las Fuerzas del Estado en el momento de la interposición de la denuncia, en el día del juicio rápido por parte de los funcionarios en el Juzgado, etc. Mas allá de establecer una crítica directa hacia dichos profesionales, en este artículo censuramos la clara falta de formación y/o calidad de esta en el ámbito de la violencia de género.

Este tipo de violencia institucional del que hablamos es, igualmente, un tipo de violencia simbólica, que se extiende, como una plaga, a cualquiera de los recovecos del traumático proceso. No solo en el trato de algunos profesionales y en la dimensión temporal ya mencionados, sino en la dimensión espacial y en la que vamos a denominar como simbólica. La solemnidad, frivolidad, simbología, indumentaria y espacios asociados a estas formas procesales confieren una especie de teatralidad al proceso penal. La falta de espacios seguros y privados donde las víctimas puedan esperar antes de testificar o la proximidad física con el agresor durante el juicio pueden incrementar su miedo y ansiedad.

En definitiva, en palabras de Landrove Díaz (1998:50), podemos hablar de esta victimización secundaria como un proceso mediante el que, “en contacto con la administración de justicia o la policía, las víctimas experimentan muchas veces el sentimiento de estar perdiendo el tiempo o malgastando su dinero; otras, sufren incomprensiones derivadas de la excesiva burocratización del sistema o, simplemente son ignoradas. Incluso, en algunos casi y con relación a determinados delitos, las víctimas pueden llegar a ser tratadas de alguna manera como acusadas y sufrir la falta de tacto o la incredulidad de determinados profesionales”.

En tercer lugar, trataremos lo que hemos categorizado como victimización terciaria, o revictimización social. Esta se produce ligada a la estigmatización, al cuestionamiento del relato y al rechazo social, que derivan en un etiquetado negativo y en sentimientos de indefensión y culpabilidad para la mujer perjudicada. Este tipo de revictimización puede ligarse asimismo a la psicológica, que ocurre cuando la mujer se enfrenta a un fuerte sentimiento de humillación y angustia emocional por la falta de comprensión tanto a nivel profesional como social.

Por último, podemos hablar de la victimización económica. Los cambios en la vida personal de la víctima tras la denuncia y/o la interposición de medidas cautelares pueden, en muchas ocasiones, traducirse en un nuevo escenario de soledad o vida fuera de la pareja. Esto tiene efecto en la forma en la que la víctima administra su dinero ante un nuevo escenario vital. Además, la Justicia Gratuita, ofrecida en nuestro país de manera inexorable e independiente de la situación socioeconómica, como ha de ser, a las víctimas de violencia de género, no siempre implica que el abogado /a de oficio asignado sea el adecuado y son muchas las víctimas que acaban por contratar servicios privados para llevar su caso. Igualmente, muchas mujeres, con posiciones socioeconómicas no desventajadas, se ven cuestionadas por solicitar esa Justicia Gratuita. No olvidemos que se trata de un derecho, pues nadie debería tener que pagar para que su integridad y dignidad sean salvaguardadas, independientemente de que pueda o no permitirse hacerlo, ya que, para empezar, dicha integridad y dignidad nunca deberían haber sido mancilladas.

Por todo esto, ante esta situación, es crucial, como ya hemos mencionado, proporcionar formación especializada y continua a los actores del sistema judicial y policial para garantizar la protección y seguridad de las mujeres. Los profesionales de las Fuerzas de Seguridad e instituciones públicas deben estar correctamente formados y preparados para atender a la mujer maltratada. Los procedimientos judiciales deben ser revisados y adaptados para reducir el riesgo de re-traumatización. También es fundamental diseñar y adaptar los espacios de la Administración de Justicia en los que se desarrollan los procesos que tratamos en este artículo p ara garantizar la seguridad de las víctimas.

Además, la primera forma de evitar una revictimización es prevenir la victimización misma, por ende, que se reduzcan las víctimas de violencia machista, la cual debería ser inexistente, algo que tristemente pareced utópico hoy en día. La educación en valores feministas y la concienciación son una cuestión pública, común y de suma importancia.

Para todas las mujeres que sufren o han sufrido violencia machista, vuestro dolor, miedo, valentía o cualquiera de vuestros sentimientos importan, son incuestionables y totalmente válidos, al igual que vosotras. No dudéis en buscar ayuda y uando esto parezca imposible, no dudéis en dejaros ayudar, pues pese a lo que os han hecho sentir, no hay nadie más débil y cobarde que aquel que atenta contra la dignidad de otro ser humano. No estáis solas, no lo olvidéis nunca.

[1] Estos términos no están, en ningún caso, reconocidos oficialmente

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* Soy  Lucía Ros, estudiante de Sociología y Relaciones Internacionales- Exp. en desarrollo en la Universidad Complutense y activista feminista. He escrito un artículo titulado “Revictimización: el bucle infinito para las víctimas de violencia machista». En él, analizo cómo las respuestas institucionales y sociales a menudo contribuyen a la revictimización de las mujeres que han sufrido violencia de género. Creo que este tema podría ser de interés para la audiencia y me encantaría que consideraran su publicación. Adjunto el artículo y quedo a su disposición para cualquier información adicional.

 

Las opiniones expresadas de los columnistas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Feminismoinc o de la editora.

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