A principios del año en curso, estrenamos una reforma curricular esencialmente innovadora, transformadora en la carrera de Psicología, de la Universidad Rafael Urdaneta (Maracaibo, Venezuela) y con ella llegó la cátedra “Psicología de la Mujer”, un desafío para mí. Inicialmente mi visión era más bien monádica, pretendiendo reducir la asignatura al conocimiento y comprensión del psiquismo de la mujer. Sin embargo, a través, de una ardua revisión de la literatura, mi propia vivencia como mujer y la guía de Susana Reina, un alma entusiasta, libre y apasionada del feminismo, fui ampliando mi visión y entendiendo que tenía ante mí, una oportunidad para ahondar en lo profundo de la experiencia de ser mujer. Que no es posible comprender nuestra psique sin abonar el terreno socio-político, siempre olvidado ante los argumentos científicos, biologicistas y racionalistas, que por sí solos, nos llevan a una visión desfragmentada, inconclusa de lo que ha significado y significa ser mujer en un mundo diseñado para hombres. Entender quiénes somos en esencia, para qué hacemos lo que hacemos, cómo actuamos, pensamos y sentimos… requiere un acto reflexivo de carácter holístico,
Así, “Psicología de la mujer” está resultando una experiencia fascinante, un encuentro al desnudo, donde todos podemos expresar nuestras hipótesis de vida, un acto subversivo al servicio de la vida y de los estudiantes, un compromiso con un profesional despierto y consciente, una posibilidad de crecer y nutrirnos, de saber, conocer, sentir.
Aquí, hoy presento una primera muestra de lo que mis estudiantes son capaces de crear y construir, siempre con la intención y la acción de lograr cambios paradigmáticos, diluyendo resistencias que permitan formar profesionales dispuestos a aceptar nuevas de maneras de pensar de las mujeres, de trabajar con ellas y a favor de ellas. En próximas publicaciones, estaré compartiendo más investigaciones en esta materia esperando aportar contenido de interés en este importante campo del conocimiento.
En esta primera entrega se trata de acercarnos y conocer las actitudes hacia el gaslihgting en parejas jóvenes heterosexuales, trabajo realizado por: Elena Peniche, quien a sus 20 años, ya se define como feminista radical, Samara Borhot tenaz defensora de los derechos humanos y Michelle Chacín, creciendo como feminista.
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ACTITUD HACIA EL GASLIGHTING EN PAREJAS JÓVENES HETEROSEXUALES.
Presentado por:
Samara Borhot. CI: V-29.684.140
Michelle Chacín. CI: V-30.139.432
Elena Peniche. CI: V-26.857.53
Introducción
Para las personas, tener pareja es parte común de la vida. En el concepto evolutivo, envolverse en una relación romántica es parte del desarrollo de adolescentes y adultos, y en muchos casos, representa un hito importante en el camino del crecimiento. Los jóvenes suelen asociar esta unión con sentimientos de bienestar, cuidado y alegría. Sin embargo, estar en pareja no siempre significa júbilo, también puede significar malestar. Por ende, ser víctima de violencia en una relación de pareja en la cual participamos voluntariamente, puede ser considerada uno de los momentos más traumatizantes en la vida de las personas. Noa et al. (2014) define que el termino de violencia está vinculado con la palabra violación y viene del latín violare, en conjunto con vis, que significa fuerza.
A pesar de que tanto hombres como mujeres pueden llegar a ser víctimas de violencia en una relación amorosa, las mujeres se encuentran en el primer lugar por una gran y notable diferencia de cifras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2013) una abrumadora carga mundial de violencia infligida por la pareja es sobrellevada por las mujeres. De igual manera, explican que si bien las mujeres pueden llegar a violentar a sus parejas masculinas en una relación o haber violencia entre parejas del mismo sexo, a menudo es a causa de defensa propia. Además, expone que los agresores más comunes en la violencia contra la mujer son compañeros (o ex compañeros) intimos del sexo masculino. Mientras que, los hombres son más probables de ser víctimas de actos de violencia por desconocidos o por conocidos que por alguien más cercano a ellos.
Al hecho de que las mujeres son las principales víctimas de violencia en una relación, se le denomina violencia de género. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas – Sede Mujeres (2020), este término se refiere a los actos dañinos hacia una persona o un grupo en razón de su género. El término es utilizado para resaltar las diferencias estructurales de poder basadas en el género que colocan a las mujeres en situaciones de riesgo frente a múltiples manifestaciones de violencia. La violencia contra las mujeres abarca, no limitativamente, la violencia física, sexual y psicológica producida en el seno de la familia o la comunidad, al igual que la perpetrada o tolerada por el Estado.
Asimismo, la OMS organizó un estudio para identificar la prevalencia de la violencia en las parejas alrededor del mundo, incluyendo ciudades grandes y provincias pequeñas. El estudio arrojó que el 13% a 61% señalaron que alguna vez habían sufrido violencia física perpetrada por su conyugue; de 4% a 49% indicaron que habían sido víctimas de violencia física grave por parte de su pareja; el 6% a 59% comunicaron que en algún momento de sus vidas, fueron victimas de violencia sexual infligida en la relación y del 20% al 75% indicaron que en el transcurso de vida, habían sufrido uno o más actos de maltrato emocional perpetrados por su compañero.
Igualmente, la organización indicó que las investigaciones existentes explican que ‘‘a menudo coexisten diferentes formas de violencia; la violencia física de pareja va acompañada a menudo de abuso sexual y generalmente de maltrato emocional.’’ (p. 2) A su vez, afirman que en un estudio realizado en 12 países de América Latina y el Caribe, se encontró que la mayoría de las mujeres (61% a 93%) que comunicaron haber sufrido violencia física por parte de su compañero en los 12 meses precedentes también informaron haber padecido de violencia emocional.
La violencia se observa en diferentes ámbitos de la sociedad y puede afectar a mujeres y niñas por igual, sin embargo, para muchos, esta puede pasar desapercibida por no ocasionar marcas físicas. Generalmente, la violencia física es la que causa más impacto y efecto en quien lo nota, ya que sus consecuencias son visibles y gráficas para el entorno. Sin embargo, es necesario que se le dé importancia a la violencia psicológica como una forma de dañar al otro de manera que personas externas a la relación no puedan intervenir, o no sepan cómo hacerlo. Este tipo de violencia se ha visto normalizada ya que constituye percepciones erróneas sobre el amor romántico o sobre el ‘deber’ de una novia.
Por consiguiente, se pueden considerar la violencia emocional y la violencia psicológica como las manifestaciones de violencia más invisibles. Aunque ambas se pueden considerar una unidad, poseen conceptos diferentes. La ONU – Mujeres define que la violencia emocional consiste en destruir la autoestima de la persona a través de las críticas constantes, desestimar sus capacidades, insultarla o someterla a otras manifestaciones de abuso verbal. A su vez incluye dañar las relaciones que la pareja posea, como las de sus hijos, familia o amistades. Por otra parte, la organización indica que la violencia psicológica consiste en provocar el miedo a través de la intimidación; amenazar con hacerle daño a la persona, su pareja, su familia, sus hijos o su mascota. Igualmente, esta incluye el forzar a la persona a aislarse de sus amistades, familia, escuela o trabajo.
Hernández et. al (2014) consideran que la violencia psicológica incluye desvalorar, ignorar, atemorizar con gestos, actitudes, avisos o palabras-clave y, explican que dichos elementos continúan siendo difíciles de percibir y contextualizar desde afuera y desde adentro. Asimismo, la víctima puede minimizar el abuso ya que no sufre violencia física, pero en otras ocasiones, también puede ser desestimada por un familiar allegado, un amigo o un profesional poco experto. Dicha desestimación o minimización se le puede considerar gaslighting.
El gaslighting (o luz de gas) se considera una forma de violencia psicológica. Salamanca (2020) constata que dicho fenómeno consiste en manipular situaciones para que la persona dude de sus sentidos, de su razón e incluso de su misma experiencia. Se puede manifestar en ‘‘generar desconfianza y suspicacia, inventar situaciones-problema y responsabilizar a la mujer de este hecho (…); interpretar de manera exagerada una decisión tomada por la mujer (…), negar la evidencia de hechos y responsabilidades, o tergiversar situaciones declarando negligencia en el cuidado de la familia.’’ (p. 25)
Pozueco et. al (2013) ofrece otra definición de gaslighting, definiéndose como la búsqueda de hacer perder la cordura a la pareja y ejemplifican cómo en una pareja, el victimario niega lo que ha dicho, o acusa a su compañero de imaginar cosas que realmente había sucedido. Relacionan el fenómeno con la psicopatía, que presenta como rasgos la bondad aparente, locuacidad y manipulación. También lo consideran como una forma de maltrato psicológico, que se puede identificar como humillaciones, críticas, descalificación, aislamiento, bloqueo social, control, reproches, entre otros. Por otra parte, Salerno y Garro (2014) enmarcan el gaslighting como un comportamiento manipulativo por parte del agresor que hace que la víctima dude de sí misma y su construcción o criterio sobre la realidad.
Se han realizado múltiples investigaciones alrededor de este fenómeno cada vez más conocido y sus consecuencias. Stark, en el 2019, realizó una investigación titulada “Gaslighting, Misogyny and Psychological Oppression” [Gaslighting, Misoginia y Opresión Psicológica]. En esta, se trata una visión desde el argumento manipulativo, en vez del epistémico, donde las mujeres suelen minimizar el daño ocasionado por la manipulación. Esta suele basarse en el acto de eludir los hechos hasta el desplazamiento de los mismos, llevando este tipo de gaslighting lejos del mero desacuerdo razonable que puede ocurrir en las parejas comúnmente. Además, se plantea la postura de que el gaslighting es representación de misoginia, calificando también como un método de opresión psicológica.
En relación a esto, se han realizado estudios en diversos países que demuestran la existencia de la violencia psicológica. En México, en el 2018, Ocampo-Alvárez et al., en su estudio titulado “Violencia psicológica en noviazgos de adolescentes y jóvenes mexicanos” tuvieron como objetivo detectar la presencia de violencia psicológica en las parejas de jóvenes, comparando las frecuencias de victimización en su relación actual. Los participantes fueron 2.398 estudiantes preuniversitarios y universitarios de ambos sexos, donde 1.029 fueron hombres y 1.369 fueron mujeres con un mínimo de 14 y un máximo de 25 años de edad. Los resultados arrojaron que el 18.8% de los participantes de ambos sexos se han sentido intimidados por su pareja, el 36.4% se ha sentido atrapado en su noviazgo y el 13.3% reconocen sentirse maltratados en su noviazgo actual.
En el 2017, Galán y Figueroa realizaron un artículo que se tituló “Gaslighting. La invisible violencia psicológica”. Para su investigación, leyeron más de 300 artículos, de los cuales sólo utilizaron el 10%, además de utilizar la herramienta CONRICYT. Se dieron cuenta que el gaslighting ha sido invisibilizado por no ser notado a primera vista como los moretones de la violencia física. Sus conclusiones derivaron en que el gaslighting es un proceso intencional en el que se le hace dudar a la pareja hasta que piense que pierde la cordura, utilizando la negación, mentiras y descalificación de percepciones como arma en contra de la víctima.
Al indagar en los diversos estudios, se pudo encontrar una relación evidente entre la violencia psicológica y el autoconcepto. Una de las investigaciones más resaltantes fue la realizada en el año 2015 por Cava et al., quienes titularon su indagación “Violencia física y psicológica ejercida en parejas adolescentes: Relación con el autoconcepto y la violencia entre iguales”, esta tuvo como objetivo analizar la prevalencia de la violencia física y psicológica en adolescentes.
En su estudio, participaron 672 adolescentes cursantes de bachillerato, donde la media de edad se situaba entre 12 y 19 años de edad. No se especificó el género, y se pidió como único requisito que pensaran en la última relación que habían tenido. Completaron tres escalas tituladas “Escala de conflicto en parejas adolescentes”, el “Autoconcepto AF-5” y la “Escala de conductas violentas”. Los resultados arrojaron que los adolescentes implicados en relaciones románticas violentas poseen un menor autoconcepto familiar y se muestran violentos con sus iguales. Se demostró que los chicos tenían menor autoconcepto social y emocional, y que las chicas tenían menor autoconcepto académico, concluyendo que estos resultados serían importantes y esenciales para la prevención de la violencia en las relaciones amorosas.
Algunas parejas jóvenes sufren violencia psicológica disfrazada de conductas normalizadas que pueden llegar a tener repercusiones en su comportamiento y salud. Por esto, la presente investigación se basará en el fenómeno del gaslighting percibidas en las relaciones de parejas heterosexuales, ya que es un tipo de violencia psicológica empleada para el control y manipulación de la víctima. Teniendo como objetivos los siguientes postulados:
- Identificar las manifestaciones del gaslighting en parejas jóvenes heterosexuales
- Conocer las actitudes de las parejas jóvenes heterosexuales desde el punto de vista del fenómeno gaslighting
- Describir las consecuencias psicológicas del gaslighting en parejas jóvenes heterosexuales
- Determinar las diferencias de género en las actitudes frente al gaslighting en parejas jóvenes heterosexuales
Por consiguiente, surge la pregunta: ¿Cuáles son las actitudes hacia el gaslighting en parejas jóvenes heterosexuales?
Metodología
Tomando en cuenta la naturaleza de la investigación, se seleccionó una metodología cualitativa, realizándose así un estudio de casos mediante una entrevista anónima de quince preguntas relacionadas al gaslighting, que permitió conocer las experiencias de los jóvenes en su relación de pareja sobre dicho fenómeno.
Participantes
De acuerdo a la presente investigación, se escogieron cuatro parejas heterosexuales (cuatro hombres y cuatro mujeres) mayores de 18 años, con una relación amorosa de más de 3 meses, habitantes del estado Zulia, Venezuela.
Instrumentos
El instrumento de recolección de datos seleccionado fue la Entrevista tipo semi-estructurada con quince preguntas abiertas y cerradas, ya que al tratarse de una investigación cualitativa, era necesario que, por medio de la conversación, se conocieran las experiencias de la población seleccionada. Por ende, se entiende que una entrevista es aquel encuentro entre dos o más personas en la que se establece un diálogo, en donde se obtiene información importante de este diálogo y se utiliza a favor de la investigación. Se realizaron sesiones individuales con cada integrante de la pareja, grabadas con el previo consentimiento de los participantes para luego ser transcritas y analizadas. Las preguntas planteadas fueron las siguientes:
- ¿Has sentido que tu pareja ha negado conversaciones o eventos en los que ambos han participado?
- ¿Has sentido que, debido a lo que ha dicho tu pareja, las personas te ven diferente?
- ¿Has sentido que tienes que defender tus vivencias constantemente?
- ¿Alguna vez tu pareja te ha acusado de ser muy sensible o dramático?
- ¿Alguna vez tu pareja te ha hecho sentir culpable por sentirte de determinada manera?
- ¿Has sentido que tu pareja se enoja por cosas pequeñas?
- ¿Has sentido que tienes que defender tu sentimientos constantemente?
- ¿Sientes que tu pareja ha intentado controlarte?
- ¿Le has dicho a tu pareja que está loco/a cuando discuten? ¿Tu pareja te lo ha dicho a ti?
- ¿Te cuestionas constantemente lo que piensas cuando hablas con tu pareja?
- ¿Crees que tu pareja es honesto/a contigo?
- ¿Recuerdas alguna situación en la que sentiste que minimizó tus sentimientos? ¿Cómo fue?
- ¿Qué situaciones te hacen desconfiar de tu pareja?
- ¿Consideras que eres víctima del gaslighting? ¿Por qué?
- ¿Consideras que eres perpetuador del gaslighting? ¿Por qué?
Procedimiento
Para el desarrollo de la investigación, se les planteó a las parejas participantes la realización de una entrevista, a la cual accedieron de manera voluntaria. Se les aseguró confidencialidad y anonimato. Posteriormente se les convocó a la entrevista de manera individual por la plataforma Google Meet, donde una de las investigadoras realizaba las preguntas. Los participantes se mostraban colaborativos y abiertos a responder. Todo el proceso fue grabado y transcrito eventualmente, siendo revisado con cautela para asegurar su exactitud. Con respecto a la fiabilidad de la investigación, esta fue discutida en diversas ocasiones por los miembros del grupo de investigación. Se cuestionaron las formas de abordaje, el enfoque de la misma y la certeza de las preguntas realizadas.
Resultados
Mediante la recolección de datos, se realizaron las entrevistas de manera individual a ambos integrantes de las parejas, evitando que la presencia de la otra persona interfiriera en la veracidad de las respuestas. En ellas, se pudo observar que el gaslighting es un fenómeno común en las cuatro parejas participantes entrevistadas, sin embargo, se evidenció tendencia por parte de las mujeres a ser víctima del fenómeno, siendo su pareja masculina el perpetrador del mismo.
En cuanto a sus resultados, mayormente se evidenció incoherencia en las respuestas entre las parejas. Al ser comparadas, se observó la asincronía que estas presentan ya que los participantes respondían de manera opuesta. Por otro lado, se observó que en la mayoría de las entrevistas la mujer justificaba los actos de la pareja, emitiendo comentarios como “no es su intención” o “es que tiene mala memoria”, minimizando actitudes relevantes. En relación a esto último, también se notó la tendencia de minimizar los actos de violencia psicológica, siendo el hombre quien recurre a la manipulación y el control para el logro de objetivos a su beneficio en la relación.
Asimismo, se evidenció la acusación y catalogación denigrante hacia la pareja, por mayoría, fueron los hombres quienes han señalado a sus parejas de sensibles, dramáticas y locas. También pudo apreciarse la inconsistencia ante las propias respuestas: la mayoría de las parejas señala la ausencia del gaslighting en su relación, sin embargo, al narrar sus experiencias, el fenómeno es evidenciado, cumpliendo con las características asociadas a la manipulación psicológica, control y culpabilidad. Asimismo, las últimas preguntas estaban relacionadas a la autopercepción en cuanto el fenómeno, donde se pudo observar lo anteriormente mencionado: en la mayoría de los casos, es el hombre quien perpetra el gaslighting, mientras la mujer suele asumirlo como parte común de la relación.
Las respuestas arrojadas por parte de las parejas, demuestran que sí existe el gaslighting, siendo este un fenómeno común en las relaciones de parejas jóvenes heterosexuales.
Discusión
Tomando en cuenta los resultados y la teoría planteada anteriormente, es posible constatar que los actos de violencia psicológica, en específico el gaslighting, tienen naturaleza bidireccional, es decir, ambos géneros son culpables de cometerlo a su pareja. No obstante, se resalta que las mujeres tienden a ser víctimas de éste en su mayoría y sus parejas masculinas tienden a ser los perpetradores. Del mismo modo, se logró afirmar que los actos de control, celos y minimización son parte del fenómeno del gaslighting y están presentes de manera normalizada en las relaciones de los participantes. A su vez, se logró apuntar que el gaslighting es un tipo de violencia desconocida en su mayor parte, ya que la mayoría de los participantes no conocían de éste. Dicha ignorancia puede ser la razón por la cual el gaslighting está normalizado y justificado entre las parejas. No obstante, los resultados arrojaron que los actos de gaslighting no son mayormente intencionados como se apuntó en la investigación de Galan y Figueroa (2017), sino más bien son perpetrados por falta de comunicación entre la pareja.
La problemática de la investigación constituía en conocer la actitud de las parejas jóvenes heterosexuales hacia el gaslighting, de tal modo, es posible decir que la actitud más resaltante entre las parejas es la invisibilización y la ignorancia, no solo acerca del fenómeno, si no también acerca de los sentimientos, opiniones, dudas y quejas de su pareja. La investigación realizada dio la oportunidad de conocer cuáles son las actitudes más normalizadas en las parejas jóvenes heterosexuales zulianas que en realidad son parte de un tipo de violencia psicológica.
Conclusiones
De acuerdo a lo investigado, el gaslighting es un fenómeno mayormente desconocido por las personas pero totalmente presente en las relaciones de parejas jóvenes mediante actos socialmente aceptables pero que causan malestar personal. El gaslighting es generalmente sufrido por las mujeres de las relaciones por parte de sus parejas masculinas, pero igualmente perpetrado por ambos. La falta de comunicación y educación, los celos, el control y la minimización de sentimientos no son solo síntomas de gaslighting en una relación, si no también los causantes de ésta, ya que, es imposible para la pareja entenderse si no existe una comunicación adecuada sobre lo que sucede en la relación y las emociones que pueden estar sintiendo. Del mismo modo, es pertinente destacar la justificación de los actos dañinos por parte de las víctimas femeninas, lo cual representa una problemática grande digna de acotar por sí sola. Aunque la investigación se enfocó en parejas jóvenes heterosexuales, cabe mencionar que el gaslighting es un fenómeno presente en diferentes ámbitos de la vida y no está limitado a las relaciones de pareja, por ende, se recomienda la realización de varios estudios con diferentes poblaciones para conocer de manera más amplia el fenómeno y sus diversas manifestaciones.
Recomendaciones
- Realizar una lectura profunda acerca del tema antes de proceder con la investigación
- Construir una entrevista con mayor cantidad de preguntas abiertas para conocer mejor las experiencias de los participantes
- Investigar cómo afecta el fenómeno del gaslighting o la violencia psicológica en parejas casadas o en parejas homosexuales.
- Realizar una investigación cuantitativa acerca del fenómeno para obtener una faceta estadística y matemática de la problemática
- Acudir a expertos en la materia de violencia contra la mujer para profundizar la investigación y elegir los métodos de recolección adecuados para el estudiar el fenómeno
Referencias
Organización Mundial de la Salud (2013) Comprender y abordar la violencia contra las mujeres.
Comment (1)
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¡Excelente trabajo Janet! Dos observaciones nada mas. Las preguntas 14 y 15 del instrumento creo que sesgan un poco las respuestas, aunque luego lo aclaras en las recomendaciones. Y creo que tanto el termino como el concepto de Gaslighting arrojan mucha luz sobre el tema de nuestros habitos normalizados insanos. Adelante! Sígue iluminandonnos! Uknn fuerte abrazo!