CRISTINE DE PIZAN (1364 – 1430) es una de las mujeres más brillantes de la Edad Media, la Primera Escritora Profesional de la Historia. Fue una filósofa, poetisa, escritora, humanista. Contemporánea de la líder militar, Juana de Arco, la Doncella de Orleans, a quien le dedica una de sus obras. De prolífica producción literaria, denuncia en algunas de ellas las calumnias que sufren las mujeres, defendiéndolas de sus furiosos detractores. Fundadora del movimiento filosófico literario, la “Querella de las Mujeres”. El libro que la inmortalizó fue “La Ciudad de las Damas”.
Hija de un Ilustre Erudito.
Christine de Pizan o Cristina de Pizan, nace en la República de Venecia en el año de 1364. Su padre Tommasso de Pizano era un sabio erudito, médico originario de Bolonia, de gran prestigio intelectual como físico, astrólogo de la corte de la Serenísima y Canciller de la República e ilustrísimo profesor de la Universidad de Bolonia.
Tommaso era un astrólogo reputado en toda Europa. Como consecuencia de su prestigio cultural, dos monarcas europeos lo invitaron a prestar sus servicios: Carlos V, Rey de Francia y Luis El Grande, Rey de Hungría. La reputación de intelectual y amante de la cultura del rey Carlos V, lo convenció para viajar a su corte francesa a desempeñar funciones de médico, físico, alquimista y astrólogo. Esta decisión fue acertada por cuanto lo recibieron con todos los honores y durante años gozó en Francia de una extraordinaria posición económica y social. Su hija, la joven Cristina obtiene la nacionalidad francesa.
Esmerada Educación.
Tomas de Pizan apoyó la sólida formación cultural de su hija Cristina, aún en contra de la opinión de su esposa, quien prefería instruirla en las labores del hogar, recibiendo una sólida educación igualitaria con sus hermanos varones, además de aprender a leer y escribir, estudió lecciones de historia, filosofía y medicina, llegó a hablar varios idiomas: el italiano, lengua materna, además de latín y francés que eligió para escribir sus futuras obras. Disfrutó en la corte de tutores privados en un ambiente culto y rico en el amor por el conocimiento, lo que despertó en ella el deseo de ampliar su sapiencia de forma autodidacta. Con el tiempo también dispuso del libre acceso a la biblioteca del palacio real del Louvre, fundada por el propio Carlos V, germen de la actual Biblioteca Nacional de Francia.
Firma de Christine
Matrimonio y Viudez.
Tal como era costumbre en la Edad Media, a los 15 años Cristina contrae matrimonio con Êtienne du Castel, Secretario y Notario de la Corte quien, del mismo modo que su padre, apoya decididamente la formación intelectual de su inteligente esposa. La vida transcurre placentera e idílica por 10 años, entre el amor de su padre y esposo, más la protección del monarca francés.
En pocos meses la existencia apacible y agradable de Cristina, se tronca en una situación dramática. Muere su padre y lo más grave para la joven, fallece su esposo como consecuencia de la peste y casi al mismo tiempo, su protector el rey Carlos V.
Cristina enseña a su hijo, Jean Castel
Cristina de Pizan queda viuda a los 25 años, con recursos muy escasos, pues el nuevo monarca redujo drásticamente sus ingresos; las riquezas heredadas de su matrimonio fueron objeto de controversia por un conocido, podemos decir que sufre de violencia económica. Le es difícil heredar las tierras de su padre por ser mujer; los acreedores reclaman deudas de su marido, que no se sabe si son reales o falsas, el dinero en efectivo lo invierte en un negocio del que es engañada. Decide recuperar el dinero perdido, se abre una agria disputa legal, pero mientras tanto, se propone escribir como forma de ganarse la vida, aprovechando su inteligencia y gran bagaje intelectual.
Nuestra protagonista debe de mantener a los tres hijos habidos en su matrimonio, a su madre y a una sobrina. Acude a antiguos amigos del palacio que le ayudan y decide dedicarse profesionalmente a escribir. Para ello solicitó y obtuvo el apoyo de la reina Isabel, esposa de Carlos IV, ella se convierte en bienhechora y le proporciona el respaldo económico necesario para que se dedique plenamente a la escritura, disponiendo además, de un estudio propio en la Biblioteca Real.
Cristina de Pizan presentando su libro a Luis de Orleans
Comienza su Trayectoria como Escritora.
Tras enviudar y con tres hijos a su cargo, esta mujer de letras se abre espacios. En lo adelante será la primera mujer que vivió de su pluma, se hizo famosa por su reivindicación del saber y la dignidad de las mujeres, mucho antes de la llegada del masivo movimiento feminista de los siglos posteriores.
Christine escribió sobre su obligación de mantener a sus hijos y madre, “Tuve que convertirme en hombre”. Al cabo de poco tiempo se hizo cargo de un taller de escritura un “scriptorium», en el que supervisaba la labor de los miembros calígrafos, encuadernadores y miniaturistas. En el tiempo libre, sin embargo, comienza a escribir nuevos temas, pasando de las baladas amorosas de su primera etapa feliz de casada, ahora se centrará en el dolor y soledad que le produce el fallecimiento de su marido.
Consciente de que su situación era precaria envió a personajes influyentes de la época baladas y sonetos. Apreciados por todos los que leían sus textos, le depararon jugosas recompensas por parte de sus patronos y se convirtieron pronto en su único sustento como escritora. En consecuencia su producción literaria aumentó y su nombre se hizo famoso en toda Europa. En solo dos años compuso “El Libro de las Cien Palabras” y recibió encargos del rey Felipe II de Borgoña y de Juan de Valois, los hermanos soberanos e incluso del rey Carlos VI y de la Reina consorte Isabel de Baviera.
Cristina de Pizan presenta su libro a Isabel de Baviera.
La prolífera obra literaria de Cristina de Pizan, en prosa y verso, abarca temas en donde incluye aspectos filosóficos, políticos, mitológicos, de amor cortés, reflexiones morales. Sus poemas, canciones y baladas fueron bien recibidas y muy pronto fue capaz de mantener a su familia con el producto de su trabajo como escritora profesional.
Su popularidad se incrementó también en otros ambientes cortesanos y fue apoyada por muchos nobles medievales incluidos los duques de Borgoña, Berry, Brabante, Limburgo y Orleans. Pizani dedicó su obra “El Libro de las Tres Virtudes” a la joven delfina francesa Margarita de Borgoña, poco después de su matrimonio con Luis de Valois, duque de Guyena, en 1405. En el texto aconseja a la princesa “lo que debía de aprender y como debía comportarse”. El manuscrito pudo haber sido encargado por el padre de Margarita, Juan Sin Miedo. Ella estuvo casada en segundas nupcias con Arturo III de Bretaña, conde de Richmond, quien en su juventud combatió a Juana de Arco.
Christine estudia en los libros de la Biblioteca Real.
Obra literaria.
Los poemas de Cristina de Pizan se organizan en colecciones que siguen una trama narrativa, muchos de los cuales fueron extraídos directamente de su experiencia personal como Seulette suy et seulette vueil estr («Solita estoy y solita quiero estar«). Mucho de su trabajo contenía información biográfica detallada, algo inusual en esa época. Sus primeros poemas y baladas de amores perdidos transmitían la tristeza de su prematura viudez, y se hicieron populares de inmediato.
La escritora recibiendo encargos de los nobles.
Algunos de los trabajos de Cristina de Pizan son:
- Las epístolas de Otea a Héctor(L’Épistre de Othéa a Hector) (1400), una colección de 90 cuentos alegóricos.
- Libro de la mutación de la fortuna(Livre de la mutation de fortune) (1403), un poema largo conteniendo ejemplos de su vida y otros personajes famosos. En ese mismo año escribió El camino del largo estudio (Le Chemin de long estude).
- En 1404 fue comisionada por Felipe II de Borgoña, llamado Felipe el Atrevido. para escribir la biografía de su hermano fallecido, el Rey.
- Carlos V de Francia, persona que la escritora conoció durante sus dulces años de juventud. Cristina escribe esta monografía halagadora y detallada, situando el antiguo monarca como modelo de buen gobierno. De Pizan también escribió un informe detallado sobre Carlos V y su corte en su libro Los hechos y buenas maneras del rey Carlos V (Le Livre des Fais et bonnes meurs du sage roy Charles V), escrito también en 1404. El resultado fue muy positivo para ella, puesto que la recompensa económica fue grande y además se le amplió el estudio propio en la Biblioteca Real.
Christine de Pizan en su Estudio Real. Miniatura de su obra Cien Baladas.
Se cree que entre los años 1393 y 1412, compuso unas 300 baladas y muchos poemas de breve extensión que captaron el interés de mecenas acaudalados, los cuales estaban fascinados por la novedad de encontrar a una mujer escritora.
Participó acaloradamente en el debate sobre el Roman de la Rose entre 1401 y 1402, lo que le permitió establecer su posición no sólo como escritora en los círculos cortesanos, sino como defensora de la posición de la mujer en una sociedad dominada por hombres. Christine se convirtió en portavoz de las críticas a esta obra, lanzando así en la Corte Francesa un debate más general sobre la condición de la mujer y su igualdad con el hombre
Cristina presenta el libro al Rey Felipe II de Borgoña.
Aunque Christine de Pizan ha pasado a la historia especialmente por su trabajo La Ciudad de las Damas del que luego nos ocuparemos, numerosos intelectuales han reivindicado el valor de otras muchas obras de Pizan, que no han sido percibidas.
Entre ellas podemos señalar:
Epístola del dios del Amor 1399, obra literaria de carácter moral donde rechaza los falsos amores y amantes quienes prometen mucho y luego no dan nada.
Dechado de Poissy y Debate de los dos amantes 1400.
Escribe estos dos ensayos sobre el sentido del amor cortés. En ellas se planteó el papel de la mujer en las composiciones poéticas y cómo éstas le afectaban.
Las epístolas de Otea a Héctor (L’Épistre de Othéa a Hector)
Se trata de una colección de 90 cuentos alegóricos que Christine escribe en 1400 como modelo de enseñanza de un adolescente que ha de convertirse en un ideal caballero. Se trata de un libro cuidadosamente ilustrado por lo que Christine debió contar con miniaturistas. Sus enseñanzas morales se basan en que el aspirante a caballero debe buscar la perfección mediante la fe, la razón y la educación.
Para esta obra, Christine utiliza como personaje moralizador a la diosa Othea que se dirige en verso a Héctor para fortalecer su vocación caballeresca dándole el ejemplo de cien personajes mitológicos. Más tarde, ya en prosa, explica sus recomendaciones como una lección moral y de alegoría cristiana.
Gravado del Epitre d´Othea /1400).
El Libro del largo camino de estudio
Escrito entre 1402 y 1403, incide en modo alegórico sobre la cuestión del buen gobierno, que solo los príncipes y el rey pueden decidir según el dictado de la razón.
El Libro de la mutación de la fortuna
Obra poética realizada entre 1400 y 1403, donde explica las razones que la llevaron a dedicarse a la profesión de la escritura. También aborda la vida de personajes de la antigüedad hasta Alejandro Magno.
La “Epístola a la Reina Isabel” (Epistre à Isabelle de Bavière), de 1405, abarca temas de política.
El Libro de la Tres Virtudes” (Le Livre des trois vertus) En 1406, publicó otro libro sobre este tema.
..Lamentaciones sobre la Guerra Civil y EL Libro de la Paz
El libro de los hechos de armas y caballeros 1410. Trata sobre la justicia militar de la época
El Libro de los Hechos del Sabio Rey Carlos V.
Es el libro que escribió Cristina a solicitud de Felipe II de Borgoña. Escrita 1404, es una monografía halagadora y detallada, situando al antiguo mona
Gravado para la “Epístola a la reina Isabel”
Cristina de Pizan, Feminista Medieval del Siglo XV.
La obra literaria de Cristina de Pizan estuvo centrada en la mujer durante más de tres décadas. A partir de 1399, comienza a escribir sobre los Derechos de la Mujer. Sus argumentos a más de cinco siglos de distancia siguen sorprendiendo por su frescura y la profundidad de sus contenidos.
La primera manifestación en defensa de los Derechos de la Mujer que realiza Cristina de Pizan es respondiendo un libro de marcado sello antifeminista.
Ilustración de un Libro
Discusión Pública sobre los Derechos de la Mujer.
En aquellos días, el escritor y poeta Jean Meung, publica un poema llamado “La Romance de la Rosa” donde describe a la mujer como un ser desnaturalizado, perverso y depravado, diciendo:
“Bien insensato es quien toma mujer, pues la vida en tal estado es difícil y enojoso a causa de las disputas y las peleas, que son resultado de la necesidad y el orgullo de las mujeres, a causa de los obstáculos que ellas crean todo el tiempo, y los reproches. Las reclamaciones y las quejas que son cualquier motivo… Quien se casa con una mujer pobre debe ocuparse de alimentarla, vestirla y calzarla, y si cree mejorar el estado con una mujer rica, apena logra soportarla, con orgullosa y arrogante resulta ser…”
Christine responde al escrito de Jean Meung con frases como: “¡Qué no se me impute como locura, arrogancia o presunción al hecho de atreverme yo, una mujer, a responder y contradecir a un autor tan sutil cuando él, un hombre solo, se ha atrevido a difamar y a reprochar sin excepción a todo un sexo”.
Cristina de Pizan, razona diciendo:
“Dando vueltas atentamente a estas cosas en mi espíritu, empecé a reflexionar sobre mi conducta; yo que he nacido mujer, pensaba también en otras numerosas mujeres que he podido tratar, tanto princesas y grandes damas como mujeres de mediana y baja condición… Por más que pensaba y daba vueltas a esas cosas… no podía ni comprender ni admitir la fundamentación de su juicio sobre la naturaleza y condición de las mujeres”.
Roman de la Rose, el Amante y la Dama Razón, siglo XIV, Bibliothèque nationale de France, Ms. Fr. 12595, fol. 33
De la Orden de la Rosa a La Querella de la Rosa.
En el siglo XV, las mujeres por primera vez tomaron la palabra en el espacio público, algo que les estaba prohibido, para hacer defensa de sus capacidades. Antes de esta época, en el debate público sobre la naturaleza de las mujeres las hacía inferiores a los hombres y solo era debate masculino. Es la veneciana – francesa Cristina de Pizan, considerada la primera mujer escritora profesional, quien empezó a escribir en plena controversia en medios intelectuales sobre la naturaleza exacta de las mujeres.
Se las consideraba que eran sexualmente voraces, engañosas, inmorales y no fiables. Existía esta matriz de opinión pública que había sido alimentada por los monjes libidinosos quien para esconder sus bajas pasiones les imputaba a las mujeres tales perversiones, apoyadas por escritores que se hicieron populares por comedias que las ridiculizaban o poemas como el Romance de la Rosa de Jean de Meung, que expresaban: “Todas ustedes son, fueron o serán putas”.
La iglesia culpaba a Eva de la expulsión del paraíso e identificaba a las mujeres con impureza, tentación y pecado; creía que los hombres nacían a imagen de Dios y si esto era así, ¿la mujeres eran incluso humanas? ¿Deben las mujeres ser educadas o encerradas por el bien de la sociedad? ¿Cómo podría contenerse la sexualidad de las mujeres y evitar que amenazaran a la salvación de los hombres? El debate o querella se convirtió en una batalla literaria llevada a cabo por los escritores de la Europa del siglo XV al XVIII.
De la Orden de la Rosa.
En tal contexto, al aparecer las universidades en el siglo XIII, por supuesto se les prohíbe a las mujeres el acceso a los claustros universitarios por ello tenían muy menguadas las actividades profesionales, sufriendo constantemente una misoginia intelectual y religiosa que menoscababa el papel de la mujer en la sociedad medieval y del renacimiento.
La causa de la mujer llega a establecer una verdadera polémica, que provocó un gran debate intelectual defendida por Cristina y por el célebre Gerson, Canciller de la Universidad de París, quien crea la” Orden de la Rosa”, que era una asociación masculina que pretendía defender el honor de las mujeres. Cristina de Pizan, organiza entonces “La Querrelle de la Rosa”, asociación femenina similar a la de los hombres y con la misma finalidad, que posteriormente se denominó “La Querella de las Mujeres”, teniendo un gran éxito, que perdura hasta más allá del siglo XVIII.
Con esta organización “La Querrella de la Rosa”, se abre un debate histórico que trata de la naturaleza, posición y esencia de la mujer, planteando el lugar que deben ocupar ellas, en la sociedad y la familia. En esta discusión participan representantes del sexo femenino como pensadoras, escritoras e intelectuales y gobernantas quienes se oponían a las teorías generalizadas de violencia contra las mujeres, basadas en cuestiones biológicas en las que se presentaban al hombre como la perfección máxima de la naturaleza, rechazando determinadas ideas pseudo- científicas, tales como: “que la mujer no era más que un varón, pero un varón imperfecto… como que su naturaleza era fría y húmeda, no consiguió la cocción completa y sus resultados se quedan a mitad del camino respecto a los del hombre”
Ilustración de” La Ciudad de las Damas”
Se exponían algunas diferencias entre los hombres y las mujeres tales como que el pene hacia fuera era la perfección, frente a la vagina, que por defecto ha quedado dentro, o que el cerebro y por lo tanto las capacidades fueran menores o incluso nulas respecto a las masculinas.
Cristina de Pizan se introdujo en esta disputa y se convirtió en una voz influyente y respetada. Entre sus frases más célebres se encuentran:
“Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres”.
“Así como los cuerpos de las mujeres son más suaves que los de los hombres, su comprensión es más aguda”.
“En cuanto a aquellos que afirman que es gracias a una mujer, la dama Eva, que el hombre fue expulsado del paraíso, mi respuesta a ellos sería, que el hombre ha ganado mucho más a través de María, que lo que perdió a través de Eva”.
“La excelencia o la inferioridad de los seres no reside en sus cuerpos según el sexo, sino en la perfección de sus conductas y virtudes”.
Ilustración de uno de sus libros.
En la “Querella de las Mujeres”, participaron mujeres de diferentes clases sociales que rechazaron las teorías que situaban por cuestiones biológicas a la mujer por debajo del hombre. Este debate literario académico, que tuvo lugar a lo largo de varios siglos, abarcaba desde finales del siglo XIV en la Europa medieval hasta la Revolución Francesa en el siglo XVIII. Tendrá dentro de sus representantes a Margarita de Navarra con su “Heptameron”, Mary de Gourmay, con “Apología de las Damas” e “Igualdad de Hombres y Mujeres” o Sor Isabel de Villena, con su libro contra “L espill” de Jaume Roig, quien acusaba a la mujer hasta de haber provocado el diluvio, Sor Juana Inés de la Cruz, Olimpia de Gouges, con su “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, a Mary Wollstonecraft, entre muchas otras.
La obra de Cristina de Pizan, que surge en defensa de la capacidad intelectual y el derecho de las mujeres al acceso a la universidad y la política, es la respuesta de las mujeres frente a la misoginia, se afirma al manifestar que la capacidad no es una cuestión de naturaleza sino algo social, de posibilidades de acceso al conocimiento. Es la defensa de la bondad, la inteligencia y probidad de las mujeres que Cristina de Pizan desarrollará en sus escritos posteriores, que tienen como centro principal su libro cumbre, “La Ciudad de las Damas”.
Cristina y las Tres Virtudes
La Ciudad y las Damas.
Cristina de Pizan, escribe en 1405, su obra más celebre, por la que será y es recordada actualmente, “La Ciudad de las Damas”, contenida originalmente en “El Libro de la Reina”, dedicado a la reina Isabel de Baviera, manuscrito bellamente decorado con pinturas alusivas.
Christine, se encontraba en plena efervescencia reclamando los derechos de las mujeres, ante la violencia inusitada contra ellas que describe “El Romance de la Rosa”. La gran motivación que la impulsa a llevar a cabo esta publicación, surge también de la lectura del “Libro de las Lamentaciones de Mateolo”, una obra que vilipendiaba claramente a las mujeres.
Una defensa que queda patente al escrutar la principal fuente del libro: sus protagonistas salen del “De claris mulieribus” de Giovanni Boccaccio, que trata a las mujeres como inferiores, solo buenas cuando imitan al hombre. Otra gran fuente de inspiración es “La Ciudad de Dios” de San Agustín, quien “la construye en cierta forma para defender a los cristianos de las acusaciones de haber acabado con el Imperio Romano, aparte de recobrar la idea grecorromana de ciudad como entidad política unitaria”.
En el medioevo acusaban a las mujeres de la escasa capacidad intelectual, debilidad, avaricia o infidelidad, de causarles placer la violación y de hacer insoportable el matrimonio con su amargura y rencor. Les impedían estudiar alegando que el conocimiento corrompería sus costumbres. Y los predicadores llegaban a decir que “si Dios se había aparecido a una mujer era porque sabía que no podría callarse y antes se conocería la noticia de su resurrección”. Del mismo modo prohibían el pulpito a las abadesas porque sus labios “llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre”.
Le libre de la Cité des Dames
Cristina se interroga entonces al comenzar “La Ciudad de las Damas”: “ Me preguntaba cuales podían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabas, bien en escritos y tratados … Yo, que he nacido mujer, me puse a examinar mi carácter …
Me propuse decidir, en conciencia, si el testimonio reunido por tantos varones ilustres podría estar equivocado. Pero por más que intentaba volver sobre ello, apurando las ideas como quien va mondando una fruta, no podía entender ni asimilar como bien fundado el juicio de los hombres sobre la naturaleza y conducta de las mujeres. Al mismo tiempo, sin embargo, yo me empeñaba en acusarlas porque pensaba que sería muy improbable que tantos hombres preclaros, tantos doctores de tan hondo entendimiento y universal clarividencia (me parece que todos habrían tenido que disfrutar de tales facultades) hayan podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un texto moralizante, cualquiera que fuera el autor, sin toparme antes de llegar al final con algún párrafo o capitulo que causara o despreciara a las mujeres”.
En el contexto del libro ella aclara: “No todos los hombres (sobre todo los más inteligentes) comparten la opinión de que es malo educar a las mujeres. Pero es cierto que muchos hombre estúpidos lo afirman, ya que no les gusta que las mujeres sepan más que ellos”.
La Ciudad de las Damas.
En “La Ciudad de las Damas”, Cristina imagina quedarse dormida y ser visitada en su estudio por tres figuras alegóricas que se le aparecen y son “La Razón”, “La Rectitud” y “La Justicia”, representaciones laicas frente a las teológicas: “Fe”, “Esperanza” y “Caridad”, quienes le dicen que ha sido elegida por Dios para rehabilitar a las mujeres, construyendo una ciudad cuyos cimientos, piedras y acabados son los ejemplos de las mujeres virtuosas y cuya argamasa es la tinta.
Cristina de Pizan y las Tres Virtudes.
La Obra está dividida en tres partes, en cada una de las cuales dialoga con las tres damas. Entabla un diálogo en el que Cristina intenta demostrar con la ayuda de las Damas – Virtudes, todos los defectos que hasta entonces se empeña el mundo en atribuir a toda las mujeres del mundo; vanidad, desidia, maldad, falta de sabiduría e inteligencia. Los razonamientos son ilustrados con una amplitud de ejemplos de mujeres que a lo largo de la historia han demostrado ser todo lo contrario: emperatrices, reinas, poetisas, pensadoras, mártires, santas, científicas, para demostrar que la opresión del hombre era la única y verdadera causa de la inferioridad femenina.
“La Ciudad de las Damas” es un libro considerado como una clara anticipación del feminismo moderno, en el que Cristina de Pizan hace un alegato claro y revolucionario en favor de las mujeres: “A todas vosotras, mujeres de alta, media y baja condición que nunca os falte conciencia y lucidez para poder defender vuestro honor contra vuestros enemigos. Veréis como los hombres os acusan de los peores defectos, ¡quitadles las máscaras, que nuestras brillantes cualidades demuestren la falsedad de sus ataques!”.
La Ciudad de las Damas
Un extenso elenco de nombres propios intenta avalar la tesis de Cristina y las tres Damas- Virtudes, todo para construir una ciudad “levantada y edificada para todas las mujeres… las de ayer, las de hoy y las de mañana”. Dentro de las murallas de esta “Ciudad de las Damas” la escritora reúne a mujeres que con su saber, conocimiento, fe y osadía habían hecho contribuciones significativas al crecimiento y desarrollo de la sociedad. Entre ellas: guerreras valerosas como Semiramis o Pentesilea, Elisa de Tiro o Dido, fundadora y primera Reina de Cartago, profetisas como las sibilas, bíblica y gobernante como la Reina de Saba, sabias como Circe y Safo, científicas como Hipatría de Alejandría, seres excepcionales en sabiduría multifacética y liderazgo como Hildegard Von Bingen, amantísimas esposas como Artemisa, Agripa y Lucrecia quien decidió suicidarse tras ser violada por el hijo del último rey etrusco, mujeres benefactoras para el mundo como Judith, mujeres castas como Sarah o Rebecca, santas como María Magdalena o Lucia, e incluso la Virgen María, conforman una historia de mujeres célebres y un alegato en su defensa.
En esta obra Christine de Pizan, a través de esta alegoría literaria objetó los estereotipos despectivos reiterativos hacia las mujeres visibilizando a través de las protagonistas de diferentes ciclos históricos, su valiosa contribución en el tiempo como ejemplo moralizador de bondad , valentía, inteligencia, fortaleza, talento, ciencia, fe y esperanza para la humanidad.
En 1405, escribe su Autobiografía “La visión de Christine “(L’Avision de Christine), escrita como réplica a sus detractores.
Canción en Honor de Juana de Arco.
Se cuenta que Cristina, contemporánea de la líder militar Juana de Arco, alrededor de los cincuenta años, en 1421, existiendo una situación de recrudecimiento de la guerra con Inglaterra y los borgoñeses, le embargaba una tristeza por una Francia asolada y despojada de su propio rey, se retiró a una abadía de Poissy. Había dejado de publicar. Pero entonces en 1428, ocurre que una jovencita de diecisiete años libera Orleans y corona al Delfín en la Catedral de Reims. La escritora siente que las luchas de toda su vida por reconocer a la mujer como igual al hombre, se habían manifestado, una muchacha había triunfado donde no habían podido los hombres de guerra.
Toma su pluma y escribe su última obra, “Canción en Honor de Juana de Arco”. Es un apasionado libro dedicado a la grandeza de Juana de Arco, exaltando el triunfo de la Doncella de Orleans en el longevo conflicto entre Francia e Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años. Es un canto de alegría y de triunfo, tanto de Francia como de las mujeres. Cristina en el poema hace de Juana una segunda Rolando.
Juana de Arco.
Cristina de Pizani, reivindica y recompensa los esfuerzos de todas las mujeres en defensa de su propio sexo. Es un tesoro histórico, porque es el testimonio más antiguo sobre la vida de Juana fuera de los escritos del juicio y algunas crónicas y cartas. La Pucelle, cantaba la escritora, estaba llamada a empresas aún mayores que la corona del Delfín. Las regiones de Orleans y Reims eran el comienzo de una aventura que habría de encontrar su gloria máxima con las Cruzadas. ¡Juana de Arco un cruzado! ¡Me muero! Ciertamente, una Juana de Arco que clava victoriosa en Tierra Santa el estandarte consagrado a Jesús y María, el estandarte blanco con la flor de lis, es una imaginación que estremece y que en una primera aproximación puede entusiasmar, pues hablamos de una Juana comparable con Alejandro Magno.
La Canción en Honor a Juana de Arco
El poema de Cristina de Pizan dedicado a la “Doncella de Orleans”, pudo haber sido encomendado por Margarita de Borgoña, antes de fallecer la escritora, en 1430 a los 66 años en Poissy.
Aporte de Cristina de Pizan al Feminismo.
Todos los escritos de Cristina de Pizan han sido clave para el desarrollo del pensamiento feminista por lo que se siguen estudiando y analizándose con gran interés. Ello se debe a la trascendencia que para la consideración sobre las mujeres y sus posibilidades sociales ha tenido dicha obra.
Aunque en un principio y desde unos planteamientos muy estrictos “La Querella de las Mujeres”, se circunscribe a los siglos XIV, XV y XVI, que técnica y tradicionalmente se han considerado como propios en los que se desarrolló este movimiento como debate literario, intelectual y sobre todo, social y político, momento en que aparecieron los famosos “Salones Literarios – Políticos”, las reivindicaciones de los Derechos políticos, civiles y educativos de las mujeres durante la Revolución Francesa y posteriormente el Derecho a la Ciudadanía, en los siglos XIX y principio del XX.
Cristina de Pizan.
Las corrientes filosóficas pronto se plantean la necesidad de comparar y, sobre todo poner en relación los textos escritos entonces por Cristina de Pizan, con otros posteriores e incluso de épocas actuales, para profundizar en la trascendencia y proyección de este movimiento y su posible relación con el seguimiento y desarrollo del pensamiento feminista.
Se ha analizado que Cristina es la primera que piensa en un espacio definitivamente diferenciado para las mujeres. La Ciudad es el incipiente paso en la conquista de un lugar femenino propio, para una sociedad que empezaba a valorar la privacidad. Es la “habitación propia”, que muchos años después reclamara Virginia Woolf.
La Ciudad de las Damas
En este sentido, la monumental obra de Pizan, con más de 300 títulos, en la que destaca “La Ciudad de las Damas”, La Epistola del Dios del Amor”, “Dechado de Poissy”, “Debate de los dos Amantes”, debe relacionarse no solo con textos propios de aquella época, sino con otros tiempos mucho más modernos.
Entre los Títulos más importantes de la escritora veneciana-francesa podemos destacar:
- Cent Ballades(1399)
- L´Epistre au Dieru d´Amours(1399)
- Le Debat Deux Amants(1400)
- Le Livre des Trois Jugemens(1400)
- Le Livre du Dit de Poissy(1400)
- Enseignemens Moraux(1400)
- Proverbes Moraux(1400)
- Epitre d’Othea(1400)
- Epistres du Debat su le Roman de la Rose(1401 – 1404)
- Cent Ballades d´Amant et de Dame(1402)
- Le Dit de la Rose(1402)
- Oraison Nostre Dame(1402)
- Livre du Chemin de Long Estude(1403)
- Le Livre de la Mutation de Fortune(1403)
- Dit de la Pastoure(1403)
- Le Livre du Duc des Vrais Amants(1404)
- Livre des Fais et Bonnes Meurs du Sage Roy Charles V(1404)
- Le Livre de la Cite des Dames(1405)
- Le Livre des trois vertus à l’enseignement des dames(1405)
Edición en español de “La Ciudad y las Damas”
- L´Avision Christine (1405)
- Epistre à la reine Isabeau(1405)
- Le Livre de la Prod´hommie(1405- 1406)
- Livre du Corps de Policie( 1407)
- Sept Psaumes Allegorises(1410)
- Le Livre des Fais d´Armes et de Chevalerie(1410)
- La Lamentation sur les Maux de la France(1410 – 1412)
- Livre de la Paix( 1413)
- L´Epitre de la Prison de Vie Humaine(1418)
- Heures de Contemplation sur la Passion de Nostre Seigneur(1420)
- Le Ditie de Jehanne d´Arc(1429)
Conclusiones.
A Cristina de Pizan se le reconoce el mérito de ser la primera mujer dedicada profesionalmente a escribir. Es considerada como precursora del movimiento a favor de la mujer, siendo de las iniciales referencias del feminismo. No solo fue la primera escritora feminista sino que, para muchos estudiosos, también representa “el primer escritor profesional”, ya que, la autora veneciana- francesa mantuvo económicamente a su familia con su trabado literario en pleno siglo XV.
Inaugura el debate intelectual conocido como “La Querella de las Mujeres”. Con sus escritos y muy especialmente en “La Ciudad de las Damas”, desea demostrar que la falta de formación era el único límite del género femenino, creando una ciudad ficticia regida por Razón, Rectitud y Justicia, habitada solo por mujeres, damas no por su sangre sino por su espíritu noble y constructor de la humanidad.
Para la medievalista Blanca Gari, Pizan es la primera escritora feminista porque frente al discurso de los doctos de la época, la autora escribió a partir de su experiencia, de la experiencia que tenía de su cuerpo de mujer. “Es la primera que afirma que todo lo que se dice sobre la maldad de las mujeres no se debe a ninguna característica intrínseca, sino a circunstancias, que no es natural, sino social. Y que repasa lo que los hombres han dicho de las mujeres y lo rebate desde su propia experiencia”.
Nos encontramos ante una mujer valiente, excepcional y muy inteligente que supo enfrentar la discriminación y la violencia que imponían en la época los hombres y sobre todo la iglesia medieval. Es por lo tanto un privilegio para mí resaltar y recordar el papel precursor e histórico de esta mujer y gran escritora como lo fue Christine de Pizan, que bien podemos señalar como Precursora del Feminismo Contemporáneo.
Una Página de la Edición Medieval de” La Ciudad de las Damas” de Cristina de Pizan .
Bibliografía.
Canseco, Vicente Díez (1844).” Diccionario Biográfico Universal de Mujeres Célebres”. Biblio Bazaar. p. 74. ISEN 9781173613198.
Enciclopedia Biográfica de la Mujer. Ediciones Garriga, S. A: Barcelona- España. 1967
Pernoud, Règine, 2000, “Cristina de Pizàn”. Trad, María Tabuyo y Agustino López, Palma de Mallorca; José J. de Olañeta.
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